“A nosotros no nos molestan los ruidos, nos duelen”

Ian Moche, niño con autismo e influencer, impulsa una campaña que propone reemplazar la pirotecnia sonora por formas de festejo que no generen daño. La iniciativa se llama “Más luces, menos ruido”, y busca concientizar sobre el impacto real que producen los estruendos en muchas personas.
“La pirotecnia, en el caso de las personas autistas, no es que nos moleste. A nosotros no nos molestan los ruidos, nos duelen”, ebfatizó. Ian explicó que los sonidos fuertes provocan desregulación y convierten una celebración en una situación muy difícil. Señaló que el problema no pasa solo por una molestia, sino por un dolor físico y emocional que altera el funcionamiento cotidiano.
“El exceso de estímulos es como nueve radios mal sintonizadas dentro de mi cabeza”, describió. La pirotecnia aparece de manera imprevista y genera un impacto que no se puede anticipar. “Es algo que aparece de la nada. Yo no lo espero”, dijo. Esa irrupción provoca una sobrecarga que termina en lo que suele llamarse crisis autista o meltdown.
Ian señaló que las consecuencias pueden ser graves. Muchas personas autistas, en medio del miedo, se escapan de sus casas y sufren accidentes. “Hubo chicos atropellados, asustados por la pirotecnia”, recordó. También mencionó el daño que provoca en mascotas, en el ambiente, en adultos mayores, en personas con Alzheimer, en personas con otras neurodivergencias y en excombatientes que reviven situaciones traumáticas por estrés postraumático. A eso se suma el riesgo físico para cualquier persona por el uso incorrecto o por los incendios que se pueden generar.
La propuesta no apunta a eliminar todo festejo, sino a cambiar la forma. “No es que tenemos que dejar de festejar, sino que tenemos que usar pirotecnia que no genere ruido”, aclaró. Entre las alternativas menciona las estrellitas y otros elementos luminosos que no producen explosiones, no contaminan y permiten que todos participen.
El activismo de Ian también se enfoca en la educación y en la construcción de una sociedad más accesible. Afirmó que existe mayor conciencia y que muchas personas lograron entenderse mejor o acceder a diagnósticos a partir de la información compartida. “Yo no quiero cambiar totalmente el pensamiento, quiero enseñar y educar desde el amor y desde la empatía”, dijo.
“El setenta por ciento es accesibilidad, el veinte por ciento es empatía y el diez por ciento son oportunidades”, resumió. En sus charlas utiliza ejemplos claros para que las personas neurotípicas comprendan las experiencias de las personas autistas y de otras neurodivergencias. Su objetivo apunta a una convivencia sin discriminación y con respeto real por las diferencias. (24-12-25).



