Alejandro Sabella, el hombre que cruzó el Rubicón

Por Mauro Denegri (*)

Todavía tratando de digerir la muerte de00 Diego Maradona toca informar la partida de Alejandro Sabella.
“Sir Alex” Sabella fue una referencia, un docente y un maestro. Estas últimas son dos palabras de las que últimamente se abusa mucho, pero Alejandro llenó los formularios para ambas: fue docente y fue maestro.
Tuvo una trayectoria futbolística que arrancó en la década del ´70 en River viviendo “a la sombra” de un tal Norberto Alonso. Era un “10” de mucho talento, zurdo, muy elegante y de desplazamientos lentos, por eso su apodo “Pachorra”. Tenía además mucha calidad y mucha visión de juego, pero tener adelante Alonso, uno de los próceres de la historia de River, lo llevó a ir por otros caminos.
Fue uno de los argentinos que participó en el primer éxodo de futbolistas a Inglaterra junto a Julio Ricardo Villa y Osvaldo “Ossie” Ardiles. Fue primero al Sheffield United y luego al Leeds United, hoy dirigido por Marcelo Bielsa.
Sin embargo el esplendor de Sabella como futbolista llegaría en la década del ´80. Carlos Bilardo gastó dinero de su propio bolsillo y lo fue a buscar a Inglaterra para que se sume al proyecto de Estudiantes en donde él acababa de asumir como entrenador. Es curioso porque hoy por hoy “Sabella es Estudiantes” sin ser hijo de Estudiantes ni haber nacido en el club. Está en la selecta lista de próceres junto a Osvaldo Zubeldía, el propio Bilardo, Juan Ramón Verón y su hijo Juan Sebastián.
Otra cosa curiosa es que aquella recordada mitad de la cancha que armó Bilardo con Sabella, Miguel Ángel Russo, Daniel Ponce y Marcelo Trobbiani no jugó tantos partidos juntos y sin embargo hoy perduran en el recuerdo de los hinchas junto a otros como Guillermo Trama, Hugo Gottardi y Gurrieri luego de haber conseguido dos títulos, uno con Bilardo primero y otro con Eduardo Luján Manera después.
Luego llegó el turno de la Selección, siempre con Bilardo como DT y junto a otros futbolistas del medio local como Marangoni, Alonso, Márcico, Russo, y Jorge Rinaldi por citar algunos, que después no llegaron al Mundial.
Después pasó por Ferro Carril Oeste y Gremio de Brasil, pero cuando Daniel Passarella arrancó su carrera como DT, Sabella que lo conocía de River arrancó con él junto a Américo Gallego como primer ayudante. Conformaron un cuerpo técnico muy exitoso con un primer campeonato en River en la temporada 89/90 y varios campeonatos cortos más, los que les permitieron llegar a la selección en 1994 con una tarea muy complicada por delante que era recomponerse después del final de la generación Maradona. Sin embargo y pese a que algunos se despidieron del seleccionado, hubo otros que quedaron y varios más que se sumaron y que permitieron conformar un muy buen grupo que permitió eliminar a Inglaterra en octavos de final del Mundial de Francia en 1998 luego de los penales atajados por “Lechuga” Roa, para luego quedar eliminados frente a Holanda con el recordado gol de Dennis Bergkamp.
Más tarde, y aún cuando Gallego se separó de Passarella y conformó su propio cuerpo técnico, Sabella lo siguió acompañando, pero si usted lee bien verá que estoy contando historias que no tienen que ver con lo que despedimos hace días atrás, o sea la figura de Sabella no tenía hasta ese momento la dimensión que realmente tomó.
Pero todo cambia en 2009. Cambia la vida y cambia la historia de Sabella. En ese año asume como técnico de Estudiantes en lo que fue su primera experiencia en el fútbol profesional como orientador principal. Ese mismo año gana la Copa Libertadores con un equipo de Estudiantes comandado por Juan Sebastián Verón que después estuvo a nada de ganarle a Barcelona de Guardiola, si no hubiera sido por el gol de pecho que hizo Lionel Messi. Igualmente siguió ganando títulos con el “pincha”. Pero todavía faltaba más.
En 2011 asume como técnico de la Selección argentina. Y en ese ciclo de 2011 a 2014 encontramos si se quiere la parte más sustanciosa de lo que hoy es la despedida a un docente. Un ciclo que no arrancó bien con una derrota y un empate, pero que en Barranquilla empezó a enderezar el rumbo con un 2 a 1 sobre Colombia, después de ir perdiendo. El 2012 fue uno de los grandes años de la Selección. Ganaba de visitante y de local, jugaban las cuatro estrellas juntas (Messi, Agüero, Higuaín y Di María) y de contragolpe liquidaba a quien se le pusiera enfrente.
En el Mundial de Brasil arrancó distinto. El equipo se fue armando a partir del doble cambio de Gago e Higuaín frente a Bosnia, repitió formación contra Irán y contra Nigeria, se lastimó Agüero y encontró la variante de Lavezzi para jugar 4-4-2, luego se lastimó Di María tras el gol a Suiza y apareció Enzo Pérez, en un momento reemplazó a Gago por Biglia y el equipo fue cambiando la fisonomía pero supo competir frente a todos. Fue una selección defensivamente impecable. Le ganó a Bélgica, después a Holanda por penales y allí fue cuando Sabella habló de pasar el Rubicón, por lo que significaba pasar a la final y disputar después de tanto tiempo los siete partidos en un Mundial. El de la final fue el mejor partido de la Selección en el Mundial, pero apareció Gotze y se perdió. ¿Y qué pasó frente a la derrota? Esto dijo Sabella: “Debemos ser ante todo dignos. Seamos dignos nosotros mismos, seamos dignos con nuestros compañeros y con nuestros rivales. Seamos dignos en la victoria y seamos dignos en la derrota. Me duele en el alma no haber podido traer la Copa a la Argentina pero quiero agradecer a todos los jugadores del primero al último que dejaron sentado los valores que tratamos de imponer en estos tres años de campaña”.
El 2020 no nos da tregua. Antes Diego, ahora Alejandro. Se ha ido un maestro, un imprescindible. Deja un legado que ojalá lo podamos aprovechar. Todo lo que dependía de él lo hizo, ahora nos toca a nosotros capitalizar y difundir sus enseñanzas. Enseñanzas de un verdadero maestro. (19/12/20).

(*) Nota publicada en el semanario Ecos de mi ciduad.

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