Política

Con el peronismo dividido, el Gobierno logró media sanción para la suspensión de las PASO

Con 162 votos a favor, 55 en contra y 28 abstenciones, la Cámara de Diputados aprobó la reforma electoral para este año. UxP votó dividido y el oficialismo consiguió apoyo de aliados.

Javier Milei está a un paso de lograr lo que todos los oficialismos de turno quisieron, pero nunca lograron: la suspensión de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Con 162 votos a favor, 55 en contra y 28 abstenciones, la Cámara de Diputados aprobó la eliminación de las PASO para 2025. Fue una votación cómoda para La Libertad Avanza, que tras el susto del martes pasado cuando se le complicó conseguir dictamen, este jueves logró fácilmente una mayoría con los aliados de siempre. Sí fue incómodo para el peronismo: luego de un fuerte debate interno, Unión por la Patria no logró unificar postura en la abstención y votó dividido, en un anticipo de la dinámica interna que tendrá el bloque en este año electoral.

El gobierno nacional consiguió aprobar la suspensión de las PASO con el acompañamiento de casi todas las bancadas de la Cámara de Diputados. Fue una votación transversal: dependió más de la territorialidad y de la lógica de supervivencia local, que de la disciplina partidaria.

El peronismo, que se reunió antes del comienzo de la sesión para unificar postura y fracasó, se dividió en tres partes: 43 votaron en contra -la mayoría-, 25 votaron a favor y 24 se abstuvieron. Germán Martínez, titular de UxP, intentó convencer al bloque de mostrar una imagen de unidad y abstenerse, pero recibió cuestionamientos tanto de los que querían votar en contra como de los representantes de los gobernadores, que querían votar a favor.

Los santiagueños que responden a Gerardo Zamora, los catamarqueños de Raúl Jalil y los diputados del Frente Renovador votaron a favor. También acompañaron los mendocinos Martín Aveiro y Liliana Paponet, el fueguino Jorge Araujo y el tucumano Pablo Yedlin. Se abstuvieron, mientras tanto, los riojanos de Ricardo Quintela, los pampeanos de Sergio Ziliotto, los chaqueños, los sanjuaninos y los porteños Leandro Santoro y Gisela Marziotta, y la bonaerense Victoria Tolosa Paz. También se abstuvo el jefe de bloque, Martínez.

El PRO, La Libertad Avanza y las fuerzas provinciales de Innovación Federal -como los misioneros de Hugo Passalacqua o los salteños Gustavo Sáenz- acompañaron en su totalidad. Los cordobeses de Encuentro Federal, así como Miguel Ángel Pichetto y Emilio Monzó, votaron a favor. Las dos UCRs, mientras tanto, también acompañaron en su mayoría. En el radicalismo comandado por Rodrigo de Loredo, por ejemplo, solo Karina Banfi y Julio Cobos se abstuvieron. En el radicalismo díscolo de Democracia Para Siempre, liderada por Pablo Juliano, se abstuvieron Carla Carrizo y Fernando Carbajal.

Una crónica anunciada
Esta vez no hubo grandes dolores de cabeza para la Casa Rosada, que desde temprano anticipaba que tendría el número para aprobar la suspensión de las PASO. Martín Menem consiguió el quórum casi sin transpirar: sus aliados en el PRO y el radicalismo, así como las fuerzas provinciales, le permitieron dar inicio a la sesión sin necesidad de tener que convocar refuerzos entre los gobernadores peronistas. Los santiagueños de Zamora y los catamarqueños de Jalil, sin embargo, estaban atentos. Si el quórum amenazaba con flaquear, ellos bajarían.

Dieron apoyo desde el vamos el PRO y la UCR, los dos principales afectados por la suspensión de las PASO, que deja todo el poder de la lapicera en manos de Karina Milei. También se sentaron los radicales de DPS y la Coalición Cívica, preocupados por la pérdida de votos que pudieran sufrir las terceras y cuartas fuerzas entre agosto y octubre.

Los gobernadores, a su vez, dieron casi todos el presente. Bajaron los tucumanos de Osvaldo Jaldo, los salteños de Sáenz y los misioneros de Passalacqua. Bajaron también los representantes de Martín Llaryora (Córdoba) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) de Encuentro Federal, así como Oscar Agost Carreño.

Fue una sesión cuyo resultado se anticipaba de antemano: a excepción de algunas oposiciones locales, que se valen de las PASO para ordenarse, o de socios minoritarios en alianzas grandes, la mayoría de los diputados optaron por acompañar el experimento de eliminar las PASO para 2025. Los argumentos que se utilizaban, sin embargo, muy pocas veces coincidían con el verdadero motivo por el cual querían la reforma electoral: la mayoría prefirió hacer hincapié en el ahorro fiscal más que en la ventaja electoral que les ofrecía en sus provincias.

“Hoy estamos cumpliendo las promesas de Javier MIlei de reducir el costo de la política y poner a los políticos en su lugar”, argumentó el libertario Nicolás Mayoraz, presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, quien se lamentó no haber logrado eliminarlas definitivamente ni avanzar sobre la reforma del financiamiento de los partidos políticos, como se proponía originalmente el Gobierno (pero no tuvo votos suficientes).

Fue Silvana Giudici, del PRO, quien aportó la mayor cantidad de datos en favor de la eliminación. “¿Generó mayor eficiencia? No. ¿Generó mayor participación? No. Desde paso 2011 que participación fue 78, y en las PASO de 2023 se llegó a bajar la participación casi en 10 puntos, solo 69 por ciento electores fueron a las urnas. ¿Generó mayor competitividad en los partidos? Tampoco. En 2011 no hubo internas partidarias en la categoría presidencial, en 2015 hubo solo tres internas competitivas”, enumeró.

“Acá lo que tenemos es una suspensión circunstancial porque le sirve al gobierno en este turno electoral, que instaura una suerte de régimen político ‘a la carta’ según conveniencia política del gobierno de cada momento”, los cruzó, mientras tanto, Vanina Biasi (FIT).

“Nos hubiese gustado que el debate de una reforma electoral hubiese sido completamente distinto. No extorsivo, no chicanero ni achicador. Chicanero porque es lo que estamos viendo, y achicador porque en definitiva son las grandes fuerzas que hoy representan a la mayoría, de un lado y del otro, que empiezan a construir la polarización autoinfligida”, sostuvo, en la misma línea, Pablo Juliano (DPS).

El peronismo optó, en cambio, por hacer hincapié en la ausencia del Presupuesto. 2025. “Hoy las provincias sufren las consecuencias de la falta de recursos que le corresponden. Dejen de perseguir a las provincias”, cuestionó, por ejemplo, el riojano Sergio Casas, que luego se abstendría.

Germán Martínez, mientras tanto, buscó bajar los decibeles de una división que veía inevitable pero que, argumentaba, era “legítima”. “Cuando las cosas como bloque nos salen bien lo reconozco, y cuando no me hago cargo. Y pese a todas las cosas que pasaron, nuestro bloque va a seguir trabajando para poner sobre la mesa un debate serio, real y concreto alrededor de la ley Presupuesto·, advirtió Martínez, quien luego apuntó con dureza contra el proyecto del Ejecutivo: ”Lo que quiere Milei es aumentar fragmentación política por eso este tema, quiere terminar de deglutir al PRO, comerse un espacio del Radicalismo y generar cizaña en otros espacios políticos, inclusive en el nuestro. Eso es lo que quiere, deglutir y dividir“. (elDiarioAR). (06-02-25).

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