Beligerancia política apuntando al descontrol democrático
Por Carlos Madera Murgui / Nota de opinión publicada en http://testigosdeprivilegio.blogspot.com/ y leída en el comienzo de la semana Mesa de Café por LA DORREGO
Durante el ciclo macrista decíamos en el turno de la mañana desde muy temprano, y usaba en el fin de los editoriales diarios de “ Dorrego Despierta”, una frase que no había inventado, que era “Rompemos”, ironizando a “Cambiemos”, denominador de propaganda de la coalición gobernante. El deterioro fue sistemático a medida que pasaba el tiempo, y de acuerdo a nuestra previsión de lo que estaba ocurriendo,( porque la prevención está hecha de anticipaciones) con un mar poco propicio para surfear, en aquellos momentos, cuando todos iban para otro lado. El daño finalmente fue devastador. Vinieron las elecciones, el recambio cantado, pero si el panorama era difícil en diciembre de 2019, cosa que el nuevo gobierno sabía, (aunque el control de daños todavía no terminó luego de un año y medio vista,) decía, si era muy difícil en aquella fecha, la aparición de la pandemia de Covid19, trastocó toda idea a desarrollar, pero también los escasos recursos a recuperar y disponerlos. Además no existió ningún manual mundial a imitar, tal cual le gusta a la élite comunicacional porteña y sus repiques, cuando se regodean hablando de otros países, todo era nuevo, no existía ni experiencia, ni estrategia. En este impensado escenario, (inédito), arrancó una nueva conducción nacional y provincial, donde los dolores no pueden apartarse de la epidemia. Pero más allá de ello, salvo los gobiernos y una importante parte de la población, que no abandonó el vivir y pensar en la peste; a otro sector minoritario se le olvidó rápidamente todo y retomó su beligerancia política apuntando al descontrol democrático, disparando al aire con un conjunto de soldados sin un líder, ni un pensamiento determinado, pero con ímpetus impensados, ante el regalo de espacios de un gobierno nacional, que apareció como ingenuo en pos de una aglutinación societaria frente al flagelo como debía ser. A la correlación de fuerzas la oposición jamás la perdió de vista y marca agenda ante la pasividad de agudeza e intuición o una falta evidente de política comunicacional profundizando doctrina y discutiendo formas como usufructuaron los kirchnerismos pasados. Por encima de no dejar de lado lo que pasó, y tener y refrescar la memoria, donde no se reparte o distribuye lo que no se tiene, pero se debería progresar en resaltar lo propio. Por ejemplo, el enorme esfuerzo de los esferas de gobierno para la asistencia social y atención, no solo a los sectores más vulnerables, sino al espectro productivo/comercial en general, ( el que está en la formalidad claro),que es cierto, mermó, pero que fue importantísimo durante 2020 y los primeros meses de este año. Además y para el de a pie, los formadores de precios en este país, que ostenta gran parte del poder real, funcionan de victimas apareciendo con sus intereses siempre perseguidos, pero como groseros operadores políticos en el deterioro diario de todos, siempre lo han hecho. El gobierno ha fracasado en la lucha contra ellos, y un gobierno popular como ningún otro aparece para enfrentarlos, necesitamos como en los mejores tiempos, explicaciones concretas sobre la lucha del poder en la Argentina,( que no pasa, está visto,) por el bastón y la banda. El gobierno mediante el presidente, (no debería hacerlo), responde y aclara y sigue aclarando temas por debajo de las complicaciones bastante más graves de las que nos instalan, y vaya si las tiene. No llega al igual que el equipo de gobierno y es evidente y comprobable que no alcanza, no convence. Alberto Fernandez confía en la difusión y ocupación de los medios grandes junto a agencias internacionales inclusive, éstos no lo hacen sino para desnudar errores o falencias, de las cuales el primer mandatario se hace cargo el día siguiente, de aclarar que quiso decir otra cosa y así desde que arrancó. En estos momentos donde todos son especialistas y conocen sobradamente los temas, donde todos están preocupados y ocupados en solucionarnos los problemas diarios, incluyendo a la infaltable extrema izquierda, la convicción del gobierno nacional y la de los candidatos de la coalición Todos en todo el país, debería pasar por entender que el entusiasmo de campaña debe afrontar la manipulación política de las variables económicas que no manejan, defendiendo lo público y lo mayoritario que está en juego, deduciendo que en esta elección, la de noviembre, no solo se define una vez más en un todo, no solamente lo político, sino también lo social y cultural que ya conocemos y además en pandemia. Alfonsín, Raúl , aquel que luego de abandonar la presidencia estuvo muy solo por varios y largos años, tapado por su propio partido, se lamentó puntualmente en su momento por la derrota cultural fundamental ante el menemismo, a la que definió como en las antípodas de su pensamiento, y como emblema que había desembarcado para quedarse y las diferencias radicaban precisamente allí, en todo el contenido cultural, comprendiendo ideología, usos y modos de pensar y actuar en función de los gobiernos que se comparten. Una frase de los manifiestos de la revolución fusiladora del 55 que escuche estos días, grafica ciertas dudas. “ El hijo del barrendero, deberá ser barrendero”. (04-09-21).