Solicitan al Concejo el acompañamiento al proyectos Manos que hablan del CENS 451 de nuestra ciudad

La directora del Centro Educativo de Nivel Secundario para Adultos (CENS) 451 de nuestra ciudad, María Eugenia Di Paolo, solicitó al Concejo Deliberante el acompañamiento al proyecto Manos que hablan mediante su declaración de interés municipal.

“Fuertes corrientes doctrinarias pretenden que los derechos humanos, económicos, sociales y culturales no son exigibles sino meramente declarativos. Esto agravia los principios de universalidad y posterga el objetivo superior de la integralidad e interdependencia de todos los derechos humanos», reflexionó la docente en una nota enviada al cuerpo.

«Es por ello que la vigencia plena de los derechos humanos, económicos, sociales y culturales requieren de políticas activas que expresen un compromiso en el reconocimiento de las minorías lingüísticas, su aporte a la nacionalidad y en este caso que nos ocupa a la plena integración la minoría Sorda al quehacer cotidiano y a la ciudadanía», agregó.

Destacó también que la creciente aspiración de todas/os las/os ciudadanas/os del territorio de nuestro país a un participación activa en la vida económica, cultural y política en igualdad de oportunidades y teniendo en cuenta el respeto por sus derechos humanos, exige dejar atrás prejuicios y estructuras rígidas, y asimismo, crear propuestas atractivas que generen verdaderos cambios.

«Sólo si redefinimos las diferencias como marcas notables de la originalidad propia del ser humano podremos concebir la integración como un espacio democrático y respetuoso en el que la sociedad vive pluralmente, y no como espacios ficticios, ni concebir la integración como adaptación», agregó Di Paolo.

«Resulta imprescindible valorar las diferencias del mismo modo que resulta imprescindible reconocer la igualdad de todo ser humano por naturaleza, valor presente en el reconocimiento de los derechos humanos», destacó en la nota.

Para la directiva docente, el entendimiento entre los miembros de distintas culturas ha sido siempre importante, pero nunca como en el momento actual.

«Antes, era necesario para el comercio. Hoy en día, lo es para la supervivencia de la especie, es decir, que debemos ser hábiles para crear entendimiento intercultural y cooperación a una escala nunca alcanzada anteriormente. La llave para un adecuado entendimiento de la comunicación intercultural es simple e indispensable para el progreso de la sociedad y el desarrollo del individuo», mencionó en otro párrafo del texto.

«Se trata no sólo de eliminar las disparidades en el plano cuantitativo y de corregir las desigualdades cualitativas, sino también de asegurar el acceso a los beneficios sociales, económicos, políticos, culturales, recreativos, educativos, etc., de toda/o ciudadana/o, un cuerpo común de conocimientos, de aptitudes y de competencias que, además, respondan a las necesidades de los individuos, de los distintos grupos y de la sociedad en general», señala.

La nota sigue así:

«Es decir, que respetar los derechos humanos de toda/o ciudadana/o partiendo de reconocer la existencia de la diversidad y la riqueza de la interculturalidad implica reconocer al hombre y a la mujer como sujeto. Este reconocimiento permite que se integren siendo personas activas y capaces de transformar la realidad, libres y con capacidad de opción.

«El reconocimiento de la diversidad cultural implica pensar en la cultura en términos de un diálogo, en el cual la comunicación intercultural constituye el espacio de construcción de nuevos significados y prácticas. La noción de unidad cultural como criterio de identificación de grupo social ha dejado de tener validez aún para el caso de los grupos étnicos. No hay una simple pluralidad de culturas, sino más bien múltiples circuitos culturales, articulados desde el ordenamiento social.

«La cultura no se puede describir solo a partir de una lista de comportamientos, sino que significa una actitud, una experiencia de vida diferente que lleva al grupo a estructurar y simbolizar todo su mundo de modo distinto. Explicar la diferencia entre grupos solos a partir de una lista taxonómica de aquellos que hacen o dejan de hacer es un modo de reducir, de oscurecer la idea compleja de cultura. El análisis de la cultura ha de ser entendida de manera interpretativa y en busca de significaciones.

«Potenciar, pues, los sentimientos positivos que estas nuevas identidades generan, es el modo en que ellas/os mismas/os puedan demostrar a la sociedad sus capacidades y, por ende, la necesidad de que ésta las/os respeten como individuos plenos, libres, iguales en derechos.

«Dentro de este marco de reconocimiento de la diversidad cultural se exige otorgar a los miembros de grupos minoritarios participación, autonomía, creatividad, responsabilidad, autogestión, liderazgo, que les permita demostrar a la sociedad sus capacidades y vivir en plenitud. Ser ellas/os mismas/os las/os gestores de su propia vida socialmente útil, a fin de lograr su no discriminación, lo cual implica poder reconstruir hacia ellas/os mismas/os y desde su propio accionar una nueva representación social. Para el logro de los objetivos de superar las barreras en la comunicación, promover una comunicación de calidad, reducir la brecha existente, garantizar una mayor inclusión y la efectivización de derechos de las personas sordas, se requiere de la creación de herramientas que permitan incidir de manera directa en la realidad.

«En este sentido, un factor decisivo para la consecución de los logros propuestos parecería ser el acceso temprano a la lengua de señas para toda la población. Incorporar esta lengua en la comunidad, dará un marco de plena integración y respeto por la diversidad lingüística.

«En definitiva, el presente proyecto no busca limitarse en la concientización acerca de las dificultades que afrontan las personas con capacidad auditiva sino lograr de manera gradual una verdadera inclusión social, que redunde en el cumplimiento de los derechos humanos de las personas sordas pero también en la posibilidad de que cada uno de nosotros pueda formar parte de ese proceso de integración, al adquirir las herramientas y estar preparadas para entablar diálogos con las personas que utilicen la lengua de señas como forma de comunicación.

«Por los motivos expuestos, solicito a este Honorable Cuerpo acompañe el proyecto Manos que hablan y se declare al mismo de interés municipal».

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