Política

Osvaldo Barcelona, el artífice de la recuperación electoral del PJ local

Hasta noviembre de 2015, el peronismo dorreguense no tenía concejales. Apenas 4 años después, en diciembre de 2019, reunirá 5 bancas. Sin dudas, el liderazgo del abogado fue clave para explicar este repunte.

POR PABLO JAVIER MARCÓ

23 de octubre de 2011. La UCR (Unión para el Desarrollo Social) lograba 4.962 votos. FORD (Fuerza Organizada Renovadora Democrática) alcanzaba 3.179 sufragios y el Frente para la Victoria sumaba apenas 1.429.

Fabián Zorzano era reelecto intendente municipal y el peronismo de Dorrego realizaba la peor elección de la historia, perdiendo muchas voluntades que fueron a parar a las huestes del vecinalismo del periodista Hugo Segurola.

Dos años después, en los comicios de medio término, el PJ logró algunos votos más, pero insuficientes para retener las 2 bancas que ponía en juego en el Concejo. Tocaba fondo el partido que gobernó el distrito entre 1991 y 1999.

Tiempo después, irrumpió en la vida del justicialismo doméstico Osvaldo Barcelona. Poco se sabía de él en cuanto a lo político. Sólo que era colaborador del actual vicegobernador santacruceño Pablo González. Pero nadie imaginaba que se iba a transformar en el principal artífice de la reconstrucción del peronismo.

No bien desembarcó en Dorrego, el abogado comenzó a tejer acuerdos con referentes y sectores que, por distintos motivos, se habían alejado del partido.

“Venía sin pedos atascados”, fue la escatológica pero certera definición que hizo un experimentado peronista. “No le importaba hablar con cualquiera”, amplió.

Frontal, crítico del oficialismo, algo personalista y muy laborioso, Barcelona empezaba a construir dentro del PJ un liderazgo que pocos se atreven hoy a discutir.

Su primera prueba de fuego fueron las elecciones de 2015. En las PASO, como precandidato a intendente, encabezó la lista del Frente para la Victoria que derrotó a la boleta del “sciolismo puro”, liderada por Gustavo Brusa.

Su espíritu dialoguista y apertura, además de la magnánima actitud de los derrotados en la interna, que se sumaron a trabajar con los vencedores para las generales, permitieron que el FPV fidelizara un gran porcentaje del caudal de votos que ambas boletas juntaron en las PASO. Raúl Reyes era elegido intendente, pero el peronismo recuperaba dos bancas en el Concejo.

Dos años después, a tono con lo que ocurriría en la provincia y en el país, el justicialismo dorreguero fragmentaba sus respaldos en tres listas, siendo Barcelona el más votado en representación de Unidad Ciudadana. Quedó lejos de Reyes, pero tanto él como Alicia Jalle se incorporarían al Concejo, quitándole toda representación legislativa al vecinalismo. Volvía al distrito el histórico bipartidismo.

Desde su banca en el Concejo, Barcelona se convertiría en la voz más crítica de la oposición, ganándose la consideración de los suyos y los cuestionamientos de los referentes del oficialismo.
Como todo hombre de acción, tuvo aciertos y errores. Fue decisivo en el denominado caso Ullmann. También exageró algunas posiciones, como el frustrado intento de interpelación por el derrame de un líquido rojo en la ciudad.

En 2019, el protagonista de esta nota volvió ser candidato a intendente de su espacio, ya con el peronismo unido. Reyes volvió a ganarle con holgura, haciendo la segunda mejor elección histórica para intendente en el pago chico. Barcelona y equipo pasaron los 4 mil votos y le arrebataron un concejal al oficialismo.

“No sé si alguna vez Osvaldo llegará a ser intendente, pero más tarde o más temprano será reconocido, incluso por sus detractores internos, como la persona que encabezó la recuperación electoral del peronismo local”, razona aquel dirigente de la poco sutil pero esclarecedora metáfora.

(*) NOTA PUBLICADA EN EL SEMANARIO ECOS DE MI CIUDAD.

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