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La Chacra Experimental Barrow cumplió 96 años

La función de la chacra es investigar distintos aspectos que hacen a la producción y tratar de buscar soluciones a problemas que hay en su zona de influencia, compuesta por los partidos de Tres Arroyos, Gonzales Chaves, San Cayetano y Coronel Dorrego -alrededor de 1.800.000 hectáreas productivas-.

La Chacra Experimental Integrada Barrow celebró 96 años de vida institucional y el nuevo aniversario se de en un momento muy particular de la entidad. Por primera vez a cargo de la dirección hay una mujer: la ingeniera Paula Pérez Maté. Porque no escapa al contexto económico general del país y el presupuesto es muy flaco. Y porque se ha decidido profundizar las relaciones tranqueras afuera con los distintos actores de la comunidad con el objetivo de lograr alianzas estratégicas para disimular la falta de recursos económicos y humanos.

“Hay que abrir las puertas y trabajar de forma integrada porque no son suficientes los fondos que se manejan desde el INTA y el Ministerio de Agroindustria”, explicó la ingeniera Pérez Maté al empezar a analizar la actualidad de la Chacra.

“La experimental está en un período de readecuación, iniciando mi propuesta de gestión que está caracterizada por una apertura institucional para promover la articulación público- privada. La idea es poder abrirnos a trabajar con diferentes instituciones del área de influencia de la Chacra. Me refiero a instituciones, entidades agropecuarias, asociaciones gremiales, cooperativas, Aapresid, CREA, los establecimientos educativos y las universidades”, indicó Paula, que reemplazó en el cargo al ingeniero Carlos Bertucci, quien fue director por casi 15 años.

Una experimental de puertas abiertas es la idea propuesta por la ingeniera y esa apertura institucional es el eje principal de la gestión que comenzó en marzo y finalizará en cuatro años. El objetivo es articular con otros actores del medio porque en muchos casos están llevando a cabo las mismas actividades de investigación y de extensión que la Chacra. “Lo que buscamos es aunar esfuerzos, generar la información y las actividades con los mismos recursos humanos y económicos”, manifestó.

“Estamos en un periodo de restricción presupuestaria, que no es nuevo sino que se viene arrastrando, y a su vez estamos en un periodo en el que la experimental comienza a perder vacantes, porque la gente que se jubila o pide el traslado, no se repone. Esto ha hecho que en los últimos seis meses la planta de personal se haya reducido en siete personas”, dijo la directora que lleva 28 años en Barrow.

Esta sangría tiene su impacto en las tareas técnicas que se llevan adelante en la Chacra. “Es una situación perjudicial porque nos quedaron algunos temas en los que se venía trabajando, desiertos. Y como incorporar una persona es muy difícil, debemos tratar de ir haciendo lo mismo con menos recursos humanos y menos presupuesto. Entonces no queda otra que articular”, aseguró.

La propuesta de gestión de Pérez Maté se enmarca en la nueva cartera de proyectos del INTA, donde también se plantea otra forma de trabajar, con programas nacionales, estructurales, disciplinarios y con plataformas de innovación territorial. Justamente estas últimas hacen que cada vez se tenga que articular más, tanto puertas adentro como tranqueras afuera de la experimental.

“Cuando se planteó el comienzo de esta nueva cartera de proyectos, de las plataformas, ya sabíamos que no se iba a contar con un presupuesto si no que hay que ir generándolo con estas articulaciones”, agregó la ingeniera.

La articulación planteada también busca otro beneficio para la Chacra en lo que se refiere a la tarea de extensión. “Nosotros tenemos muchísima información de años que hemos generado y a veces no llega al productor. Y seguimos investigando, pero no trasciende. Entonces no sirve. Poder articular con otra empresa, con otras instituciones que quieren hacer ensayos que ya tenemos, y ayudar a que se conozcan”, completó.

Como signo de preocupación en estos tiempos de ahorro forzoso, la directora de la Chacra planteó la imposibilidad de reponer el recurso humano que se pierde. “Eso es lo que más inquiete porque si bien la intención es también a partir de estas alianzas cubrir algún puesto, el recurso humano que vos formas en el INTA es muy calificado e importante. Y eso lo perdemos”, se lamentó.

La CEI Barrow llega a su aniversario 96, trayectoria que la sitúan como una de las experimentales más antiguas del país. Pero además, la Chacra cuenta con algunas particularidades que la diferencian de las restante estaciones. Es 33 años más antigua que el INTA y 26 que el Ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, que hoy están a su cargo, y es la única experimental del país que fue creada por productores, que estaban nucleados en la ya desaparecida cooperativa La Previsión. A eso hay que sumarle que a casi 50 años de su fundación, los descendientes de los productores que la gestaron, hicieron un aporte significativo y Barrow se transformó en la primera estación en contar con una cooperadora para recaudar fondos. Cuenta con otra rareza: ostenta el privilegio de que el convenio entre el Ministerio de Agroindustria bonaerense y la Nación, representada por el INTA, resultó exitoso. Al servicio de la región El objetivo de su fundación fue fomentar la tecnología y aumentar la producción de una amplia región.

La función de la chacra es investigar distintos aspectos que hacen a la producción y tratar de buscar soluciones a problemas que hay en su zona de influencia, compuesta por los partidos de Tres Arroyos, Gonzales Chaves, San Cayetano y Coronel Dorrego -alrededor de 1.800.000 hectáreas productivas-.

FUENTE Y FOTO: LA VOZ DEL PUEBLO.

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