Siete residentes del Hogar de Ancianos de Coronel Suárez terminaron la primaria

El pasado 14 de diciembre tuvo lugar el acto de egreso que oficializó la entrega de diplomas y medallas a siete abuelos del Hogar de Ancianos “Domingo Goñi” de Coronel Suárez. Una mezcla de emociones embargó a los egresados, pero también al personal de la Institución y a sus familias, no sólo por el inmenso logro alcanzado, sino también por las dificultades salteadas para llegar a la meta.

Según publicó el portal La Nueva Radio Suárez, María Rosaria Bencich Crevatin; Miguel Dietrich; Irma Noemí Glock; Carlos Maierhofer; Berta Liliana Schmitz; Juan Carlos Urban y Olga Mabel Weht, son los flamantes egresados del nivel primario que, en palabras de la directora del Hogar, Guillermina Alebuena, fue “un logro muy importante”. Sobre todo, considerando que fue en medio de la pandemia el tiempo en que debieron cursar: “Fue un esfuerzo muy grande de ellos y también del equipo docente” destacó Alebuena.

Fue Raquel Lázaro la que encabezo el grupo docente que llevó adelante este proceso de finalización de primaria. Ella se encargó de readaptar las actividades y propuestas a las nuevas modalidades, aunque estuvo acompañada de un grupo nutrido: las trabajadoras sociales, Gisela García y Elizabeth Huertas, y el docente Daniel Chiesa.

Lázaro, al ser consultada sobre cómo fue motivar a los abuelos para comenzar éste proceso y sobre todo, atravesarlo en virtualidad, contó: “A todos nos sorprendió la pandemia y debimos adaptarnos a nuevas estrategias para poder desarrollar, desde Educación, los objetivos planteados”. De ese modo, con la apertura del Hogar de Ancianos ante la iniciativa, pudieron trabajar de forma interdisciplinaria: desde el Hogar, con la predisposición y amabilidad al atender a los abuelos; y en los proyectos, con el respeto a los tiempos, intereses e individualidades de cada alumno, para que sientan que cada uno tiene su tiempo: “En la heterogeneidad se puede trabajar con lo que se proponía” afirmó Lázaro, agregando que no sólo se hacían actividades de estudio, sino también se desarrollaban los actos de efemérides, tal como sucede en las Escuelas.

Consultado Chiesa sobre cómo fue acompañar el proceso, recordó que “surgió de repente. Raquel no podía venir y fue ella la que planteó la necesidad de que las clases sigan virtualmente. Entonces, desde mi experiencia, plantee la necesidad de trabajar dos o tres días por semana en áreas de aritmética, lengua, literatura e historia”.

Aseguró que una de las cosas que más le gustaron fue que en actividades vinculadas, por ejemplo, a medio ambiente y ecología, que ellos lo asociaran a espacios que conocían, como lagunas o las Sierras: “La idea era que ellos internalizaran los conocimientos a través de sus experiencias” explicó, destacando que, para él, “fue una experiencia gratificante. Fue un ida y vuelta. Estoy agradecido, porque la parte mala de la pandemia, trajo éste vínculo de afectividad muy lindo”.

Por su parte, Gisela García profundizó en el desarrollo del proceso, señalando que “la pandemia trajo momentos malos a todos, pero a ellos, sobre todo, porque estamos hablando de una población que permaneció en aislamiento exclusivo desde que arrancó todo en marzo de 2020”.

En ese punto, marcó que hubo momentos de angustia, así como de alegría, pero rescató que apuntaron a promover que tengan un proyecto de vida en esa etapa: “Siempre tratamos de buscar la participación y actividad plena en todas las actividades que proponemos desde acá, en todos los talleres” dijo; y recordó que tienen estadísticas de los residentes que no culminaron la etapa primaria, lo que auspició de disparador para armar grupos y dar inicio al trabajo.

También describió como “muy emotiva” la jornada del 14 de Diciembre, en que oficializaron la entrega de diplomas, que no habían podido hacer en 2020: “Estamos cerrando el año de otra manera. Son fechas muy emotivas, con mucha alegría” aseguró.

En síntesis, la Trabajadora Social resaltó que “nunca es tarde para terminar la primaria, como para hacer muchas otras cosas también. Todos los egresados nos demostraron que sí se puede lograr, pese a todas las dificultades que se encontraron”.

Huertas, por su parte, destacó que “para ellos fue mucho más complejo porque estaban sólo dentro de la Institución. Por eso, la importancia, desde nuestro lugar, de acompañar y contener”.

Si bien -dijo- la alfabetización cobra muchísima relevancia, le dieron más foco a los talleres como educación física o computación: “Tratamos de continuar y sostener los diferentes talleres de la Institución, justamente para no modificar sus rutinas diarias, que son tan importantes”.

Destacó, además, que no fueron sólo los egresados quienes aprendieron, sino que, para los profesionales a cargo, el proceso de enseñanza les dejó múltiples aprendizajes: “Ellos nos dan sabiduría, nos reconocen y valoran. Por eso, destaco el aprendizaje de ellos y el nuestro” expresó, asegurando sentirse muy reconfortada, y destacando el acompañamiento de las familias de cada abuelo.

Una de las historias que los entrevistados destacaron por su carga emotiva y de ejemplo para quienes están por venir, fue la de la egresada Gloria Perl, una residente que, pese al pronóstico negativo de su cuadro de salud, comenzó con entusiasmo y optimismo el proceso de estudios para finalizar su etapa de Primaria, logrando, finalmente, culminarlos. Pese a lo que, su cuadro se dificultó y ella falleció. Su título y sus carpetas de estudios, además de la medalla de reconocimiento, fueron recibidas, en el acto de egreso, por sus hijas, en el que fue -quizás- el momento de más emoción de la jornada.

Son muchas las historias de superación que se repiten entre los egresados, consecuencia de las elecciones y los caminos abordados, pero una cosa es clara y es el ejemplo que los egresados representan por sus ganas de superarse y crecer, demostrando que no hay límites de edad para comenzar nuevos proyectos. (La Nueva Radio Suárez).

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