El estallido radical: en cuántos pedazos se parte la UCR por culpa de Milei

Las diferencias en el partido centenario sobre su rol frente al Gobierno podrían precipitar una fractura, con sectores que buscan libertad de acción en cada distrito.

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Nota de Gabriel Sued en Cenital

La selfie de los cinco diputados radicales con el presidente resultó una postal del futuro. El encuentro en la Casa Rosada, que dejó al bloque en una ruptura de hecho, aceleró la discusión de fondo que atraviesa al partido de cara a las elecciones del año que viene: ¿el radicalismo será a partir de ahora oficialismo u oposición del gobierno de Javier Milei? Esa es la pregunta que hoy hace estallar a la UCR.

Un sector importante de la fuerza, capitaneado por los gobernadores Gustavo Valdés (Corrientes) y Alfredo Cornejo (Mendoza), prefiere no responder, al menos hasta mediados del año que viene, cuando llegue el momento de conformar las listas. Ven con buenos ojos la posibilidad de compartir frente electoral con el oficialismo nacional, aunque todo dependerá de la marcha del programa económico, aclaran. Por el mismo andarivel transitan sectores que no responden a un gobernador, pero que se oponen a la conducción del presidente del partido, Martín Lousteau. Es el caso de los diputados que se fotografiaron con Milei. Para garantizarse amplitud de movimientos, esos espacios impulsan la libertad de acción para que cada distrito defina su marco de alianzas. Es decir, para que la UCR de cada provincia decida si quiere ser parte de un frente de perfil oficialista u opositor en los comicios para elegir legisladores nacionales. “Si a Milei le va bien, nosotros lo vamos a ir a buscar; si le va mal, ellos nos van a venir a buscar a nosotros”, dice un diputado proclive al acuerdo con La Libertad Avanza (LLA).

Decidido a darle al partido una identidad de oposición a Milei, Lousteau llegó a un acuerdo con el diputado nacional Facundo Manes para detonar la estrategia de la libertad de acción. Es una jugada explosiva, que podría precipitar una ruptura. Ese sector apelará a las facultades de la convención nacional, el órgano que define el marco de alianzas del partido, para prohibir que la UCR comparta frente electoral con LLA en las elecciones nacionales de distrito. La convocatoria de la convención, que preside Gastón Manes, hermano del diputado, podría hacerse en noviembre. Con el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, como operador principal, el tándem Lousteau-Manes ya está juntando los votos para que el partido se expida.

Sería una continuidad del proceso iniciado por la convención para sancionar a cuatro diputados que apoyaron el veto, Mariano Campero (Tucumán), Luis Picat (Córdoba), Pablo Cervi (Neuquén) y Martín Arjol (Misiones). El quinto, José Tournier (Corrientes), es un liberal que entró al bloque como parte de la lista que armó el gobernador Valdés. La semana que viene, la mesa de conducción del comité nacional prevé convalidar la suspensión de la afiliación de esos diputados. Como anticipo, a Arjol, el único que integra esa mesa, lo eliminaron del grupo de WhatsApp. Jefe del radicalismo en Misiones, el diputado hizo campaña por Milei en el ballotage. Otros tres, Picat, Tournier y Campero, llegaron al bloque después de integrar la boleta de Patricia Bullrich y todavía mantienen el vínculo con la ministra, organizadora del encuentro con Milei, y con su operador, el diputado de PRO Damián Arabia. En la misma sintonía que esos cinco diputados están los dos que se ausentaron, Roxana Reyes (Santa Cruz) y Gerardo Cipolini (Chaco), y el catamarqueño Francisco Monti.

Pese a la polémica y a las diferencias, todos seguirán siendo parte del bloque de la UCR, ámbito donde los detractores de Lousteau y Manes son mayoría. “Hay dos caminos. En uno está el kirchnerismo. En el otro, el PRO, la UCR, la CC y LLA. Ese es nuestro camino, no quiere decir que vayamos a ir juntos. El problema es que elegimos a un presidente del partido que nos quiere llevar a un lugar donde no queremos ir”, dice uno de los cinco diputados. Un dato no menor: la UCR renueva 25 de sus 33 bancas en Diputados. La popularidad de Milei se mantiene intacta en muchas provincias, en las que LLA no tiene cuadros políticos de peso. Las necesidades de unos y otros podrían ser compatibles. “Campero quiere ser gobernador de Tucumán y Reyes se acerca al oficialismo porque un sector del radicalismo de Santa Cruz arregló con Vidal [Claudio, el gobernador]”, detalla un diputado. Un dato: Reyes y su mentor, el exdiputado nacional Eduardo Costa, tuvieron como asesor de campaña a Santiago Caputo.

Para el tándem Lousteau-Manes, hoy el radicalismo se divide en dos grandes sectores: los que quieren cerrar un acuerdo con Milei, entre los que apuntan en especial a Cornejo y Valdés, y los que no. Dentro de estos últimos, aclaran, hay algunos dirigentes que prefieren esperar un poco más para tomar distancia del gobierno nacional. “Hay banderas que son centrales. La UCR está a favor de los jubilados y de las universidades, eso no se discute. Es mejor que se rompa. Es preferible ser una facción, pero ser la facción mayoritaria”, dicen, sin pruritos, en la conducción del partido, donde cuentan como propio al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. “El quilombo de estos cinco diputados es que se pasaron de la raya y De Loredo [Rodrigo, el jefe del bloque] los protege porque, si se van, él queda en minoría. Cornejo no tiene independencia política de Milei porque si Petri [Luis, ministro de Defensa] es candidato, lo complica”, dice un dirigente que trabaja para cerrar las puertas a eventuales acuerdos con LLA. Es interesante: después de nueve meses de un gobierno que puso la política patas para arriba, el eje Milei/antiMilei no termina de desplazar al de kirchnerismo/antikirchnerismo, vigente desde hace más de dos décadas.

La pelea por el perfil del partido y por la política de alianzas para el año que viene tendrá una batalla determinante el 6 de octubre, cuando se elijan las autoridades del comité de la provincia de Buenos Aires, que hoy preside el senador nacional Maximiliano Abad. Ese sector intentó mantener la conducción por medio de una lista de unidad, encabezada por el exintendente de Trenque Lauquen Miguel Fernández, pero Lousteau y Manes llegaron a un acuerdo para presentar una lista alternativa, con el diputado provincial Pablo Domenichini a la cabeza. El manejo del sello del partido en la provincia resultará clave para la estrategia del perfilamiento nacional del espacio en la que trabaja Lousteau, que ya controla la UCR porteña.

 Si ese plan le sale bien, Manes sería el primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en 2025, en un frente opositor a Milei que no incluya al kirchnerismo, dicen en la conducción del partido. Si gana el sector de Abad, la UCR integrará el año que viene un frente “antiKicillof”, dicen en esa tribu. ¿En un frente con LLA? “Hasta el 20 de junio de 2025, día de cierre de listas, nadie lo sabe”, responden. En el asado que Milei encabezó el martes en Olivos, al que asistió el radical Campero, el propio presidente fijó una estrategia: “Muchachos, acá está el scrum. Ya no nos pueden voltear los vetos ni amenazarnos con juicio político. El año que viene vamos todos juntos y le rompemos el culo al kirchnerismo”. (24-09-24).

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