Diez muertes en 45 días en las rutas de nuestra región: ¿qué falla?
Un experto en seguridad vial analizó una serie de situaciones que inciden fuertemente en los niveles de siniestralidad.
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Nota de Pablo Pascual en La Nueva.
Detrás de un siniestro vial no hay solo vidas que se pierden, quedan familias destrozadas y secuelas que perduran en el tiempo. La problemática es grave y merece atención.
En apenas 45 días 10 personas fallecieron en rutas cercanas a Bahía Blanca, lo que refleja claramente la magnitud de la situación.
Las rutas 51, 3, 3 vieja y el camino de acceso a Pehuen Co fueron los escenarios de seis incidentes ocurridos entre el pasado 19 de diciembre y el 2 de este mes.
La mitad de estos hechos tuvo más de una víctima. Cuatro se produjeron en el marco de choques frontales entre vehículos.
Errores humanos, falta de mantenimiento de las rutas y un porcentaje importante del parque automotor con deficiencias, son algunas de las respuestas frente a este duro panorama a nivel nacional.
“En un análisis general, el gran problema que tenemos es una incultura vial o una cultura de la inseguridad vial, donde hay cuestiones que se valoran más que el tema del cuidado. Tenemos una cultura de afecto al riesgo. Esto se traduce en maniobras de alto riesgo, conducción a elevada velocidad o que todavía no hemos podido desanclar el tema del alcohol al momento de conducir”, analizó el licenciado Pablo Rojas.
Se trata del exdirector del Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).
“En lo particular, en nuestro país, los estudios de siniestralidad en ruta indican que 7 de cada 10 hechos ocurren en maniobras de sobrepaso indebido en rutas 1+1, es decir con un sentido que va y otro que vuelve”, agregó.
Siguió diciendo que “esa acción tiene un montón de cuestiones. La primera y más común tiene que ver con un problema de cálculo, con personas no acostumbradas a conducir en ruta y se produce un fallo en ese momento. Debemos considerar también que el factor riesgo que tienen nuestras rutas está relacionado con la infraestructura y con la cantidad de tráfico existente”.
Rojas detalló que “tenemos una presencia de vehículos pesados en el tráfico medio anual que supera el 10%. En muchas rutas es mucho más y casi 1 de cada cuatro rodados tienen esa característica. Todo eso concluye en una situación como la que tenemos, que además es prevenible y evitable”.
Cuestiones vitales
El especialista en seguridad vial afirmó que el estado de las rutas resulta un punto importante en este tema.
“No hay que pensar solamente en la calidad de la calzada por la que se circula, que normalmente es parte de los reclamos. No resolvemos un problema de infraestructura repavimentando solamente la ruta. Se requieren banquinas correctamente mantenidas y otras cuestiones que hacen a la seguridad”.
“En estos momentos tenemos la obra pública detenida y esto es extremadamente grave para la seguridad vial. Cuando no le hacés mantenimiento a algo el desgaste es mucho mayor, como también lo es el costo y el tiempo de reparación”.
Detalló luego que nuestro país cuenta con un parque automotor con un promedio de 11,5 años de antigüedad.
“Es verdad que casi compartimos el de Estados Unidos (12), pero el problema grave que tenemos es que prácticamente el 40% del parque circulante es de gama baja, lo que allá no se da. Cuando hablamos de esto tiene que ver con vehículos que cuentan apenas con algunos elementos de seguridad”.
Del mismo modo Rojas se refirió a la falta de conciencia por parte de quienes conducen.
“Hay una baja percepción del riesgo y una exacerbación del poder individual , lo que traducido al tráfico es retroceder”.
Un costo evitable
Un siniestro vial trae aparejado vidas que se pierden o personas que sufren lesiones con secuelas permanentes o un largo plazo de recuperación, además de costos materiales y de productividad, entre otras cosas.
“Cuando estuvimos en la ANSV hicimos estudios de costos y se determinó que esas cuestiones se llevan el 1,3% del PBI. En un país donde, como dijo el presidente, no hay plata, se está yendo ese dinero por razones evitables. Cuando se dice que la responsabilidad es de todos, tiene que ver con que el Estado también debe estar presente, ya sea en el mantenimiento de rutas como lo que tiene que ver con el control y la fiscalización. Es un gasto que está visto como recortable y resulta un factor importante”.
Pesimismo
Rojas admitió que en este contexto es difícil esperar que las estadísticas de víctimas fatales disminuyan a futuro.
“Hubo un descenso importante en los últimos años, aunque cuando hablamos de eso hay que pensar en las personas que perdieron la vida, lo que es tremendo. En 2023 la estadística oficial hablaba de 12 personas por día, es decir, alrededor de 4.500 al año. Eso es un montón de familias destruidas”.
“No puedo ser optimista cuando vemos recortes en controles preventivos, en test de alcohol, mantenimiento abandonado y un parque automotor envejeciendo significativamente. También es cierto que muchos particulares no están cumpliendo con las normas, como la realización de la VTV por el gasto que significa. Todo ese escenario no me deja otra cosa que ser pesimista”, indicó.
Consideró que es necesario hacer fuerza para que el tema sea parte de la agenda política.
Educar, otra clave
El profesional detalló que otro aspecto esencial es educar en la prevención.
“Tenemos muchas deudas como país en términos de la Ley 24.449, cuyo artículo 9 dice taxativamente que debe incorporarse la seguridad vial como materia educativa en todos los niveles. Eso desde el año 1994 no se cumple”.
“Es una deuda y ahora el esfuerzo es aún mayor, porque tenemos que nadar en contra de la corriente, lo que resulta muy complicado”, finalizó Rojas.
Trágica seguidilla
19 de diciembre: Julia Estela Lescano y un niño de 12 años perdieron la vida en un choque entre un automóvil y un camión térmico en el kilómetro 643 de la ruta nacional Nº 3, en su intersección con la ruta 3 vieja. Otra persona que viajaba con las víctimas en el rodado menor resultó lesionada.
09 de enero. El locutor bahiense Gustavo Daich falleció por un vuelco en el kilómetro 12 de la ruta 113, de acceso a Pehuen Co.
21 de enero. Daniel Alejandro Fernández murió y dos personas que lo acompañaban sufrieron lesiones cuando un Fiat Uno en el que viajaban colisionó con una camioneta en un tramo de la ruta 3 vieja, frente al acceso al predio recreativo de la UOCRA.
22 de enero. Un hombre falleció al caer un rodado desde el puente de la ruta 51 al interior del dique Paso de las Piedras. Hugo Villalba circulaba en una Chevrolet Trucker que impactó contra el guardarraíl y terminó precipitándose al espejo de agua.
27 de enero. Se produjo el deceso de dos transportistas por un choque entre camiones en un tramo de la ruta 51, en cercanías de Coronel Pringles. Las víctimas fueron identificadas como Carlos Marcelo Martín y Lucas Ignacio Bonnin.
02 de febrero. Tres muertos dejó un choque de autos ocurrido en el kilómetro 696 de la ruta 51. Un Fiat Fiesta en el que viajaban Julio Obregozo y Nora Acosta colisionó con un Toyota Etios al mando del efectivo de la Policía Federal, Renzo Libardi. (11-02-25).