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Historias Dorregueras: Independiente, el campeón local en el año del Mundial ’78

Por Fabián Enzo Barda (*)

El desarrollo de los mundiales de fútbol, en consonancia con el propio vértigo que imprimen los grandes medios de comunicación a la información, hace que los logros, hazañas, fracasos y decepciones futbolísticas se consideren festividades o tragedias nacionales, según cómo nos haya ido. Sin embargo, todo termina siendo solo un instante. Hubo un tiempo en que la información corría más lentamente; además de ser precisa y periodística, tenía el sello de la larga duración cuando se trataba de asuntos trascendentes.

Más allá de la terrible utilización que la dictadura hizo del Mundial de 1978 —primero por la circunstancia de ser sede del mismo y, después, por el logro del primer Torneo global para nuestro país—, la realidad atravesaba una convulsionada Argentina que en junio llenaba las plazas para lanzar papelitos con el rebelde Clemente en contra del “relator de América”, José María Muñoz, y en diciembre colmaba las iglesias de fieles y no tanto para rezar y evitar una guerra con Chile. Pero, por más que uno quisiera mostrar su realidad, lo sucedido en esos días de junio iba más allá de la culpa colectiva. Como siempre, el fútbol, esa pasión tan “argenta”, nos brindaba la oportunidad de dejar de ser los eternos campeones morales.

Ese fútbol mundial también repercutía en las ligas del interior. El torneo de la Liga Dorreguense de 1978 se denominó “Argentina 78” y fue ganado por Independiente. El país futbolero repetía de memoria las elaboradas e ingeniosas frases del Flaco Menotti, sobre todo aquellas que volverían a repetirse cuarenta años después ante la falta de un proyecto y los desaciertos institucionales de la AFA. Sin embargo, visto a la distancia, en el fútbol local comenzaron a cambiar las cosas o, mejor dicho, empezaban a recogerse los frutos de los reacomodamientos institucionales.

La lucha por la consolidación de las divisiones inferiores se iba ganando año tras año desde el momento en que el Golpe de Estado hizo desaparecer los torneos Evita. Una ciudad que crecían ediliciamente u ocupaba terrenos para espacios públicos empujaba a los potreros hacia la periferia, y los clásicos “estadios” de nuestra infancia y adolescencia desaparecían: “La Candela” —la segunda se reemplaza por una casa Rosada, la primera había sucumbido ante el avance de varios talleres sobre la Avenida Fuertes—, “El Monte”, “Lo de Sombrerito de Agua”, el terreno de los Torres donde se jugaba el Baby en el verano.

Más allá de esta nostálgica evocación, en lo que atañe al fútbol liguista, el fichaje de “pibes” surgidos de las canteras locales en planteles superiores se hacía más evidente en ese año 1978. El campeón, Independiente, había comenzado una racha ganadora a partir de 1975, cuando regresó al club, esta vez como técnico, “Michelín” Abad, el formidable goleador del fútbol dorreguense. Antes de su llegada, a los rojos les había quedado el sabor amargo de dos subcampeonatos consecutivos: 1973 y 1974. Con “Michelín” en el banquillo, ganará consecutivamente en 1975 y 1976. En 1977, el gran acontecimiento fue la hazaña del Centro Social Valenciano de San Román, y en 1978, la fiesta fue nuevamente en rojo.

El campeón tenía una base que venía del ‘75, con Norberto Jesús Brussa, Jorge Onorato, José María Palacios, Mario Otero y Néstor “Cachi” González. Estaba también Jorge Althabe (uno de los grandes de la historia del fútbol local), se había fichado a Arturo Somoza (goleador histórico de Rivadavia de Aparicio), a Daniel Dadario, dorreguense surgido en Ferroviario que venía de San Lorenzo de Almagro, y a Carlos Prado, además de dos jugadores con ADN 100% de la casa: Marcelo Sola y Hugo “Pipa” Di Rienzo, José Rodríguez y un puñado de “purretes” surgidos de las inferiores: la “Vieja” Spadiccini, “Palito” Rey, “Rolo” Ibarguren, “Cartucho” Ortiz y “Beto” Astiasarán.

Este sería el tercer torneo de Independiente en el segundo lustro de la década de 1970, con el sello en la Dirección Técnica de de una figura indiscutida de la historia del fútbol grande de Independiente y reafirmando un principio indiscutible que en las inferiores está el futuro.

* Publicado originalmente en Bola 8. (04-05-25).

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