La interna del PRO rompe el mapa de la Sexta y le complica la conquista del Senado bonaerense

La decisión de Patricia Bullrich de ir a una interna en todos los niveles y todas las categorías para enfrentar a Horacio Rodríguez Larreta y su armado está generando un fuerte sacudón político en el sudoeste bonaerense, en la Sexta sección electoral, donde Juntos se entusiasmaba con conseguir una diferencia de votos que le permita recuperar bancas en el Senado bonaerense y romper la paridad actual con el peronismo. La interna grande y violenta empuja a la coalición opositora a un cambio de perspectiva.

La “interna total” en la que se embarcaron los principales referentes de JxC de cara a las PASO del 13 de agosto próximo rompe el mapa político de la Sexta, una región con epicentro en Bahía Blanca y con un histórico perfil de voto conservador. “Esta decisión de ir a interna en todos lados desacomodó todo. Los intendentes están especulando hasta último momento para ver dónde jugarán, con el riesgo de que se le armen enfrentamientos artificiales en sus distritos”, resume un viejo baqueano de la política en esa región.

La región de 22 municipios ubicada al sur de Buenos Aires va a las urnas con dos batallas centrales: la renovación en el Senado bonaerense y la disputa de la intendencia que representa casi el 50 por ciento de los votos de la sección, la de Bahía Blanca.

Las bancas que se ponen en juego son las que se eligieron en la elección de 2019, donde, a caballo del triunfo a nivel nacional, el peronismo hizo una de sus mejores elecciones históricas. El Frente de Todos sacó aquella vez 40 puntos contra 51 de JxC, con lo que el reparto de seis bancas quedó tres y tres, cuando habitualmente suele ser 2 para el peronismo y cuatro para la alianza del PRO y radicales.

Hasta que las diferencias en el PRO se profundizaron, todo parecía encaminado a un armado relativamente ordenado, con el PRO negociando con sus socios de la UCR y los vecinalismos aliados para retener las intendencias que hoy controlan y armar una lista de seis candidaturas al Senado bonaerense.

En ese armado, el nombre más conocido era el de Héctor Gay, el intendente macrista de Bahía Blanca que ya avisó que dejaría el municipio para ir a buscar una banca legislativa, reemplazado por la histórica senadora bahiense Nidia Moirano en la disputa local.

Pero la guerra entre Larreta y Bullrich trastocó los planes. El movimiento más comentado fue el salto que protagonizó la sociedad Gay-Moirano, que se movía cerca del alcalde porteño y de Diego Santilli, y que anunció con bombos y platillos el mes pasado que se sumaba a las filas de los halcones. La jugada tuvo réplicas en los distritos. En seguida, a Gay y Moirano le siguió el jefe comunal de Coronel Rosales (Punta Alta), Mariano Uset, quien también se pasó al bando de Bullrich.

El efecto se frenó ahí. Desde entonces, los intendentes de Juntos de la región están replegados en la jugada local, todavía esperanzados con la posibilidad de llevar las dos boletas, pero conscientes de que cada vez hay menos chances de que eso ocurra, con lo que indefectiblemente deberán posicionarse en una interna peligrosa, que da lugar a rivales locales que se animan a competir, aunque la correlación de fuerzas sea absolutamente dispar.

“No se van a embanderar. Todos están esperando a último momento. Ahí optarán. Todavía no se mueven porque creen todavía que van a poder jugar con los dos; pero saben que van a tener que optar”, dice una referente histórica del PRO de la Sexta.

En esa lista están Raúl Reyes (Coronel Dorrego), Gay (Bahía Blanca), Mariano Uset (Coronel Rosales), José Luis Zara (Patagones), Facundo Castelli (Puan), Guillermo Pacheco (Pellegrini), Martín Randazzo (General La Madrid) y Gustavo Notararigo (Saavedra).

Para muchos de los jefes comunales, enfrentar unas PASO es no solo incómodo, sino molesto. Algunos califican esa interna como “antinatural”. “Trabajamos juntos todos estos años con sectores de la política local que ahora van a interna porque le dan una lista entera para anotar su nombre y ‘fierros’ para hacer campaña”, se queja uno de los intendentes.

El caso de Bahía Blanca es uno de los mencionados. Ante el pase de Gay y Moirano (ahora candidatata a intendenta) a las filas de Bullrich, el senador lilito Andrés De Leo, hasta ahora aliado, se decidió a presentar una precandidatura para enfrentarlos en las primarias con la boleta de Larreta.

La situación de incertidumbre se profundiza por la indefinición del radicalismo bonaerense, que a pesar de dar señales claras en el sentido de que terminaría jugando en las filas de Bullrich, todavía no termina de fijar una postura conjunta. Lo que resuelva el partido que lidera Maximiliano Abad tendrá un fuerte impacto en los distritos. En la Sexta, los intendentes radicales de Dorrego, Pellegrini, Puan y Saavedra están a la esepra de ese movimiento, conscientes de que abrirá enfrentamientos internos en sus pueblos.

El armado se terminará de definir el 24. En la discusión también estará la conformación de la lista, que se pondrá en juego en las primarias. Mientras tanto, en el sudoeste, los dos bandos de la interna de JxC se preparan para una interna total que trastoca los planes originales de ir todos juntos para recuperar la hegemonía política en la Cámara alta de la Legislatura. (Fuente Letra P). (17-06-23).

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