Vidal negociará colectora con Alternativa Federal
La estrategia busca reforzar a Cambiemos en la provincia de Buenos Aires. Macri terminó aceptando esa chance. Por ahora sólo hay conversaciones con Alternativa Federal. Massa, principal objetivo.
No hay discusiones internas, todo se hace con la aprobación de Mauricio. Por ahora es una apertura, veremos dónde llegamos”. Así se confirmaba anoche que, de todos los planes que estuvieron dando vuelta alrededor de las posibles estrategias electorales de Cambiemos, el único con alguna chance de concretarse es el “Y”. En lenguaje llano: con el consenso presidencial, se abrió la chance de negociar con Alternativa Federal (con Sergio Massa como principal cliente potencial) compartir la lista de María Eugenia Vidal para la gobernación. Así podría la gobernadora colgar la boleta de la candidatura presidencial de Macri y también de la del peronismo no K, aunque la chance queda habilitada para cualquiera.
En lo técnico eso implica dar marcha atrás con el decreto de Macri que prohibió las colectoras; claro está que por entonces la estrategia de Cambiemos es otra. Ese decreto fue apelado por casi toda la oposición y el expediente hoy está en el escritorio de la jueza electoral María Servini, recién reincorporada de su licencia. Si la Justicia no lo voltea los cambiemitas bonaerenses, ya le tienen asignado el destino: “Del decreto se tendrá que ocupar el Gobierno nacional”, descontaban ayer desde La Plata. Se trata del Decreto 259/19 que fue firmado en abril, aunque la velocidad de la política argentina haga parecer que eso sucedió hace siglos.
La decisión es el final de una negociación interna en Cambiemos en la que jugó fuerte Vidal para presionar al macrismo. Más allá del éxito o no que pueda tener, en momentos en que Massa negocia al mismo tiempo con el kirchnerismo (Alberto Fernández ya le hizo pública la oferta para que compita en la PASO presidencial de Unidad Ciudadana), la apertura de esta vía da por sentadas algunas definiciones. Por lo pronto, no habrá Plan V porque Vidal queda en el centro de una estrategia de defensa de la gobernación en la que ella misma se vuelve imprescindible.
Por lo tanto, deberían despejarse (quizás definitivamente) las chances de un corrimiento de Macri de la fórmula presidencial. Ahora (es decir, desde ayer) el Presidente habilitó el Plan Y, por lo que el propio Marcos Peña está obligado a aceptar esa opción que no gustaba. En el búnker de Vidal el movimiento era festejado casi como una victoria.
El objetivo de esta estrategia que ayer logró destrabar Vidal dentro de Cambiemos lo tiene a Massa en el centro, pero la opción puede transformarse en una salida para que Alternativa Federal termine de formalizar alguna opción electoral, colgándose (aunque correspondería ubicarlo al revés) de la boleta de Vidal gobernadora. En ese juego estaban ayer Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto que insisten en convencer a Roberto Lavagna de avanzar con la tercera vía. (Ver nota pág. 12).
Canales de diálogo no faltan. Massa y el “vidalismo” bonaerense tuvieron hasta ahora una fructífera relación, sobre todo en la legislatura de la provincia. Hay diálogo diario aunque con temores. El tigrense, al mismo tiempo, sigue presionado por sus intendentes por un lado y el sector más anti-K del Frente Renovador por el otro para cerrar la negociación con Unidad Ciudadana. La situación los pone, al menos por unos días, claramente en el centro de la escena.