Política

Recortes, privatizaciones y desempleo: los prontuarios de los economistas de Milei si llega a la Rosada

Hace unas horas, Javier Milei, líder de los libertarios, ya confirmó a el Dipy como candidato a intendente en La Matanza por la Libertad Avanza. A él también se sumó el productor teatral Ariel Diwan, famoso por su escándalo de paternidad con Gisela Bernal, y que ahora ocupará un importante lugar en la lista de Morón. Pero, hay más, ahora, Milei confirmó quiénes será los miembros de su Consejo de Asesores en Economía, ya que decidió que si es elegido presidente, no existirá el Ministerio de Economía. Pero eso no es lo más sorprendente porque ese impacto lo dejó para los personajes que eligió para dicha función.

Entre el menemismo, egresados del Cardenal Newman y la Universidad Católica y columnistas de los medios hegemónicos de comunicación, Milei eligió rodearse la casta más neoliberal de las últimas décadas. Algunos de ellos fueron protagonistas o asesores en el saqueo más grande que sufrieron los argentinos entre los 90 y los principios del 2000. En ese contexto, Milei confirmó que el jefe del Consejo de Asesores Económicos de su gobierno sería Carlos Rodríguez, que entre 1996 y 1998 se desempeñó como Jefe del Gabinete de Asesores del Ministerio de Economía menemista y que fue secretario de Política Económica. Es famoso por sus libros de ultraderecha y sus columnas en La Nación y otros medios.

Pero, sin dudas, el miembro más famoso de todos es Roque Fernández. Tal vez el nombre le suene a muchos y es porque tras 24 años fuera de la política, quien fuera el sucesor de Domingo Cavallo en el Ministerio de Economía de Carlos Menem ha vuelto al ruedo. El resto del equipo lo completarán dos expertos en la economía de extrema derecha como Alberto Benegas Lynch (h) y Juan Carlos de Pablo. En plena campaña, Milei no ahorra elogios para sus flamantes socios políticos. Pero ellos no le responden de la misma manera.

Y el primero que le falló fue Fernández. El ex presidente del Banco Central y ex ministro de Menem había contado durante una entrevista realizada a finales de mayo con Clarín: “Todavía no hablé con Milei. Me comunico con él de vez en cuando o hablo. Pero no tengo ninguna participación en la definición de su estrategia política o económica”.

Tras desenmascarar que no tiene idea de la plataforma electoral de la Libertad Avanza, Fernández dijo: “Estoy en el Partido Demócrata que seguramente apoye su candidatura a Presidente. Pero nosotros como partido conocemos lo que dice Milei por televisión o diarios, no nos acercó todavía un programa. No estoy en Libertad Avanza pero sí en una potencial coalición del Partido Demócrata con LA”. Cuatro días después de esa frase, fue confirmado por Milei como miembro de su Consejo.

Además de ese insólito episodio, el propio Fernández desmintió a Milei en torno a una posible “dolarización” de la economía argentina. En la misma nota con Clarín, lanzó al ser consultado sobre un posible Plan Bonex o usar dólares en el país: “En 1998 y 1999 la dolarización era una operación de política económica, financiera y diplomática muy viable. Hoy no. Hoy no es posible dolarizar la economía. Además hay que analizar el tema de las Leliq. Nosotros en ese momento no las teníamos porque en los 90 erradicamos el déficit cuasifiscal mediante el Plan Bonex y por Carta Orgánica el Banco Central tenía prohibido endeudarse, no se podía emitir bonos”.

Y finalizó: “Por lo tanto la única deuda del banco era la base monetaria, o sea el dinero en poder y el encaje bancario. Otra razón por la cual un proyecto como aquel hoy no es tan urgente es que en definitiva hay una dolarización de la mano de la gente. Hoy no solamente se compra un departamento en dólares sino que los escribanos ponen los billetes arriba de la mesa, separan los ‘cara chica’ de ‘cara grande’ y todo así. La compra-venta de otros bienes durables también se ha dolarizado y hasta los ahorros de las personas de clase baja. Una empleada doméstica o un albañil van a una cueva a comprar US$ 10 o US$ 20”.

El prontuario de Roque Fernández

La carrera política de Fernández comenzó a principios de los 80 en la Ucedé. Tras generar contactos, entró en la política de primeras ligas en los 90, con Menem y como presidente del Banco Central. De ahí saltó al Ministerio de Economía cuando el entonces presidente se cansó de las discusiones, de la notoriedad mediática y del ego de Cavallo. Fue nombrado ministro en 1996 y de ahí comenzó con la idea de aplicar un paquete de medidas de ajuste total que pegan de lleno en el bolsillo de los trabajadores.

¿Cuáles eran esas medidas? Aumentar de 60 a 65 años la edad de jubilación de las mujeres; subir 30% los aportes de todas las categorías de autónomos; modificar el impuesto a las ganancias para que alcance a los salarios que estaban por debajo del mínimo no imponible; gravar con IVA la TV por cable, el transporte de pasajeros, la medicina prepaga, los seguros de vida y retiro, la educación privada sin subsidios y los espectáculos públicos; aumentar el gas oil (38%), las naftas (13%) y el gas comprimido; eliminar o bajar los reintegros a las exportaciones, a los que además se les retendría el 30% por ganancias al igual que a los reembolsos de IVA.

El supuesto objetivo era reducir el déficit fiscal. Pero no llegaron a aplicarse en su totalidad. Al evaluar el descontento de las opiniones, Menem canceló algunos puntos apenas un par de horas después de la presentación de Fernández. El enojo reinó en el Ministerio de Economía. Pero Menem le dio vía libre para que el proyecto de subir la edad de jubilación de las mujeres pasara al Congreso. Por supuesto, fue rechazada. Y el entonces mandatario lo sabía. Más allá de esas diferencias, Ferández se quedó hasta el final del gobierno de Menem, donde la recesión y la falta de empleo subieron sin parar y terminaron con el estallido social, político y económico en diciembre de 2001 y bajo el gobierno de Fernando de la Rúa.

Durante más de dos décadas, Fernández se mantuvo en silencio. Aunque brindó algunas entrevistas. En 2018, por ejemplo, le dijo a La Nación cuál era su plan para reducir la pobreza, bajar la inflación y que el Estado recaude más a través de más impuestos: “Hay que aislar a aquellos sectores de extrema pobreza de cualquier ajuste identificándolos en forma correcta, con un mecanismo parecido a la tarjeta SUBE. Y después subir todas las tarifas para el resto de la población. Esto de ir demorando los ajustes no sirve para salir de este desastre populista. Es un esfuerzo que debemos hacer entre todos, aunque al oficialismo le costará votos”. Lo llamativo es que Milei asegura que su plan es eliminar los impuestos. De lo que no hay dudas, es que Fernández y el resto de sus conocidos se suman a las filas del libertario con un solo objetivo: terminar el trabajo que iniciaron en los 90. (Big Bang News). (28-05-23).

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