Julián Mozo: “En la actualidad, el básquet es el deporte más complejo de ganar”
NOTA ESCRITA POR JUAN MANUEL FERRERA EN GLOBALONET
En el periodismo deportivo argentino, pocas voces están más autorizadas que la de Julián para hablar de básquet. Cubrió 5 finales de NBA y 3 mundiales. En Infobae y Página12, muestra el costado humano y el detrás de escena de las máximas figuras de este deporte. Mas allá de su experiencia, su mayor aval es la pasión por la pelota naranja, esa que lo motivó a escribir un libro sobre Manu Ginóbili o caminar 100 kilómetros para ver un partido de la Liga Nacional.
Arrancas con el periodismo en 1996, al mismo tiempo, en la Selección Argentina de básquet se empezaba a formar un equipo que terminaría haciendo historia ¿Cuánto influyó en tu formación profesional?
Lo que me pasó es que me obligó a ser mejor periodista. Yo sabía la historia del básquet argentino, crecí viendo la Liga Nacional y crecí cerca de Bahía Blanca, la capital del básquet nacional. Iba a ver partidos de la Liga, y hasta una vez llegué a caminar casi 100 kilómetros para ver un partido. Sabía que Argentina tenía una tradición y era fuerte. Yo tenía la pasión por el básquet, pero con eso no alcanzaba, porque siempre sentí que tenía que ser mucho mejor periodista de lo que era porque ellos eran muy exigentes adentro de la cancha pero también lo trasladaban al afuera. En aquel momento éramos pocos periodistas “especializados” y sentí que tenía que ser más cauto y saber más, para las entrevistas necesitaba prepararme mejor y acrecentar el conocimiento del juego. Creo que es el legado que me deja a mí, y creo que todos los que estábamos alrededor lo sentimos así.
Por tu trabajo como periodista fuiste testigo directo de los logros de la Generación Dorada ¿Qué destacas de aquel equipo?
La Generación Dorada fue un grupo especial. Todo parte del talento, porque por más que tengas un gran grupo, si no tenés el talento es muy difícil. Estamos hablando de un país donde vos salís a la calle y no ves gente de dos metros, no hay un biotipo físico promedio que te permita ser de los más importantes en un deporte tan complejo como es el básquet. A nivel selecciones, hoy el básquet es el deporte más complejo para ganar en el mundo, porque con la desaparición de Yugoslavia y la URSS, no es que hay 4 o 6 candidatos, sino 11 o 12 que podrían soñar con medalla en los Juegos Olímpicos. No hay otro deporte más difícil de ganar hoy.
Argentina, que si bien fue campeón en 1950, no tiene una tradición de estar tantos años compitiendo al más alto nivel como lo hizo la Generación Dorada durante 15 años. Eso dio una situación muy especial, entre Sconochini y Montecchia, que son del 71 o Scola y Delfino que son del 81, sucedió que en 10 años clavamos 25 jugadores de elite mundial. Es prácticamente imposible en un contexto donde el básquet no es como el fútbol, que es el más popular en nuestro país, donde hemos sido potencia mundial siempre. En básquet, Argentina metió más de una generación descomunal, con jugadores que se convirtieron en leyenda, otros tantos se quedaron afuera, porque hay jugadores que no han sido parte de la Generación Dorada o no se los considera tanto. Entonces ese talento fue determinante.
Más allá del talento innegable de esa camada de jugadores ¿Cuál crees que fue el plus que tuvo la Selección Argentina para lograr los resultados que logró?
‘Ser hermanos de camiseta’, esto que ellos mismos reconocían, hizo que se dé una situación muy puntual, esos chicos crecieron juntos, se generó una mística muy especial porque ellos decían que era como un viaje de egresados cada vez que se juntaban a jugar y dejaban de lado todo lo que vivían en los clubes. Un poco como les pasa a los chicos del fútbol hoy, se nota que hoy disfrutan de jugar juntos. Había broncas o peleas, pero todo estaba en un segundo plano porque todos tenían una oportunidad histórica y se llevaban bien, tenían la chance de hacer algo grande y cuando entraban a la cancha había una necesidad de potenciar el equipo.
Ese equipo fue un antes y un después, no solo en el básquet sino en el deporte argentino. No recuerdo otro. El legado de esta Generación Dorada marcó eso porque ves otros grandes jugadores de la selección que no fueron parte, como Milanesio y el mismo te explica que anteriormente todos tenían agendas individuales y se enfrentaban en la Liga, y tenían pica, entonces cuando se juntaban para jugar no es que estaba todo mal, pero tampoco estaba todo bien. Después de la Generación Dorada, todos las selecciones argentinas de todos los deportes, tomaron un poco del modelo Generación Dorada.
De la Generación Dorada surgen muchos nombres como Manu, Scola, Chapu, Oberto, entre otros. Sin embargo vos escribiste “El señor de los talentos” un libro sobre Emanuel Ginobili, ¿Cómo surge esa idea y como la convertiste en realidad?
El enfoque del señor de los talentos me salió como parafraseando al señor de los anillos, porque Manu también tiene esos anillos, los de la NBA. Lo que me pareció interesante de la historia de Manu es que a diferencia de Lebron, Jordan o Kobee Bryant, Ginóbili no “pintaba” para ser el jugador que terminó siendo al final de su carrera. Ni los hermanos, ni los que lo rodeaban apostaban a que sea un jugador de selección. Sí un jugador de Liga Nacional pero nadie esperaba un talento generacional. Hablamos de un tipo que cambió el deporte, dejó un legado en la meca del básquet, que es Estados Unidos. Realmente cuando vas a EE.UU. te das cuenta cuál es su huella e impacto, entonces me pareció bueno contar esa metamorfosis.
Mi idea era mostrar su personalidad y esa ambición que tiene Manu para intentar hacer cada cosa mejor, esa ambición que lo llevaba a saltar para intentar crecer porque no era tan alto en sus inicios. Siempre tuvo esa obsesión que le permitió llegar a lo que fue, Ginóbili siempre tuvo talento, pero se construyó como tal.
¿Crees que se aprovechó al máximo la popularidad de la Generación Dorada para potenciar al básquet nacional?
Lamentablemente no. Fue un fracaso estrepitoso a nivel dirigencial y de difusión. Todos saben quiénes son los de la Generación Dorada pero no hay grandes piezas audiovisuales, ni se vendieron tantas camisetas como se deberían haber vendido, ni el básquet alcanzó la popularidad que podría haber alcanzado. Acá hay un fracaso dirigencial muy grande en todos los deportes, no sólo en el básquet. Lo cierto es que puntualizando en el básquet les quedó muy grande la calidad de jugadores que tuvieron al resto de los actores del básquet argentino.
Más allá del recambio de jugadores ¿Cómo analizas el presente de los entrenadores argentinos?
Siempre tuvimos grandes entrenadores y no fue fácil elegir uno para la seleccion. De hecho un gran entrenador como Oscar “Huevo” Sánchez nunca dirigió en la selección. Al Che García recién le tocó ahora después de más de 20 años en el máximo nivel mundial, de dirigir varias selecciones y más de 20 equipos en el mundo. Tenemos grandes entrenadores para dirigir en el más alto nivel y grandes entrenadores para formar a nuestros jugadores.
En la Capital Federal hay pocos equipos con tradición basquetbolista ¿Crees que esto atenta contra la difusión de la Liga Nacional?
En Capital Federal es como que al básquet nunca terminó de prender a nivel difusión. Se juega mucho pero no se consume. Hay muchísimos clubes de CABA y Gran Buenos Aires, pero vas a la cancha de Obras, Boca, Ferro o San Lorenzo y están los hinchas de esos clubes, pero no mucho más, no hay nadie de otros lugares. Es como que los chicos que consumen el básquet no van a ver los partidos, primero porque consumen la NBA. Es imposible competir contra la que es probablemente la mejor organización deportiva del mundo.
La verdad que Capital Federal es un talón de Aquiles y no se hicieron las cosas que se podrían haber hecho, más allá de que se juega, se podría haber hecho mucho más. Obviamente está el tema de la comunicación y la comparación con la NBA. Allá se juega la final de la NBA y acá la de la Liga Nacional y nadie duda de que ver, por un lado, en la NBA favorece el consumo del básquet pero por otro lado te resta porque te obliga a compararte y te quita público. Es una situación compleja ver la gran pasión por el básquet en el interior y que en Capital nunca prendió. En los últimos 5 o 6 años se dio una situación muy injusta y es que en todos los deportes todo pasa por el fútbol, y el rating de los canales más importantes donde solo hablan de fútbol, River y Boca.
Si no les conseguís un Campazzo o un Scola no les interesa nada a los medios de hoy en día.
¿Hay un mayor compromiso social por parte de los jugadores de la NBA frente a cuestiones que ocurren dentro del país?
Sin ninguna duda y creo que la NBA es un ejemplo de como una organización se puede poner a la vanguardia de lo que pasó en el caso del asesinato de George Floyd. Todo lo que maneja la NBA y como se sube al reclamo de los jugadores, como interactúa y potencia me parece que es ejemplar. Nunca hubo una palabra altisonante hacia los jugadores, si no querían jugar, la NBA esperaba, analizaba y respondía.
Además, en la NBA hay líderes muy comprometidos e inteligentes. Dentro de un estrato social bajo, porque si vemos las historias de vida de los jugadores a la mayoría los abandonaron los padres, pasaron hambre y tuvieron problemas, pero en Estados Unidos hay cosas que de golpe no están en otros ámbitos como en el fútbol argentino, por ejemplo. Porque además ellos tienen la Universidad, el estudio y eso les abre la cabeza.
Si vemos algunas historias, como la de Lebron James, es una historia de pobreza extrema, si no tenía al básquet y un par de familias salvadoras no sé qué hubiera pasado. En EE.UU. los afroamericanos terminan en un muy alto porcentaje muertos, presos o trabajando en lugares con pésimas condiciones.
Lebron no tuvo al padre que lo abandonó, una madre soltera joven, mudándose 5 veces en dos años y faltando mucho al colegio. O sea, la historia de Lebron es esa y se salvó, y como él son muchos, pero podría haber sido diferente.
Las recientes finales de la NBA enfrentaron a los Celtics de Udoka y a los Warriors de Kerr, dos entrenadores que se formaron bajo el ala de Gregg Popovich ¿Cuán grande es el legado de Pop en la NBA?
Popovich ya es parte de la Historia de la NBA, a la altura de Red Auerbach o Phil Jackson. Lo de Popovich es especial por su estilo, no solo por lo que ganó sino por como lo logró. Tiene un enorme compromiso social. El entrenador de básquet es solo una parte de su persona, hay un ciudadano, una persona, un habitante de este mundo. Eso es lo que lo hace gigante.
Esa clase de entrenadores potencian a los atletas no solo a nivel deportivo. Recuerdo una frase de León Najnudel: “Una de las cosas de las que tiene que saber el entrenador de básquet, es de básquet”. Estamos hablando de 40 años atrás, cuando la psicología aplicada al deporte no era tan importante. Hoy en día, esta clase de entrenadores pasan a la Historia por su legado, por lo que ganaron, por lo equipos que formaron pero también por otras cosas, por esos intangibles que no se notan en la cancha.
Los que marcan época, no solo lo hacen por ganar, sino por como ganan. Y su legado se transforma en algo eterno.
En el último tiempo, el nombre de Becky Hammon aparece como una posibilidad concreta a convertirse en la primera entrenadora principal mujer en la NBA ¿Crees que la liga está preparada para dar este paso hacia adelante?
La NBA está preparada, pero en esta liga nadie te regala nada. Acá no hay una cuestión de género. Esto no es una empresa que busca contratar para quedar bien. En la NBA nadie regala nada. Becky Hammon está capacitada para entrenar en la NBA, pero para lograrlo va a tener que ser mejor que un hombre, no va a entrar para ocupar una plaza de mujer para quedar bien o para aparentar diversidad. Muchas veces la NBA es una “carnicería” y solamente le van a dar el cargo si los que toman decisiones consideran que está capacitada. El lugar que ella ocupe va a ser mérito de su capacidad.
En la actual NBA existen al menos dos estilos de construcción de equipos. Equipos como Lakers o Nets, apuestan por juntar estrellas y buscar resultados inmediatos. Otros como Celtics o Warrios buscan construir a través del draft ¿Crees que alguna de estas tendencias se va a imponer definitivamente sobre la otra?
En la NBA han ganado y perdido todos los sistemas, todas las formas de construir equipos. Ha habido grandes equipos formados con estrellas consagradas y grandes equipos formados con más tiempo en base a jóvenes talentos. También ha habido fracasos en las dos variantes. Creo que lo importante es la cultura de trabajo en cada equipo, y que saltarse pasos nunca termina bien. Los procesos necesitan un tiempo de maduración, pero justamente a veces lo que no sobra es el tiempo. Si vos tenés un Lebron con casi 40 años, tenés que ganar ahora. Es muy distinto cuando basas tu proyecto en una estrella joven como puede ser Jayson Tatum en los Celtics. Ahí tenés más tiempo para construir un equipo que acompañe la maduración del jugador.
Muchas veces algunos proyectos se ven interrumpidos por decisiones de los jugadores, que buscan cambiar de equipo o incluso de ciudad para vivir. Las construcciones siempre dependen del contexto.
Acaba de terminar la temporada 75 de la NBA. Con motivo de esta celebración se eligieron a los mejores 75 jugadores de la historia de la liga. Manu no fue elegido ¿Qué te genera?
Para mí Manu debía estar. Igualmente no creo que haya sido un error grosero. Ginóbili estaba en la competencia para poder ingresar. A grandes rasgos desde el puesto 60 al 75 había 90 jugadores con posibilidades de entrar, sin que ninguno se considere una omisión grave.
Lo que yo analizo es que en Estados Unidos las valoraciones son diferentes a las nuestras. Para ellos lo numérico, la estadística y los logros individuales son muy importantes, eso define muchas cosas. Quizá para nosotros, y en mi mirada particular, lo vemos de una manera más integral. En el caso de Ginóbili, el eligió lo colectivo por sobre lo individual. En desmedro de su carrera eligió ser suplente para ser funcional a su equipo. El tomo una decisión por el bien del equipo que muy pocos se atreven a tomar. No solo por lo deportivos sino porque esto también repercute en lo económico. Jugo menos minutos de los que podría haber jugado, anoto menos de lo que podría haberlo hecho y por ende gano menos dinero del que podría haber ganado, incluso esto le resto presencia mediática. El fue una súper estrella de la NBA y sin embargo aceptó ser sexto hombre. En las 2 temporadas que jugó como titular logró ser All Star. Es muy difícil dimensionar la carrera de Manu porque además de todos sus logros personales el hizo mejores a sus equipos y a sus compañeros. En todos los equipos donde estuvo ganó. Estudiantes de Bahia, Reggio Calabria, Kinder Bologna, San Antonio Spurs y la Selección Argentina. ¿Cómo se mide eso?
Entre los 75 elegidos por la NBA está Harden, que empeoró cada equipo en el que jugó. Pero Harden fue MVP y alcanzo los casi 30 puntos de promedio. Todo depende de que variantes elijas para la selección.
Tu 5 ideal histórico de la Selección Argentina, con la posibilidad de agregar un sexto hombre
Pepe, Manu, Chapu, Scola y Oberto. De sexto hombre Prigioni. Podría estar un Campazzo, un Milanesio, Campana o Furlong. Hay muchos grandes jugadores, pero yo con mis 6 elegidos voy a la guerra. (21-07-22).