Hechos y protagonistas del Pago Chico: 50 años / Quequén campeón
Por Fabián Barda
Venía con logros de grandes pergaminos en su historia de 50 años (Quequén cumplía su cincuentenario en ese 1969). Había sido bi-campeón en la Liga Tresarroyense, “La Colombia Chica”, en 1958 y 1959. A fines del último año de la década del ’50 comenzó a jugar el Torneo Nacional de Clubes Campeones llegando en el verano de 1960, invicto a la recordada final con Atlético Tucumán que no perdió en los 90 de juego sino por penales. El de Quequén es, sin dudas, el logro más importante de la historia del fútbol dorreguense. Por ahí anda, todavía, el Atlético Tucumán reclamando una estrella para su pecho como primer campeonato logrado a nivel nacional.
También “El Quequén” estuvo en la noche de 1962 cuando quedó organizada definitivamente la Liga Dorreguense de Fútbol después de dos experiencias importantes y fundamentales para nuestro fútbol: la participación en la Liga Tresarroyense y la Liga Libre como torneo de cabotaje.
Ante tales antecedentes solo le restaba al conjunto oriental su primera vuelta olímpica en la era inaugurada en el ’62.
Fue el año de sus primeros cincuenta años de vida cuando logró su primera coronación. Independiente fue su escolta. Quequén logró sobre 18 partidos jugados, 12 victorias, 3 empates, 3 derrotas, 43 goles a favor y 16 en contra (no solo fue la delantera más efectiva, con amplio margen de goles sobre el resto, sino que también fue la valla menos vencida), cosechó 27 puntos; luego se ubicaron Independiente con 23, Oriente 22, Monte Hermoso 20, Rivadavia y Ferroviario 19, San Martín 18, San Román 16, Progreso 9 y Villa Rosa 7. Estuvieron en ese torneo los 10 equipos que hasta entrado los años 90´ serán los protagonistas del fútbol dorreguense.
El plantel Oriental estaba integrado por: Norberto Avalos, Miguel Rodríguez, Néstor Bahía, Eegardo Crespi, Luis Ceballos, Juan Luis Orellano, Carlos Mastrángelo, Álcides Lozano, Heriberto Colantonio, Pablo Bahía, Raúl Bonini, Oscar Sánchez, Juan Dalesandro, Jorge Orellano, Esteban Gauna, Luis Macchi, Osvaldo Fonseca, Arnaldo Blanco, Juan José Caballero, Jaime Díaz, Carlos Amestoy, Luis Meed y Francisco Tringler.
Al finalizar la primera rueda Ferroviario y, su clásico rival, Oriente lo escoltaban a cuatro puntos de diferencia. A medida que avanzó la segunda y definitoria ronda los aurinegros perdieron la segunda colocación a manos de los rojos.
En ese campeonato brillaban nombres como los de Hollender, Mc Coubry, Rochat, Campeón, Dominguez, Buduba, Hinding, Althabe, Castro, Balestra e Hinding en Independiente; Rodríguez, Chiaradía, Maldonado, Palomar, Brusa, Di Croce, Socca, Fernández, Boutempo, Bermúdez y Jure en Ferroviario, Flores, Figueroa, Smiith, Vigil, E. Avendaño, Iriarte, Simón, Dables, M. Avendaño, Torres y D´amico en Villa Rosa; Corral, C. Manzanet, Morán, Piñeiro, Pereryra, J. Lugones, Almada, Cabarcos, H. Lugones, Papaglia , Sarti, O. Sola y Ferro en San Román; Brussa, Agriello, Báez, Di Paolo, Saaby, Cárceles, Pallero, Herter, González, Villalba, González y Pérez en Rivadavia de Aparicio, entre otros.
La formación base de Quequén era: Norberto Avalos, Miguel A. Rodríguez, Heraldo Blanco, Edgardo Crespi, Osvaldo Fonseca, Luis Ceballos, Carlos Mastrángelo, Heriberto Colantonio, Juan Carlos Díaz, Pablo Bahía y Héctor Bahía.
Estos nombres quedaron en la historia grande de Quequén. Estaba como símbolo del propio pueblo “Pablito” Bahía, uno de los grandes jugadores de nuestra historia, con pasado glorioso en su Quequén y con pasado glorioso en Olimpo de Bahía Blanca.
Nuestro fútbol iba definiendo su propia identidad desde la decisión de dejar Tres Arroyos y apostar por una liga fuerte, bien dorreguense. El torneo del ’69, la consagración de Quequén, señalaron que el rumbo tomado era el correcto. (28-11-22).