La Región

¿Cómo afectó la pandemia a la olivicultura del distrito y la región?

La postergación de ferias, y otros eventos regionales semejantes, afectaron la comercialización de productos de las firmas olivícolas de la zona —mayormente ubicadas en el distrito de Coronel Dorrego, inmersos en la Cámara Olivícola del Sur— con una caída de alrededor del 36 %.

Asimismo, la dificultad para contratar mano de obra temporaria para la cosecha y la imposibilidad de concretar visitas guiadas a las fincas, son algunas de las consecuencias de la pandemia por el Covid-19.

Así aparece en un informe denominado El cluster de olivos del sudoeste bonaerense: caracterización e impacto de la pandemia sobre el sector, que elaboró la Dra. Lorena Tedesco, del Departamento de Economía de la UNS e Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (UNS-CONICET), con colaboración del Lic. Matías Sofía, del mismo departamento.

“Por la pandemia y las medidas de aislamiento y distanciamiento el efecto se sintió sobre casi la mitad de las empresas, principalmente por la afectación sobre las ventas y por el alargamiento del período de cosecha ante la menor disponibilidad de trabajadores ocasionales”, dijo Tedesco.
Citó la dificultad de contratar mano de obra temporaria (proviene del norte del país, principalmente de Santiago del Estero) cuando la circulación estaba restringida.

“Eso significó que se pudiera acceder a la mitad de los empleados que se disponen habitualmente. Así, la cosecha, que generalmente abarca los meses de abril y mayo, se extendió en las empresas de mayor cantidad de hectáreas hasta junio, con los costos que ello acarrea”, agregó.

Recordó Tedesco que el hecho de conseguir trabajadores para la cosecha ya era problemático para las empresas por múltiples razones. Incluso, por esta misma dificultad algunas fincas están implementando la cosecha mecánica. Asimismo, dijo que las empresas que abrían sus fincas para visitas guiadas (el 18 % del total) debieron abandonar esa actividad, algo que ahora está retornando en forma paulatina y con el aforo permitido por las reglamentaciones.

“Por un lado las ventas aumentaron porque muchas familias, que se vieron confinadas al hogar, incrementaron el interés por cocinar. Sin embargo, la caída del poder adquisitivo de la población por quienes vieron reducido su ingreso, o perdieron el trabajo, produjo una merma considerable en las ventas de un producto que no es básico y que tiene un diferencial de precio importante respecto de otros aceites, como los de girasol”, explicó.

“Además, las fincas que tienen estands a la vera de la ruta, vieron disminuida su venta en esa boca de expendio ya que, aunque la ruta nacional 3, sobre la cual están la mayor parte de las empresas de Coronel Dorrego es muy transitada, la circulación de vehículos se vio restringida”, añadió.

También sostuvo que, de acuerdo con los productores, ningún organismo del Gobierno nacional se acercó al sector para ofrecer ayuda y así paliar las consecuencias negativas de la pandemia. (La Nueva.). (21-08-21).

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