Adoquines: qué opinaban nuestros políticos y algunos vecinos en 2010
«Cada vez que salimos nos afloja el auto», decía hace 8 años el por entonces concejal justicialista Remo Speranza.
En 2010, según informó el diario bahiense La Nueva., «se instaló con fuerza en Coronel Dorrego el debate sobre la presencia de adoquines en las principales calles céntricas».
Mientras varios vecinos proponían la eliminación total del empedrado, otros se resistían a su retiro y algunos sostenían una posición intermedia de mantener algunas calles adoquinadas para preservar el patrimonio histórico y cultural.
La controversia surgió después de que el Concejo Deliberante solicitara al Ejecutivo la elaboración de un proyecto de remodelación del centro comercial.
En la parte final de la sesión en la que se analizó el tema, el por entonces concejal Remo Speranza (Frente para la Victoria – PJ) planteó que si se proyectaba embellecer la ciudad, había que evaluar qué hacer con las calles con adoquines.
«Cada vez que salimos nos afloja el auto», se quejó Speranza.
En tal sentido, la exedil del oficialismo Gladys Di Doménico (UCR) recordó que hace algunos meses fueron retirados adoquines en algunos sectores de la localidad, como los cruces de calles, para que los peatones y personas con problemas motrices pudieran desplazarse sin inconvenientes.
«Esto merece un análisis profundo porque los adoquines forman parte del patrimonio histórico y cultural de nuestra ciudad», enfatizó.
Finalmente, Speranza respondió: «Trato de ser constructivo; para conservar el patrimonio cultural, podemos mantener una calle con adoquines colocando una referencia histórica».
El vecino Daniel Piñón opinó aquella vez debería existir una solución para hacer un mantenimiento de la zona donde hay adoquines para que queden más lisos y no sufra ese porcentaje de Dorrego que tiene auto o se maneja en bicicleta, en lugar de plantearse la discusión sobre si deben sacarse o no.
«Estoy de acuerdo en resguardar todo lo que es historia en las ciudades; cada adoquín tiene la impronta personal de aquellos que trabajaron varias horas para hacerlos», dijo.
«Mucha de la gente que quiere sacarlos, cuando ven por televisión a alguna ciudad francesa destaca el cuidado del patrimonio en esas localidades», opinó.
«Hay que dejar los adoquines porque los autos se rompen cuando se transita por el asfalto y caen adentro de algún pozo que tardan días en arreglarlo», enfatizó.
«Lo mismo hicieron con la pérgola y los leones que estaban en la plaza principal, que no molestaban a nadie y fueron retirados», completó Piñón.
Por su parte, Edith Fernández, quien vive frente a la plaza –«la cuadra más histórica de Coronel Dorrego», como ella misma la definió–, contó en 2010 que su abuelo, que falleció en 1935, debió vender los lotes que poseía para poder hacer el empedrado y consideró que eso para su familia «resultó de lo peor».
«Se tuvo que desprender de todos los terrenos que tenía a pesar del sacrificio que le demandó tenerlos y ahora quieren sacar los adoquines. Con mis descendientes nos oponemos a esa decisión», aseveró.
«¿Quieren borrar la historia de la ciudad, de todos aquellos que vinieron de otro país con un triste baúl y trabajaron acá?», se preguntó.
En tanto, el comerciante Leoncio José Aldea, cuyo negocio está ubicado en San Martín 713, dijo hace 8 años que si bien es cierto que el adoquinado «es un regulador de la temperatura en el verano», también es verdad que «trae inconvenientes a automovilistas y ciclistas».
Consideró que en las arterias comerciales que podrían ser remodeladas a partir del proyecto de remodelación el empedrado tiene que continuar.
Detalles de la iniciativa presentada hace 8 años
El proyecto para remodelar el centro comercial, presentado por el bloque de la UCR en 2010 -y apoyado inicialmente por las bancadas de la oposición-, se fundamentó en la creciente incorporación de emprendimientos comerciales en la zona céntrica dorreguense.
Para los ediles del oficialismo, se percibe en los emprendedores un acentuado interés en contribuir a la estética urbana y el gobierno municipal debe acompañar estas propuestas con el objetivo de destacar y complementar los esfuerzos privados.
