Cinema San Martín
Hoy está a la venta y su destino incierto es supermercado, iglesia o playa de estacionamiento. El San Martín de Dorrego no se resigna a que le bajen el telón.
NOTA ESCRITA POR NÉSTOR MACHIAVELLI EN LA NUEVA
Alcanza con cerrar los ojos e imaginarnos sentados en una butaca desvencijada por el uso y los años de cualquier cine de pueblo.
Puede ser matineé, ronda o noche, con dos largometrajes y en el medio la serie del eterno muchachito de ojos celestes contra indios que hablaban en infinitivo y fueron condenados por Hollywood a ser los eternos malos de la película.
En el intervalo varones peinados a la gomina, con saco y corbata que salían al hall de entrada a fumar un cigarrillo, mientras el vendedor de golosinas, que era el acomodador en otro rol, entre las filas de butacas con la bandeja en una mano repleta de helados, maní con chocolate y caramelos.
El cine despertó nuestras primeras fantasías y confieso algo que no hace mucho me animé a contar. De pibe, cuando terminaba la función y se bajaba el telón en el desaparecido cine San Martín de mi pueblo, cuando todos se habían ido, quedaba solo en la puerta esperando la salida de los artistas. Hasta que un día desilusionado comprendí que ese mundo mágico entraba y salía del cine en bolsones de lona gris con formato de cilindro que contenían los carreteles de celuloide, que luego eran subidos a colectivos y vagaban de pueblo en pueblo, de cine en cine, de ilusión en ilusión.
Hoy el cine está a la venta y su destino incierto es supermercado, iglesia o playa de estacionamiento. El San Martín de Dorrego no se resigna a quedarse sin butacas y que le bajen el telón.
A nuestra manera estamos tratando de rescatarlo. Muy pronto será historia que estrenaremos en el ciclo de TV. (29-11-23).