Política

Tetaz: “La UCR no está preparada para gobernar”

Nota de María Eugenia Suárez en Letra P

Desde hace dos semanas, Martín Tetaz se pasea por las playas de esta localidad del partido de Pinamar. Veranea con sus hijos, un trío menor de diez años que requiere de su máxima atención. “Estoy en plan descanso”, dice a Letra P en el inicio de la charla en el parador Cozumel. “Si mañana tuviéramos que asumir, el partido no estaría preparado para gobernar”, afirma el economista flamante diputado por la Ciudad de Buenos Aires. Afiliado a la Unión Cívica Radical (UCR) desde que tiene 18 años, hizo su primera incursión en política en 2021 tras un amplio recorrido por los medios de comunicación. Entusiasmado por la propuesta del senador Martín Lousteau, líder de Evolución y quien en diciembre pasado firmó un acuerdo de unidad con Gerardo Morales, destaca que la construcción de su imagen “le permite opinar con libertad” y no esconde su posición al referirse a la actualidad del espacio. “El partido, la oposición en general, está muy a la defensiva”, dice y resalta el protagonismo de Juntos por el Cambio durante el tratamiento del Presupuesto en el Congreso, donde la coalición opositora votó en contra.

“Papi, quién es Guzmán?”, interrumpe la entrevista su hijo Benjamín, de cinco años. Extrovertido, el niño menciona por su nombre y apellido a dirigentes políticos del oficialismo y de la oposición que, claramente, son parte de la charla cotidiana en el vínculo con su padre. “Es el ministro de Economía”, responde Tetaz y le hace un guiño al funcionario nacional, a quien compara con otros posibles candidatos a ocupar la cartera. “Cualquier escenario sería peor que este y Guzmán le pone la cuota de racionalidad al gabinete”, destaca.

Diálogo padre e hijo

Benjamín -Papi, ¿quién es Guzmán?
Tetaz -El ministro de Economía.

B -¿Juega con vos o contra vos?
T -Contra mí.

B -¿Por qué?
T -Porque es peronista.

B -¿Cómo se llama su equipo?
T -Partido Justicialista.

B -¿Milei juega contra él?
T -Sí, también.

B -Papi, ¿Lanata juega contra Guzmán?
T -No, no necesariamente. A veces sí, a veces no.

B -Papi, ¿todos juegan contra Guzmán?
T -No, algunos juegan a favor.

B -¿María Eugenia sí juega contra Guzman?
T -Sí.

B -¿Vos le ganaste a Lopez Murphy, pá?
T -Sí, y nos acompañó.

-¿Cómo va su primera experiencia en política?

-No podría haber sido mejor. Era un momento ideal para poder sacarle el máximo jugo a la potencialidad que ya tenía en virtud de mi experiencia en los medios y mi facilidad para comunicar. En un distrito que ya estaba ganado, la discusión era por cuánto, y pude instalar en la campaña los temas económicos de los que quería hablar.

-¿Por qué aceptó ser candidato?

-Hice política en la universidad. En el radicalismo cuesta mucho crecer, hay una burocracia interna que no está conectada con lo que le pasa a la gente, con lo electoral; no es competitiva. No me atraía y construí mi carrera en el sector privado y en los medios. Era una posibilidad atractiva, muy difícil de rechazar.

-¿Que lo sedujo de la propuesta de Lousteau?

-Soy radical. Había tenido propuestas del PRO en 2017 y 2019, pero si iba a participar tenía que ser por el radicalismo. De alguna manera, Lousteau, (Emiliano) Yacobitti y (Juan Francisco) Nosiglia representan la renovación del radicalismo. El PRO construyó en la Ciudad de Buenos Aires con el público del radicalismo. Era raro que el partido estuviera tan apagado y desaparecido.

-¿Hay lugar para la crítica en el radicalismo?

-Construí una imagen que me permite opinar con libertad, aunque a algunos les molesta que lo haga de manera pública. El partido no está discutiendo una propuesta económica alternativa para 2023, no está trabajando en eso y tiene que hacerlo. No hay un equipo pensando en qué vamos a hacer cuando asumamos en 2023. El partido, la oposición en general, está muy a la defensiva. Recién tomó protagonismo en el debate del Presupuesto y generó ruido. Hay que romper con ese rol. Quizá nunca tuvo otro rol. Si mañana tuviéramos que asumir, el partido no está preparado para gobernar.

-¿Ese el problema que tuvieron cuando fueron gobierno?

-No, es una dinámica política distinta. La gestión de Cambiemos se construye con un radicalismo muy débil. Toda la gestión fue del PRO porque el radicalismo no era competitivo electoralmente. Eso se materializó en el resultado de la PASO. De hecho, se llega al 2019 sin un candidato del radicalismo. Ahora cambió. Juntos por el Cambio hoy no es Cambiemos, es una versión más amplia y los partidos políticos están más fuertes. Hay seis presidenciables, dos son radicales: (Facundo) Manes y Lousteau. Eso muestra que el radicalismo está fuerte y eso es nuevo.

-Dijo que sabe cómo resolver la inflación, ¿se ve en el Ejecutivo en caso de ganar la elección?

-Ni por ambición personal ni por objetivo político, pero es una posibilidad. El lugar para resolver eso no es el ejecutivo, es el Congreso, porque tiene más chances que resolverlo que (Martín) Guzmán. Porque la política monetaria está en cabeza del Congreso, pero el Poder Ejecutivo ha metido tanto la mano en el Banco Central que esto se ha perdido.

-¿Cuánta responsabilidad tiene el gobierno de Cambiemos en la crisis económica?

-Tiene responsabilidad, sin dudas, pero Mauricio Macri recibió el gobierno en una situación difícil y eligió un camino de la gradualidad. Cambiemos asumió con cierta culpa de clase. Macri se pasó la campaña diciendo que no iba a ajustar, había miedo de discutir algunas políticas. Hubo temor a la experiencia de (Ricardo) López Murphy y al rodrigazo. Esos dos fantasmas condicionaron la gestión de Macri. El ritmo de las reformas no fue el adecuado.

-¿Morales quiere diferenciarse del PRO? ¿Es parte de una estrategia salir a hacerse cargo del endeudamiento?

-El aclaró que lo que quiso decir es que la respuesta al problema es involucrándonos todos y no puede haber egoísmo. Pero el gobierno tiene responsabilidad de gestión y es quien tiene que producir los cambios.

-En algún momento destacó a Guzmán como ministro. ¿Sigue pensando lo mismo?

-Sí, porque sé cómo piensa. Lo conozco. Entiende los problemas de Argentina, pero no todos piensan como él. Por qué Guzmán no se va si está convencido de que este no es el camino. Quizá piensa que puede contribuir más quedándose que yéndose. Cómo sería la política económica si en vez de Guzmán, el ministro fuera (Roberto) Feletti, (Débora) Giorgi, (Mercedes) Marcó del Pont, (Axel) Kicillof, (Fernanda) Vallejos. Cualquier escenario sería peor que este; Guzmán le pone la cuota de racionalidad al gabinete.

-¿Juntos por el Cambio debe incluir a los liberales?

-La construcción y ampliación en Juntos tiene reglas y son simples. Una es la interna e implica que el que pierde debe acompañar. Le pregunté a (Javier) Milei si estaba dispuesto acompañar a Larreta o a Lousteau si mañana son candidatos a presidente y me dijo “no, porque con los socialistas no tengo nada que ver”. Si todos los que piensan distinto son comunistas y zurdos, la posibilidad de sumar se achica. Pero la gente cambia y la política es el arte de lo posible. Hay reglas. El mejor ejemplo es López Murphy, le ganamos y acompañó.

-¿Está cómodo con Lopéz Murphy?

-Sí. Tengo algunas diferencias con el tema del financiamiento a la universidad, porque para mí tienen que ser gratuitas, pero él lo ha ido repensando.

-¿Hubo mesas judiciales en la gestión de María Eugenia Vidal?

-Soy de La Plata y sé cómo operaban las mafias sindicales y me parece que la gestión de Vidal enfrentando a esas mafias, a las policiales, al narcotráfico y terminando en una base militar con su familia por una cuestión de seguridad, elimina esa posibilidad. Me preocupa más que alguien sea filmado que lo que se charló ahí. (Letra P). (19-01-22).

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