Una lluvia para emparejar la evolución de la fina
Las lluvias que se fueron dando en forma intermitente desde el domingo se transformaron en un muy buen aporte para los cultivos de cosecha fina que aún no habían nacido y también para los que ya estaban emergidos. Con volúmenes de entre 10 y 20 milímetros en el mayor de lo casos, las precipitaciones abarcaron una amplia región y resultan también muy beneficiosas para la oferta forrajera para la ganadería.
“Viene muy bien, ya se había sembrado casi el 100% de la superficie de la fina, con lo cual en ese sentido no trajo complicaciones. Es todo a favor”, indicó el ingeniero José Massigoge, de la Chacra Experimental Integrada Barrow.
“El principal beneficio es que ayuda a una emergencia pareja de los últimos lotes que se habían sembrado y todavía no se habían dado los nacimientos. Además, ayuda a poder realizar un mejor control de las malezas”, agregó.
En este sentido, los herbicidas son más eficientes cuando la maleza tiene mejores condiciones para su desarrollo que si estuvieran atravesando una situación de estrés. Otro beneficio es para los productores que habían empezado con la fertilización nitrogenada, porque el agua -más por cómo se dieron las precipitaciones- permite que el producto sea aprovechado por completo.
“Se estaba necesitando agua más en algunas zonas que en otros, pero la lluvia siempre es bienvenida, aún en esta etapa del año en el que los requerimientos son bajos, porque ayuda en muchos sentidos”, dijo Massigoge. “Al pasto para la hacienda le viene muy bien. Es bárbaro para el rebrote de los verdeos y de las pasturas”, completó.
En lo que respecta a los maíces tardíos que todavía están en pie, estas precipitaciones no cambian la situación. “Esos lotes se cosecharán a mediados de agosto, una vez que empiecen a tocar días más lindo”. (La Voz del Pueblo). (31-07-21).