Política

26 de octubre: elecciones en el país con un ojo en Buenos Aires

Por Fabián Enzo Barda

El texto que presentas es un análisis político y electoral que se centra en las elecciones generales que se realizarán el próximo 26 de octubre (la fecha de la elección es el dato central) y en las particularidades del proceso electoral en la provincia de Buenos Aires.

El próximo 26 de octubre se realizarán en todo el país elecciones generales. Como es sabido, desde los primeros meses del año se han efectuado comicios en diferentes provincias para cargos provinciales y municipales.

Las novedades de este año incluyen el desdoblamiento electoral en la provincia de Buenos Aires, una ruptura con la tradición iniciada en 1983, cuando las elecciones para los tres niveles de Estado en el sistema institucional argentino siempre coincidieron. La otra novedad relevante es la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) para la elección de cargos nacionales.

En su momento, el gobierno provincial justificó el desdoblamiento por razones de operatividad. De hecho, el pasado 29 de enero, el gobierno provincial llegó a realizar un simulacro de elecciones concurrentes. De esa prueba surgió un informe, elaborado por la Subsecretaría de Asuntos Parlamentarios y Electorales (dependiente del Ministerio de Gobierno), que evidenció la dificultad de realizar elecciones concurrentes si se votaran categorías nacionales y provinciales el mismo día. Esta complejidad radicaba en que la elección de diputados nacionales en territorio bonaerense sería mediante la Boleta Única de Papel, mientras que para los cargos provinciales y locales se mantendría la tradicional boleta partidaria.

Finalmente, el gobernador, por decreto, fijó la fecha de las elecciones, haciendo uso de la atribución que le confiere el artículo 132, inciso 7 de la Constitución provincial: convocar al pueblo a todas las elecciones en la oportunidad debida, sin que por ningún motivo pueda diferirlas.

Desde 1983, en la provincia de Buenos Aires, los comicios para cargos provinciales siempre coincidieron con la elección para cargos nacionales. Sin embargo, en otros períodos del siglo XX, como en la década de 1930, las elecciones se realizaban de forma separada, a veces anualmente por diferencia en los vencimientos de mandatos, e incluso se separaban las elecciones municipales, las de legisladores nacionales y provinciales, y la de Presidente y Vicepresidente (esta última, en realidad, era una elección de electores, dado el sistema indirecto a la usanza norteamericana).

Más allá de la lectura lógica e ineludible que debe hacerse de la elección del próximo 26 de octubre en relación con la distribución de fuerzas y el testeo a priori para medir la salud del gobierno nacional, es fundamental considerar que el 7 de septiembre [fecha de un comicio previo o un evento clave] ofreció un diagnóstico que el presidente de la Nación no esperaba.

En la provincia de Buenos Aires, lo primero que se debe leer con claridad es que, por primera vez desde 1983, los candidatos a Senadores y/o Diputados Nacionales deberán traccionar sus respectivas listas por sí mismos. Generalmente, en el marco de una elección presidencial, es la primera categoría de la boleta la que arrastra o resta; del mismo modo que, en determinadas zonas del país o municipios, la tracción se da de abajo hacia arriba, según el peso y la tradición política local.

Si bien el análisis electoral desde esa perspectiva es muy interesante, también es cierto que la forma en que se desarrolló la última elección en la provincia de Buenos Aires –con un oficialismo nacional que apostó a la nacionalización del comicio y creyó en una “oleada violeta”– potencia aún más lo que pueda suceder el próximo octubre en escenarios que se vienen dando desde hace casi una década. Estos escenarios se caracterizan por una fuerte influencia de las [ya hoy fenecidas] PASO sobre la realidad de los mercados y la marcha de los gobiernos de turno. El 8 de septiembre [fecha posterior al evento del día 7] fue sintomático del liderazgo de doble comando que el Presidente ejerce con la Secretaria General de la Presidencia. Además, La Libertad Avanza (LLA) intentará reforzar numéricamente sus bloques legislativos; sin embargo, tras el 7 de septiembre, esa aspiración parece hoy más modesta.

El desdoblamiento electoral en el denominado “primer estado argentino” transformó la jornada del primer domingo de septiembre en una suerte de elección general. La alta expectativa y la trascendencia que tanto oficialismo como oposición le otorgaron a esta contienda arrojaron un ganador nítido tanto hacia afuera como hacia adentro: el gobernador Axel Kicillof.

Kicillof salió indemne de un proceso electoral en el que la fuerza Unión por la Patria (denominada en el texto como “Fuerza Patria” o “Fuerza Patria”) se presentó —aun tomando los tiempos de mayor esplendor del kirchnerismo— como una expresión de núcleo duro. Esto sucedió, claro está, con algunas tensiones sin resolver entre la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el actual gobernador.

Hacia afuera, la jugada del desdoblamiento no podría haber resultado mejor. La estrategia, destinada a afianzar la territorialidad de la gestión provincial, significó un avance: el triunfo fue holgado no solo en el AMBA (algo previsible), sino que también avanzó sobre algunas secciones del interior. En estas zonas se temía que el tono amarillo de hace una década se tiñera totalmente de violeta (en referencia a La Libertad Avanza). Aun en las secciones donde finalmente triunfó LLA, el oficialismo bonaerense logró victorias importantes en las ciudades más pobladas del interior provincial.

Es bien sabido que la asimetría del peso de los electores del Conurbano y el Gran La Plata sobre el resto de la provincia es muy marcada. Pese a ello, la representación del interior en el reparto de bancas tiene su peso, lo que ha generado que en esta campaña se escuchen voces que cuestionan la distribución establecida en la legislación provincial.

Variabilidad de alianzas y la crisis partidaria
Lo que el proceso electoral de 2025 está dejando hasta el momento, tomando las tres instancias electorales que se amplifican en el contexto actual de la política argentina —los comicios en CABA (18 de mayo), provincia de Buenos Aires (7 de septiembre) y las elecciones legislativas nacionales (26 de octubre)—, es la variabilidad de las alianzas. Este fenómeno pone en evidencia un desmembramiento que, lamentablemente para la salud de la democracia, acentúa la crisis de los partidos políticos tradicionales.

Para los distritos bonaerenses, la nueva coyuntura también es una novedad. Intendentes, legisladores provinciales (en ejercicio y electos), concejales (en ejercicio y electos) y las estructuras partidarias locales, teóricamente, deberán salir a militar por listas de candidatos a cargos nacionales. Esto ocurre con el resultado cercano del 7 de septiembre, que algunos querrán mantener y otros revertir.

No se debe caer en la ingenuidad de ignorar el juego interno partidario que podría generar el desentendimiento electoral, sobre todo por parte de algunos Intendentes. La clave de la próxima elección es determinar si la cuestión nacional —que implica una definición política e ideológica frente al gobierno libertario— realmente logra permear la agenda de los distritos.

En la provincia de Buenos Aires, en octubre próximo se elegirán 35 Diputados Nacionales.

Terminan su mandato:

Unión por la Patria (UP) / Fuerza Patria (15 Diputados): Entre ellos se encuentran Constanza María Alonso, Daniel Arroyo, Daniel Gollán, Rogelio Iparraguirre, Mónica Litza, Mónica Macha, Micaela Moran, Leopoldo Moreau, Sergio Omar Palazzo, Marcela Fabiana Passo, Julio Pereyra, Agustina Lucrecia Propato, Vanesa Raquel Siley, Brenda Vargas Matyi y Hugo Yasky.

Propuesta Republicana (PRO) (7 Legisladores): Gabriela Besana, María Florencia De Sensi, Alejandro Finocchiaro, Gerardo Milman, Javier Sánchez Wrba, Diego Santilli y María Sotolano.

Coalición Cívica (3 Legisladores): Victoria Borrego, Marcela Campagnoli y Juan Manuel López.

Encuentro Federal (3 Legisladores): Emilio Monzó, Florencio Randazzo y Margarita Stolbizer.

[Bloque/Interbloque] (2 Legisladores): Facundo Manes y Danya Tavela.

La Libertad Avanza (LLA) (2 Legisladores): José Luis Espert y Carolina Píparo.

Frentes de Izquierda (3 Legisladores): Vilma Ripoll, Nicolás del Caño y Juan Carlos Giordano (estos tres no pertenecen a las mismas agrupaciones internas).

Muchos de estos nombres intentarán la renovación en sus bancas, quizás postulándose en el marco de otras alianzas o mudándose de distrito.

Participación Ciudadana en Coronel Dorrego
En el partido de Coronel Dorrego, el nivel de participación ciudadana en las últimas seis elecciones de legisladores nacionales ha sido históricamente alto. El porcentaje más alto en una elección de medio término fue el 84,54% en 2013, y el más bajo, un 75,17% en los comicios de 2021. La última elección realizada para la categoría coincidente con la de Intendente, en 2023, alcanzó un 79,20%. Estos niveles de participación son consistentemente cercanos a los guarismos registrados para las categorías de Presidente de la Nación y cargos a nivel municipal.

Datos de las últimas 6 elecciones para legisladores nacionales en Coronel Dorrego

AÑO 2023
JUNTOS POR EL CAMBIO 43.31%, 3946 votos – UNION POR LA PATRIA 30.81% 2807 votos – LA LIBERTAD AVANZA 24.25%, 2209 votos – FRENTE DE IZQUIERDA Y DE TRABAJADORES 1.64% – 149 votos.
Mesas: 47 – Electores: 13.921 – Votantes: 11.038 – Participación: 79.20 %

AÑO 2021
JUNTOS – 53.91% – 5188 votos – FRENTE DE TODOS 31.12%, 2995 votos – AVANZA LIBERTAD 5.92%, 570 votos – FRENTE DE IZQUIERDA Y DE TRABAJADORES 2.51%, 242 votos.
Mesas: 46 – 13.723 Electores – 75.17% de participación – 10.316 Votantes

AÑO 2019
JUNTOS POR EL CAMBIO 54.19%, 5616 votos – FRENTE DE TODOS 38.77%, 4018 votos – CONSENSO FEDERAL 5.33%, 552 votos – FRENTE DE IZQUIERDA Y DE TRABAJADORES 1.72%,178 votos.
Mesas 45 – Votantes: 13.244 – Porcentaje: 83.58 – Electores: 11.069

AÑO 2017
CAMBIEMOS BUENOS AIRES 55.36%, 5545 votos – UNIDAD CIUDADANA 25.61%, 2565 votos – 1PAIS 11.12%, 1114 votos – FRENTE JUSTICIALISTA 5.54%, 555 votos – FRENTE DE IZQUIERDA Y DE LOS TRABAJADORES 2.37%, 237 votos
Mesas 47 – Votantes: 13.765 – Porcentaje: 78.26 – Electores: 10.722

AÑO 2015
CAMBIEMOS BUENOS AIRES 53.49%, 4976 votos – ALIANZA FRENTE PARA LA VICTORIA 31.18%, 2900 votos – ALIANZA UNIDOS POR UNA NUEVA ALTERNATIVA (UNA) 10.59%, 985 votos – ALIANZA PROGRESISTAS 2.86%, 266 votos – ALIANZA FRENTE DE IZQUIERDA Y DE LOS TRABAJADORES 1.88%, 175 votos.
Mesas 46 – Votantes: 13.617 – Porcentaje: 82,15 – Electores: 11.186

AÑO 2013
FRENTE PROGRESISTA CIVICO Y SOCIAL 31.71%, 3128 votos – FRENTE RENOVADOR 27.52%, 2715 votos – FRENTE PARA LA VICTORIA 24.03%, 2370 votos – UNIDOS POR LA LIBERTAD Y EL TRABAJO 13.22%, 1304 votos – FRENTE DE IZQUIERDA Y DE LOS TRABAJADORES 2.17%, 214 votos – UNION CON FE 1.35% – 133 votos
Mesas 47 – Votantes: 13.623 – Porcentaje: 84,54 – Electores: 11.517.  (01-10-25).

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