Política

El rechazo a la ley de aborto sumó dos nuevos votos y se consolida en el Senado

Los “celestes” antiabortistas celebran en silencio, y con mucha prudencia, porque saben que el partido no terminó y pueden pasar muchas cosas hasta el 8 de agosto, el día D del debate. Pero dos senadores más definieron este martes su rechazo a la legalización del aborto: el radical Angel Rozas, y la peronista catamarqueña Inés Blas. De esta manera, el “no” estiró su ventaja, en una jornada que incluyó otro “golpe psicológico” a los verdes, el “blanqueo” del voto de rechazo por parte de la radical santacruceña María Belén Tapia.

Así las cosas, los “celestes” quedaron en los conteos previos a un paso de hacer caer la media sanción de Diputados. El “no” reuniría 35 votos, mientras que el apoyo al proyecto 32, sumando a los que quieren votarlo tal como llegó y los que proponen cambios. Sobre 72 senadores, habrá una abstención (la neuquina Lucila Crexell) y una ausencia segura (la puntana Eugenia Catalfamo, de licencia por un embarazo de 8 meses). Quedan tres “indefinidos” peronistas: el santafesino Omar Perotti, el salteño Juan Carlos Romero y el tucumano José Alperovich, que podría sumarse al “sí”. Las usinas daban a Romero sumándose al “no” o faltando y a Perotti presentando un proyecto propio.

Este miércoles habrá un test previo, la firma de los dictámenes, ya concluido el plenario de las comisiones de Salud, Justicia, y Asuntos Constitucionales. En la “cuenta dura” podría darse que el dictamen de mayoría fuera el favorable a la legalización del aborto, ya que por la integración de las tres comisiones podría reunir 26 firmas contra 24 por el rechazo, con 2 ausentes (los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y Catalfamo) y la duda del salteño Romero. Con todo, el dictamen de mayoría sólo indica que tiene prioridad para la votación. Pero no es decisivo: si no reúne los votos necesarios, se tratan los dictámenes de minoría. Como sea, los “celestes” no insistirán con su amenaza de trabar el dictamen.

En la última jornada de exposiciones de expertos, ayer la alarma entre los “verdes” quedó expuesto en una reunión que mantuvieron senadores que están a favor del proyecto con diputadas “verdes” e integrantes de la Campaña Nacional por el Aborto Seguro, Libre y Gratuito. Allí se plantearon los trazos gruesos de la estrategia a seguir para “salvar la ley”.

“La posibilidad de revertir es con cambios. Avanzamos en este aspecto con el colectivo de mujeres, acercarnos a un escenario posible para que la ley salga. Lo peor es que no salga ya que va a configurar una situación de frustración para el país”, resumió el peronista Miguel Pichetto, al terminar el cónclave. Estuvieron las espadas transversales en favor del aborto, además de Pichetto, el macrista Humberto Schiavoni, el radical Luis Naidenoff; también el chubutense Alfredo Luenzo y el cordobés Ernesto Martínez. Hasta allí llegaron las diputadas Victoria Donda, Cecilia Moreau, Brenda Austin, Mónica Macha, e integrantes del “colectivo de mujeres”, como Malena Galmarini, Marta Alanis y Mabel Bianco.

Luenzo admitió que los números estaban complicados para los “verdes” y que eso “nos obliga a replantear las cosas y mostrar flexibilidad”. La búsqueda de este apoyo de la Campaña nacional para “salvar” la ley es porque hay sectores que levantan la consigna de “no negocien con nuestros derechos”. No participaron senadores del cristinismo, pero desde esa bancada trascendió que acompañarán esta estrategia.

Unas horas antes, la definición por el rechazo al proyecto por parte de Rozas y de Blas, había pegado fuerte a los “verdes”. Con 35 votos, el ala “celeste” se garantizaría el empate, lo que llevaría a una definición de la vicepresidenta Gabriela Michetti, claramente antiaborto. Si es que no suman a alguno de los tres indefinidos en el camino. Pero los “celestes” no festejan por anticipado: ya sucedió en Diputados que hubo un vuelco sorpresivo (la jugada del gobernador pampeano Carlos Verna con el cambio de voto de dos diputados) cuando ya la creían ganada; entre los “verdes” apuestan a que haya ausencias o a emparejar con los cambios. Estos irían en el sentido de la “opción Córdoba”, que propone bajar la despenalización hasta la semana 12, en lugar de la 14; objeción de conciencia institucional y una partida para atender los casos en hospitales públicos y obras sociales sindicales.

¿Alcanzará para “que la ley salga”? Esa es la pregunta que todos se hacen, en una Cámara que en este tramo final parece reflejar el supuesto rechazo al aborto “del interior profundo” -allí donde pisa fuerte la Iglesia- que muchos señalan. (Clarín).

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