La soja va rumbo a una siembra con crecimiento, pero con varios obstáculos en el camino
La semana pasada, la Bolsa de Comercio de Rosario hizo su primera proyección: 17,7 millones de hectáreas, la cifra más alta en siete años.
En los últimos días, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires emitió su informe de precampaña y fue incluso más allá: su cifra es de 19 millones de hectáreas, un 9,8% más que en el último ciclo.
De todos modos, gran parte de este salto se explica por las hectáras que dejará en el camino el maíz, ante el temor de que la chicharrita vuelva a provocar graves daños, como sucedió en la última temporada.
LAS PREVISIONES PARA LA SOJA: LUCES Y SOMBRAS
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), el próximo ciclo del poroto estará marcado por un incremento en la superficie implantada y si bien hay razones que invitan al optimismo, existen algunos datos que constituyen una especie de semáforo amarillo.
En el balance positivo, la entidad porteña destacó que se evidencia un incremento en la intención de siembra, a partir de una menor posibilidad de implantación de maíz, sumado a un aumento en la superficie triguera, que traccionará a la soja de segunda.
En la columna negativa, advirtieron por la incertidumbre climática que genera la posibilidad de una “Niña” débil –y la inestabilidad en lluvias-, además de un escenario económico complejo, una relación de precios entre insumos y productos que desmejora respecto al ciclo previo y márgenes ajustados.
Al extender el análisis por regiones, consideraron que habría una segunda recuperación consecutiva del área de soja a nivel nacional, impulsada sobre todo por los planteos de primera en el norte del área agrícola.
En paralelo, el incremento del área de cultivos de fina en la región central traccionaría la superficie de soja de segunda.
De este modo y tomando como eje la baja en la intención de siembra de maíz a causa de la chicharrita, se espera que la superficie liberada por este cultivo sea reemplazada principalmente por la oleaginosa.
EL PANORAMA POR REGIONES
Si bien la tendencia con respecto a la siembra es positiva, la BCBA registró que disminuye de norte a sur.
De este modo, en NOA, NEA, centro-norte de Córdoba y Santa Fe anticiparon que habrá un incremento en el área implantada de soja de primera. Esta situación también se trasladará a ambas zonas núcleos, norte pampeano y oeste de Buenos Aires, más allá de que los márgenes para cultivos de verano no son del todo favorables.
Y si bien se espera una expansión del área de soja de primera, esta posibilidad está atada a la disponibilidad de humedad superficial durante la ventana de siembra, con un pronóstico inicial de precipitaciones moderadas.
Como dato a tener en cuenta, en toda la región núcleo se espera también una mayor superficie de soja de segunda, a partir del incremento de los cultivos de fina en esa región.
ESCENARIO CLIMÁTICO Y CARGA DE PERFILES
En estos días, los perfiles sobre la mayor parte de Buenos Aires se encuentran bajo una adecuada condición de humedad en profundidad, situación semejante a la previa campaña.
“No obstante, sobre zonas primicia tales como el Sur de Córdoba y el sudoeste de Santa Fe, se necesitan precipitaciones para recomponer la humedad en el perfil durante el mes de septiembre”, advirtieron.
En tanto, se esperan precipitaciones moderadas para el inicio de la ventana de siembra en el norte de Buenos Aires y sur de Córdoba y Santa Fe.
“Según el análisis más reciente, el fortalecimiento de la circulación polar debido al evento frío dará lugar a una primavera con condiciones muy variables”, agregaron.
Por su parte, en la mayoría del NOA, Chaco, noroeste pampeano y este de Buenos, se esperan lluvias normales o superiores a la media.
“En cambio, el interior de Argentina enfrentará lluvias por debajo de la media, especialmente en el área donde se encuentran Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires”, proyectaron.
Durante el verano, las temperaturas serán mayormente moderadas, pero habrá episodios de calor intenso, especialmente en el trópico y en las regiones interiores de Argentina con poca lluvia.
EL HORIZONTE ECONÓMICO
Por el lado de los precios, son varias señales de alerta. A inicios de 2024, el contrato de noviembre de la soja en Chicago promediaba los U$S 452 por tonelada y a mediados de agosto, el precio cayó a su nivel más bajo del año, alcanzando los U$S 344.
“En las últimas tres semanas, los precios repuntaron a U$S 366, un 25% por debajo de los registros del año pasado y representa el valor más bajo desde septiembre de 2020”, calcularon.
Se proyectan stocks elevados en todo el mundo y esto impactará de manera negativa en los precios. En Estados Unidos, donde se produce el 30% de la soja mundial, se espera una cosecha récord de 124,8 millones de toneladas para la campaña 2024/25.
En Argentina, Paraguay y Brasil -el 54% de la oferta global- proyectan una producción récord de 231,2 millones de toneladas, impulsada principalmente por Brasil.
Y más allá de estos aspectos productivos, resta ver cuál será el rumbo de la política monetaria en Estados Unidos, un dato que preocupa al mercado y podría afectar la operatoria comercial de granos en los próximos meses.
LA RELACIÓN INSUMO-PRODUCTO
A nivel doméstico, el precio para el intervalo de pre siembra de la soja en MATba-Rofex para la posición mayo-2025 es de U$S 284 por tonelada, una caída del 15% en comparación con las cifras registradas en la campaña anterior y un 4% por debajo del promedio de las últimas cinco campañas.
Con respecto al mercado disponible, desde agosto el precio a cosecha cayó entre U$S 21 y U$S 30, sobre todo por las expectativas de una mayor oferta proyectada para la cosecha del próximo año.
En cuanto a los insumos, los precios internacionales de los principales fertilizantes mostraron un comportamiento mixto, con subas del orden del 10% en fosfatados y bajas de 5% en nitrogenados.
A nivel local, las cotizaciones de los fertilizantes nitrogenados retrocedieron un 19% respecto a la pre-siembra del año anterior, y los fosfatados mostraron una caída más moderada, en el orden del 4%.
“Si comparamos con el promedio de las últimas cinco campañas, los nitrogenados están un 7% por debajo, mientras que los fosfatados están un 10% por encima”, mencionaron.
En el resto de los insumos, los combustibles aumentaron un 20% interanual, mientras que los herbicidas para soja disminuyeron su valor un 20% en comparación con el ciclo anterior.
La bolsa porteña remarcó que los movimientos en los precios de granos e insumos han impactado negativamente en las relaciones de precios sobre todo en fertilizantes y combustibles. En contraste, la relación para los herbicidas se ha mantenido estable, sin grandes cambios respecto al ciclo anterior.
“En resumen, tras una campaña previa fuertemente afectada por la plaga de la chicharrita, que golpeó especialmente la producción de maíz en el norte de Argentina, muchos productores estarían optando por sembrar más soja en esas zonas”, resumieron desde la entidad.
De todos modos, no hay que perder de vista que las decisiones se toman en un contexto de precios internacionales bajos y si bien la caída en los precios de algunos insumosda un respiro a los productores, los márgenes siguen siendo reducidos e, incluso, negativos en muchas zonas.
Con este escenario, es probable que se repita una postal de otros años: forzados a reducir la inversión en tecnología, además de una posible caída en la producción global de granos, los productores se volcarán a cultvos que requieran un menor costo, como el caso de la soja. (Fuente y foto Infocampo). (20-09-24).