La ciudad

Con el río revuelto en el peronismo, se relame Segurola

POR PABLO JAVIER MARCÓ

Cuentan que el periodista Hugo César Segurola anda muy entusiasmado por estas horas. Las desavenencias intestinas en el peronismo del distrito, surgidas o revitalizadas después de la designación de la nueva titular de la ANSES local, multiplicaron las conversaciones entre el principal referente del vecinalismo y sus más íntimos allegados partidarios.

Segurola es consciente de que más allá de virtudes y errores propios, tanto en el cenit como en la declinación electoral de Juntos por Dorrego, mucho tuvieron que ver los momentos de menor o mayor unidad o, al menos, acercamiento, entre las distintas facciones del peronismo dorreguero.

Pese a las varias críticas que Segurola le hizo a Osvaldo Barcelona, el conductor radial nunca negó que el abogado fuera el principal artífice de la reconstrucción del PJ, que pasó de 0 a 5 concejales en apenas 4 años. A la luz de los coletazos por la polémica de Anses, Segurola y muchos otros imaginan que Barcelona no será más candidato en Dorrego y que le costará armar alguna estructura sólida si desea competir apadrinando a otr@s hombres y mujeres.

Caña en mano, sentado a la orilla del alterado río de los «compañeros», el hombre del partido naranja sabe que la tarea inicial será fidelizar los escasos apoyos que cosechó en los comicios de 2017. Pero con eso no le alcanzará para recuperar bancas en el Concejo el año que viene. Para lograrlo, deberá acondicionar una ambulancia y salir a recoger los heridos que deje esta nueva (y muy ruidosa) discrepancia interna en la principal fuerza de la oposición.

«El escenario se asemeja bastante a los períodos preelectorales de 2011 y 2013», razonan Huguito y los suyos.

En diciembre pasado, en entrevista concedida al semanario Ecos de mi ciudad y replicada por esta página, Segurola respondió sobre algunos trascendidos acerca de su posible vuelta a la actividad partidaria.

Esto respondió: «En realidad, en coincidencia con mi cumpleaños, en una de mis tradicionales notas editoriales, hice una referencia a mi vida y perspectivas futuras, donde mencioné que dentro de mis proyectos no descartaba volver a la política, porque en rigor de verdad a los que incursionamos en ella ‘por vocación y servicio’ nos cuesta dejar sueños inconclusos. Obviamente se trató de una expresión de deseos que sólo el tiempo se encargará de darle su contexto real…».

Destacaba que Juntos por Dorrego se encontraba en un impasse electoral-legal, pero se mostró convencido de que la base estructural vecinalista está intacta en un 80 por ciento en cuanto a sus dirigentes y adherentes respecta.

En el fotomontaje, un Segurola sonriente, caña en mano. Es la metáfora actual del vecinalismo que lidera. 

«No es menos cierto que no es fácil reinstalarse, especialmente por la desventaja que tiene una fuerza estrictamente local respecto a las nacionales en cuanto a logística, infraestructura y respaldo económico. Como estamos en el marco de teorizaciones, todo es posible en política y en tal sentido, sigo siendo un hombre abierto y de dialogo, lo cual no implica arriar ideales y premisas básicas en la eventualidad de buscar puntos de afinidad o convergencia con otros sectores políticos», reflexionaba.

En dicha entrevista el periodista admitía que en las pasadas elecciones tuvo algunos diálogos informales sobre «esta visión personal de ampliar la mirada en pos de acuerdos programáticos y no solamente electorales».

«No obstante, preferí no avanzar ni inmiscuirme por una razón de estricto respeto a esa gran mayoría que en voz alta o en silencio me sigue acompañando. Es tiempo de esperar posicionamientos y esencialmente observar el escenario 2021 en las elecciones de medio término, para que esta puerta entreabierta de la política se abra o se cierre definitivamente».

Desde aquellas declaraciones hasta la fecha, pasaron cosas. Y vaya si pasaron.

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