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Otra vez, el fútbol está de luto

Por Fabián Enzo Barda

Falleció Juan Ayerbe, casi escribo nos dejó Juan, nunca nos va a dejar. Lo que sí dejó es un gran legado del que ese maravilloso ser que es su hijo Eugenio debe estar orgulloso.
Le decían «El Abogado del Fútbol» sintetizando en ello la capacidad, el conocimiento y eso que a hace a la esencia de un dirigente, tan dificil de explicar aunque fácil de persivir.
Se hizo un camino en una época de dirigentes de la talla de Nírido Santagada, Ricardo Fuertes, Pedro Iribarne, Oliviero Olivieri, Aisa Abraham, Héctor Marcos e Ismael Arró, entre otros.
Conocedor como pocos de los reglamentos y normas que rigen en el entramado institucional del balompie se volvió fundamental en la construcción del fútbol posterior al 62 cuando quedó constituida la Liga Dorreguense de Fútbol.
Juan venía de la etapa del «Fútbol Grande» o de «La Colombia Chica» cuando los equipos dorreguenses militaban en la etapa más profesional de la Liga Tresarroyense. Paralelamente había apuntalado la Liga Libre donde Independiente, Rivadavia, Quequén y Oriente se cruzaban con equipos de Barrio y Clubes de la zona rural del partido.
Fue uno de los sembradores para la consolidación del fútbol dorreguero actual.
Juan Ayerbe marcó una época importantísima en una institución fundamental como Independiente de Dorrego.
Tras su radicación en Bahía Blanca se vincula con Olimpo. Sus quilates de hombre capaz y conocedor no son desaprovechados por el aurinegro de Bahía. Llegó a ser vice presidente de la institución.
Nunca se olvidó de Dorrego y no hay futbolero que sepa de sus mentas. En la etapa del rojo en Lifiba colaboró muchas veces como delegado ante esa Liga.
Dejó una huella fundamental como dirigente del Basquetball en épocas de formación que llevaron a una «edad dorada» de la especialidad. Nos estamos refiriendo a mediados de los 50 y principios de los 60 con Independiente, Ferroviario, Sirio, Sporting y Colegiales y con Dorrego como sede de recordados Regionales.
Dueño de miles de anécdotas que sin dudas el tiempo las llevó hacia el mito.
Si el rojo perdía un partido en forma dudosa o había expulsiones, que esa exigente tribuna consideraba injustas, se podía escuchar alguna voz que dijera: «Dejá que Juan lo gana en la Liga» o también en aquel Regional de Basquet en que uno de los equipos que visitó Dorrego tenía tres jugadores que profesaban un culto que no les permitía jugar los sábados. Conclusión: Dorrego enfrentó a ese equipo el sábado en la flamante sede roja.
Amable, atento, siempre con el tiempo necesario para charlar con todos. Ese era su estilo no sólo de gran dirigente sino de una gran persona. Descansá en paz Juan. (18-04-21).

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