Diego cumple, el fútbol que vuelve no
Maradona no alcanza para tapar la vuelta de una pelota desinflada. El conflicto de AFA con USA-TV.
Por Ezequiel Fernández Moore (*)
Diego Maradona, es cierto, es inabarcable. El fútbol argentino también. Es el viernes 30 de octubre. La fiesta del retorno de la pelota, que coincide con los 60 años de Diego, comienza con el “Maradó”, el feliz cumpleaños, fuegos artificiales, torta y plaqueta de Claudio “Chiqui” Tapia y Marcelo Tinelli. “Estamos felices”. “Muy contentos”, dicen los presidentes de la AFA y de la Liga Profesional, respectivamente. A su lado está Gabriel Pellegrino, presidente de Gimnasia y Esgrima La Plata. Su club se salvó del descenso por la pandemia. Diego, hasta unas horas antes bajo sospecha de contagio, está frágil. Debe cuidarse. Vuelve a su casa apenas comienza el partido. Nos deja solos.
El fútbol argentino tuvo el parate más largo de todos. Fueron 228 días, casi ocho meses para planificar al menos una vuelta con todo previsto. Pero no. Televisión, cancha (River Camp) y hasta los hisopados formaron parte del combo que marcó un inicio caótico. Y el caos, esta vez, no fue por Diego y su eterna vida agitada. El caos es del fútbol nuestro.
TNT (Turner), cadena socia, evitó mostrar la rápida partida de Maradona. La trasmisión tuvo micrófono para Tapia y Tinelli, pero tampoco preguntó por la otra noticia bomba de ese mismo viernes. El okey del juez Horacio Robledo a la cautelar presentada por Fox. La AFA había roto unilateralmente el contrato argumentado que Fox no avisó su fusión con ESPN, es decir, su pertenencia al mundo Disney, la mayor corporación de entretenimientos y medios del mundo, que dirime sus pleitos en los tribunales de su propio país. Es una fusión, bueno es recordarlo, que todavía no fue aprobada por el gobierno argentino. Más aún, la Comisión de la Competencia la desaconseja. Advierte monopolio. Basta con encender la TV para comprender la preocupación.
Disney, justamente, es aquel lugar al que Diego, algunos años atrás, quiso llevar a su nieto Benjamín. No pudo porque Estados Unidos volvió a negarle la visa. Y eso que ya no estaba George Bush sino que había arribado Barack Obama. Si hubiese nacido en Estados Unidos, Diego estaría hoy seguramente haciendo fila junto con LeBron James para ayudar a que esta semana caiga Donald Trump, aunque sabe que, a veces, especialmente para Villa Fiorito y alrededores, hay cosas que la Casa Blanca jamás cambia.
Las mil caras del mito
¿De cuál Maradona hablamos?, se pregunta Ernesto Cherquis Bialo en un video viralizado por la web. El periodista habla “del Maradona sublime y del abyecto”. Del de “las frases inolvidables” y el de “las frases que mejor no recordar”. De Fiorito y Dubai. De “las canillas de oro y la letrina”. Cuando cumplió 40, el propio Diego dijo que los sentía como si hubiese vivido 80 años. Volvió de la muerte de Punta del Este, pero unos años después celebró sus 45 con figura impecable en La Noche del 10. Entrevistó a Fidel Castro y al Chavo del 8 y cerró con helicóptero en la Bombonera, con treinta puntos de rating para Canal 13. “Una vida sobreactuada”, escribió Juan Sasturain. “Diego -dice Natu Maderna, ‘feminista y Maradoneana’- es una de nuestras contradicciones preferidas”.
Hace una década, con Diego de 50, recuerdo haber intentado un recorrido mínimo y desordenado. Del “cebollita” de Fiorito que soñaba con ganar un Mundial al de los golazos eternos, los fastos del casamiento, el arresto de Caballito, los balines de la quinta, el pelo teñido, los tatuajes, el arito, el tapado de piel, la Ferrari, Fidel, Bush, Menem, Chávez, el Papa, “sanguchito” Neustadt, “Se le escapó la tortuga”, el piquito, la cocaína, la camorra, Diego Armando junior, Dalma y Gianina, el jarrón de Coppola, el rezo frente al hospital porque se moría, la Iglesia Maradoniana, D10S, Te Diegum, el Azteca, Un’state italiana, la enfermera de USA 94, “Me cortaron las piernas”, el eterno retorno, Segurola y Habana 4310, séptimo piso, “La pelota no se mancha”, Maradona inflado, Maradona flaco, el cinturón gástrico, las noches árabes, La Noche del 10, Kusturica, Rodrigo, víctima, victimario, el Tren del Alba en la Cumbre de Mar del Plata contra el ALCA, Cuba, el neurosiquiátrico, la placa negra de Crónica TV que lo mató y “que la sigan chupando”. “Miles de caras, ninguna parecida a la otra”, escribió el colega Alejandro Wall. “Abismal”, acotó Walter Vargas.
¿Y estos últimos diez años? Hijos, nieto, parejas, peleas, juicios, reality familiar puro y decadente, reconciliación y pelea con la FIFA, Sinaloa y, desde hace ya más de un año, la vuelta al país del homenaje perpetuo. “Maradó, Maradó”.
La crucifixión y los animales sueltos
Para muchos, el partido eterno contra Inglaterra (acaso la verdadera final de México 86) fue Diego en su máxima expresión. Trasgresión y genialidad en apenas cinco minutos. El momento “Zeus” de un “animal poético”, graficó el periodista español Santiago Segurola. En la única entrevista que dio por sus sesenta años, a la revista France-Football, Diego contó sonriendo que un buen regalo sería “hacerle otro gol a los ingleses”. Pero no el segundo de la apilada fenomenal, “el gol del siglo. Sino el gol rebelde de La Mano de Dios”. “Ahora con la derecha”, matizó. El cineasta Asif Kapadia eligió el paso de Diego por el Napoli como síntesis de la vida de Maradona. Gloria, cocaína, camorra y destierro. Ho visto Maradona. Faltó el Maradona político. Porque “Todo Diego es político”, como se llama uno de los libros de aparición inminente. Uno más en la colección Maradona. Diez mujeres que escriben sobre “el hecho maldito de la revista Gente”. Y que, en otro pasaje, recuerdan al Leonardo Favio “que decía que se hizo peronista porque no se puede ser feliz en soledad”.
Hubo y habrá más documentales y hasta tendremos serie de Amazon, además de más libros. El otro flamante se llama “D10S. Miradas sobre el mito Maradona”, de Julio Ferrer, testimonios inéditos de decenas de jugadores, entrenadores, artistas, periodistas y muchos y sus recuerdos de Diego. Cuenta en el libro Patricio Hernández, compañero de selección en España 82, que, en pleno Mundial, interesó a Diego sobre la Biblia y “el ejemplo de Jesús”, sus luchas y su crucifixión. Y que “a Diego -dice Hernández- lo conmovieron las últimas palabras de Jesús antes de morir: Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.
El último viernes, día de los 60 años, la TV deportiva recicló sus goles eternos, las patadas que sufrió en un fútbol que era menos atlético, pero mucho más salvaje, sus malabares, su magia. Las redes ofrecieron un homenaje global. De Zinedine Zidane a Cristiano Ronaldo (ausente Leo Messi). Pero también hubo otros que se declararon hartos de sus provocaciones. Separan al jugador de la persona, como si fuera así de simple para un genio alimentado muchas veces con el motor del resentimiento contra el poder. Y ese costado “irracional” que, según se jactó recientemente Mauricio Macri, él terminó echando de Boca, cuando era presidente del club.
“Pero mirá que hoy lo quieren más que antes”, me dice el colega Andrés Burgo. Diego asumió en Gimnasia justamente porque precisaba saber “si lo seguíamos queriendo”. El amor que ni siquiera lo deja respirar. Osvaldo Soriano escribía hace ya muchos años de Maradona como “gran relato de la Argentina”. Y cuyo presente, decía Soriano, sensible ante la autodestrucción, “no puede sernos ajeno. Por eso -avisaba el Gordo- no cuenten conmigo para crucificar a Diego”.
Maradona como remedio, pero también como veneno de un fútbol con presente que duele. Durante el largo parate, la AFA tuvo tiempo para reelegir presidente, pero no para planificar una vuelta ordenada. El retorno de la pelota en plena pandemia enfrenta a equipos que testearon a sus jugadores vs equipos que no testearon casi nada. Un fútbol sin descensos por dos años y con campeonato futuro de 28 equipos. River en frente opositor con Boca y sin cancha aprobada y partido finalmente aplazado para el martes. ¿Los dos grandes vs el resto? ¿El resto se divide? ¿Tapia erosionado? Y la TV. La batalla que explota a último momento y que Disney dirime con abogados y con algunos Animales Sueltos. Y Diego, el Guerrero cada vez más frágil, que va a la cancha para que todos le cantemos juntos el feliz cumpleaños. Maradona “el que cumple”, dice Juan José Panno.
“Cumplió con la pelota que no se mancha y con la dignidad que no se negocia”. La fiesta de la vuelta del fútbol en Argentina pareció completa porque ese viernes por la noche Gimnasia goleó 3-0 a Patronato. Al día siguiente, ya apagadas las velitas, comenzó una fiesta distinta en la patria de nuestra nueva TV, Disney, Fox, ESPN y también Turner y hasta Direct TV (Torneos). Todos los 31 de octubre Estados Unidos celebra la tradición de Halloween. Noche de Brujas.
(*) Nota publicada en Cenital.