Trigo HB4 / Guillermo Irastorza: «Ni bien lo vi me gustó»

“A los detractores les diría por qué no salen por el mundo a comentar de qué se trata, porque es una herramienta única para solucionar el hambre. Y que la creó una argentina (por la Dra. Raquel Chan). Si se hubiera inventado en otro país, seguro que ya lo estaríamos comprando”.

La frase fue dicha a La Nueva. por Guillermo Irastorza, productor agropecuario de Coronel Dorrego, tiene una posición tomada respecto del trigo HB4, ya expresada oportunamente en ese medio en octubre de 2020.

Fue sólo unas horas después del anuncio de la Resolución 27/2022, que faculta a la firma Indear SA (una sociedad entre Conicet y Bioceres) a comercializar la semilla de trigo HB4, y a sus productos y subproductos derivados, provenientes del trigo IND- ØØ412-7, y a toda la progenie derivada de los cruzamientos de este material con cualquier trigo no modificado genéticamente.

“Hace 4 años me invitaron a visitar un cuadro en Corral de Bustos, Córdoba, para ver la prueba del trigo transgénico con resistencia a sequía”, recordó Irastorza.

“Había escuchado 10 años atrás que se trabajaba un trigo así y estas ideas a mí me enamoran. Nosotros estamos en una zona con mucha dificultad con respecto a lo climático y siempre buscamos alternativas para competir y amoldarnos de la mejor manera”, agregó.

“Ni bien lo vi me gustó (el trigo HB4). Esa zona de Córdoba es privilegiada y, compitiendo con otros trigos, no desentonó. Incluso, se había defendido muy bien ante un pequeño estrés”, comentó.

“Hablé con quienes me invitaron y les dejé la inquietud de que ese trigo se debía probar en el sur bonaerense. Me inscribieron en el programa HB4 y ese primer año sembré bastante. A pesar de un año muy bueno, se manifestó en forma positiva en los toscales, otro de los problemas que tenemos más allá del clima”, aseguró.

“Sembramos y algo que me maravilló es que, por primera vez, vi todo el campo en forma uniforme, ya sea en la parte de bajo como en la de piedra, entre los relevamientos de octubre y noviembre. Por supuesto que los mejores lotes dieron más rendimiento y en los peores decayó un poco”, dijo.

“En 2021 volvimos a sembrar, pero esta vez lo hicimos en el 100 % del campo y pasó lo mismo. Fue un año duro, pero anduvimos bien”, explicó.

“Pero hay algo mucho más importante. Hace 12 años comenzamos el proyecto productivo en San Germán, en el distrito de Puan, y siempre lo continuamos. Ahora, a cargo de varios familiares, se decidió sembrar todo con HB4”, contó.

“El año pasado fue extremadamente duro allí, ya que desde el 1 de junio hasta el 31 de diciembre llovió 85 milímetros. Y se cosecharon 1.100 kilos por hectárea, en una profundidad de 35/40 milímetros; es decir, se hicieron 15 kilos por cada milímetro de lluvia. Entiendo que es algo inédito”, afirmó el productor.

“Pero lo más importante es que cuando se puso al HB4, en comparación con un trigo considerado como caballito de batalla por sus eventuales altos rendimientos, aunque no otorga muchos estándares, dio lo mismo; y con un salvedad a favor del HB4: 78 de peso hectolítrico y calidad 13 de proteína”, aseguró.

Irastorza dijo, asimismo, que lo ideal no es comparar los trigos a todos los efectos.

“Son distintos. Uno es un Falcon y el otro es una cupé Chevy. Suponiendo que el primero ya anda muy bien, si le ponemos HB4 rendirá aún más”, expresó.

“En el campo nuestro, en Coronel Dorrego, se hizo la única prueba con un trigo de variedad Algarrobo, con y sin HB4. Uno dio 2.400 kilos y el otro, sin HB4, llegó a 1.800 kilos; y sembrados uno al lado del otro”, contó.

“Por supuesto que hay que agregarle técnica de siembra directa, tratamiento de suelo y demás; es decir, todo el paquete tecnológico. El HB4 no es la panacea, sino que se trata de una herramienta más. Porque si se lo doy a quienes siembran alrededor de mi casa van a seguir cosechando lo mismo de siempre; esto es, muy poco”, concluyó. (La Nueva.). (31-05-22).

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