De pokemones y memoria (dorreguera)

Pokémon Go! Es un videojuego para teléfonos celulares y tablets. También podemos considerarla una app para caminar. Básicamente uno va caminando por su ciudad siguiendo las indicaciones del juego en un mapa real en el teléfono para encontrarse personajes del mismo juego de manera virtual, en lugares reales. Lo que se conoce como realidad aumentada.

En cada ciudad, hay lugares de referencia, llamados gimnasios o pokeparadas que son lugares de encuentro y sirven para avanzar en el juego, subir de nivel.

Ahora bien, no todas las ciudades son iguales, nos puede tocar vivir en ciudades gigantes, o en ciudades más pequeñas, como la nuestra, donde los desarrolladores del juego necesitan de los jugadores para hacer del juego algo más atractivo.

Jason Cipriani nos explica bien en cnet.com:

«…si vives en un lugar con pocas pokeparadas (pokéstops) o gimnasios para conquistar, el juego pierde rápidamente su atractivo (…) la empresa desarrolladora de Pokémon Go, Niantic, está aceptando pedidos de nuevas pokeparadas y gimnasios a través de su sitio…Sin embargo, no existe garantía de que te aprueben el pedido, pero al menos les harás notar a los desarrolladores sobre la escasez de lugares dónde jugar en el área donde vives.».

En Coronel Dorrego, una de esas paradas es la casa donde vivieron María Salomón de Aiub junto a su esposo y sus hijos Carlos, Ricardo y Marita, víctimas del terrorismo de estado; y lugar que desde el año 2013 es una referencia histórica municipal.

«Me cuentan que hace rato la referencia histórica está en el juego, incluso mucho antes que en Google Maps», dijo Ramón Aiub.

«No sabemos si el sitio fue elegido por los propios desarrolladores del juego, o si fue una vecina o un vecino que envío la sugerencia. Tampoco si fue una máquina la que la aceptó, o si fue una persona, pero es muy saludable que dentro de un producto de entretenimiento tan masivo (en 2016, el año de su creación, el juego generó un verdadero revuelo a nivel mundial como pocas cosas pueden generarlo) se cuele nuestra historia reciente aunque estén por cumplirse ya 44 años. Se cuela la memoria en un videojuego», reflexionó.

«Se cuela parte de nuestra historia que lamentablemente todavía no es siempre aceptada y que de vez en cuando es negada. Se cuela en un producto de entretenimiento pensado para generan millones. Es algo así como que un pañuelo de las Madres aparezca en la próxima Misión Imposible. Una carga de credulidad para los incrédulos», agregó.

«Jóvenes y no tan jóvenes gamers se acercan a esa parada obligatoria y se topan con una parte de nuestra biografía dorreguera. Una parte de la que nos cuesta mucho todavía hablar. El juego la revela. Algunos, leerán la referencia y seguirán buscando personajes. Otros, curiosos, googlearán los nombres y sabrán que esos años oscuros no fueron tan lejanos, ni en tiempo, ni en espacio», completó.

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