LA DORREGO

Hechos y protagonistas del Pago Chico: Rubén Comán

Por Fabián Barda

Fue uno de los protagonistas fundamentales de la denominada época del fútbol grande, porque podrán haberse cosechado lauros antes y después del paso de Independiente, Ferroviario, Quequén, Oriente y Rivadavia por la Liga Tresyarroyense, pero en el imaginario colectivo cuando se habla del “fútbol grande” se referencia indudablemente a esa época.

Fue también artífice, junto a otros “paisanos” suyos, para que Rosario también esté cerca en el afecto de los dorreguenses. Parte de esa legión engalanó y prestigió al balompié local. Esa legión no llegó producto de la conspiración de un grupo de amigos que decidieron desembarcar al sur de la provincia de Buenos Aires, algunos se conocían del barrio, otros se habían cruzado en las inferiores de Newell´s y Central y todos se habían enfrentado vistiendo las camisetas de los clásicos equipos rosarinos además de Central Córdoba también de la “Chicago Argentina”.

La historia de Rubén Comán es una prueba elocuente de la impronta que marcaron y también de como Dorrego les entró en el alma. Comenzó a los 4 años en el Baby Fúbol, en Morning Stars, club que se constituyó en una verdadera cantera para Newell´s y Central, una especie de Club Social Parque de donde salieron Riquelme, Redondo, Sorin, entre otros. Vivía sobre la avenida Carlos Pellegrini a una cuadra del Morning Star. En los tiempos del primer peronismo participaron en el TORNEO EVITA, ganaron todas las instancias de la provincia de Santa Fé, las de la zona norte del país y llegaron a jugar la final del país en el Monumental de River. Le ganaron a Formosa 4 a 2, jugaban Puppo y Yudica con Comán.

Después de eso fue contratado por Newell’s Olds Boys, pronto llegó a jugar en la 4ta. división que, debido a que les pagaron 100 pesos a él a Puppo y a Yudica, pasó conocerse como “La cuarta millonaria”. Ganaron el torneo de la federación rosarina con 100 goles a favor y solo 10 en contra.

Fue avanzando en las diferentes categorías hasta ser convocado para el plantel de la primera. Ni el mejor guionista de cine podría haber imaginado lo que fue ese viernes a la noche, como en el tango “El sueño del pibe”, golpearon la puerta de su casa, le entregaron un telegrama, sus padres que estaban en la pieza al verlo llegar con el papel en la mano creyeron que eran malas noticias a punto tal que ninguno de los dos quiso leerlo. Finalmente fue el padre quien lo abrió y la alegría fue total. Ese fin de semana Newell´s jugaba con Independiente en Avellaneda. Esta vez sí, como en el cine, los muchachos de la barra de la esquina se alegraron con la buena nueva del “Petiso”, tal el apodo del barrio. Ese fin de semana concentró con El “Negro” Picó, Ramacciotti, Belén (Racing – Selección Argentina), Nardielo, Righi, entre otros.

En 1960, jugaba uno de esos torneos que se realizaban “a cancha abierta”, donde alternaban consagrados jugadores, con los de las canteras de Rosario y Newell´s, viejas figuras y los mejores de todos los barrios. Ese torneo de verano congregaba multitudes y tenía un gran prestigio. La casualidad dio que en uno de esos encuentros se enfrenta con “Tochi” Ordoñez (“Hacha Brava”), que venía de “Central Córdoba”, tenía arreglada su incorporación a Ferroviario, el equipo del “Petiso” Comán gana 3 a 1, con dos goles de él. Termina el partido, lo había visto un histórico dirigente de Ferroviario que estaba en la cancha: “El Pibe” Pucci que le ofrece venir a Dorrego. Comán estaba a la espera de los pasajes que lo llevarían a recalar en el fútbol colombiano, la espera hizo que decidiera venir a nuestro fútbol ante la posibilidad de quedar un año parado se vino a la “Colombia Chica”. La promesa inicial era por un año, no lo dejaron volver.

Le impresionó el estándar de vida del Dorrego que encontró a principios de los ’60. “esto tiene que ser para mí – se dijo – tengo que quedarme acá, esto es para mí”. Coincidió con un tiempo en que en Rosario comenzaron a cerrar una serie de fábricas. Él era oficial herrero, trabajó en una fábrica que carrozaba colectivos. Cuando le proponen poner una carnicería en Dorrego le dijo a Don Juan Ramos Ojeda: “las únicas vacas que conozco son las del Billiken”.
Aquí se encontró con el “Japonés” Chaves con quien se había criado desde muy chico. Vivían en el mismo barrio, a una cuadra del Morning Stars.

Integra el plantel del logro más importante de los “aurinegros” en la Liga Tresarroyense, el Torneo Preparación “Humberto Milanesi” de 1961, junto a Alberto Robles, Felipe Mallimacci, José Ordoñez, Rodolfo Carapella, Antonio Chaves, Felipe Montiveros, Basilio Rosales, Román Reina, Hugo Torres, Antonio Paredes, Welindo Soria, Sica, Esteban, Fernández, Neirot, Haquin.

Alguna vez junto a sus compañeros Chaves y Carapella fue convocado para integrar el seleccionado de la Liga de Tres Arroyos. Enfrentaron a Ferrocarril Oeste que venía puntero en el Torneo de AFA. Le ganaron 2 a 0.

Siempre manifestó que sintió una gran tristeza cuando se dejó de participar en la Liga tresarroyense.

No estuvo en los primeros torneos de la Liga Dorreguense formada en 1962 porque se va a jugar a Sporting de Punta Alta, donde salió campeón en los años 1963 y 1964.

Llegó a jugar al fútbol hasta los 57 años, obviamente que los últimos años en torneos comerciales o eventuales picados para “despuntar el vicio”.

Además de prolongar su carrera futbolística con los cortos, también calzó buzo y fue técnico de Ferroviario en varias oportunidades.
Cuando ya comenzaban a pintar canas, la legión de rosarinos solía realizar frecuentemente, en los años ´70, fiestas familiares en el Rancho de Independiente. Dorrego se constituyó en su hogar, por aquello que alguna vez Ortega y Gasset dijo que “patria es también el lugar donde nacen los hijos”. En esas reuniones en la que estaba Comán, junto al “Tochi” Ordoñez, Ruben Mastrángelo, el “Flaco” Aimaretti, la “Gallega” García, entre otros, Rosario estaba cerca, aunque la tribuna no grite gol ese lunes por “La Capital”. (Ecos de mi Ciudad). (23-12-22).

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