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«La gente de Coronel Dorrego se comporta responsablemente», dijo Ezequiel Rodríguez, atleta y policía

Por Javier Oscar Schwab / jschwab@lanueva.com (*)

Para ser un buen policía siempre hay que estar en forma.

En ciudades como Coronel Dorrego el enfoque de la seguridad y salud para combatir posibles casos de coronavirus tuvieron respuesta inmediata y efectiva, y los resultados fueron altamente satisfactorios.

Allí, como parte de uno de los trabajos esenciales, el policía Ezequiel Rodríguez cumplió un rol importante durante la cuarentena, cuando tuvo que dejar momentáneamente su cargo -es perito verificador en la jefatura distrital dorreguense- para colaborar con el control en los accesos de la vecina ciudad.

Rodríguez también es un destacado atleta veterano de 35 años que compite para el equipo VR Entrena y que el año pasado obtuvo el primer puesto -en lanzamientos de bala y disco-, representando al Círculo Bahiense de Atletas Veteranos, en el 37º Campeonato Nacional de Pista y Campo que se disputó Mendoza.

«Volver al atletismo fue todo un desafío para mí. Lo hice hasta juveniles, pero en 2005 me fui a vivir a Coronel Dorrego y lo dejé de lado. Por insistencia de Flavia (Ressia), que es como mi segunda madre, volví a competir y obtuve resultados increíbles», dijo Ezequiel, quien es nacido en Bahía, luego estuvo 3 años en Punta Alta, y recaló en Ingeniero White, donde guarda gratos recuerdos del Club Social y Deportivo Villa Obrera y en el que empezó a incursionar en el altletismo de la mano del recordado Néstor Cenizo.

«Néstor era un gran maestro, una persona con un talento increíble. Al principio me hizo competir corriendo, pero a los 12 años empecé con lanzamiento de bala y disco; y no cambié nunca más. También incorporé la jabalina y gracias al atletismo, que practicaba en Las Tres Villas, conocí a mucha gente extraordinaria», señaló.

Mientras se formaba y competía admiraba a atletas como Gabriel Simón y Gustavo Aguirre, aunque también mencionó al lanzador de jabalina Pablo Pietrobelli.

«Era admirable ver a Gabriel en las pasadas de 100 y 200 metros, un rayo», sostuvo, a la vez que indicó que retomó la actividad teniendo que reacomodar su cuerpo para lograr el objetivo.

«Me costó volver porque el cuerpo pierde la costumbre. Girar bruscamente y dar el impulso era terrible. Practicaba en la pista del Vivero Municipal en Dorrego y los fines de semana viajaba a Bahía para competir. Los resultados llegaron de grande, pero sentir esa adrenalina de nuevo es algo impresionante», dijo el veterano de 35 años, quien todavía sigue compitiendo como atleta federado e interrumpió aquel ciclo por su incursión a la carrera de policía.

«Hice en curso en Bahía y con el tiempo me trasladaron a esta hermosa ciudad, donde formé una linda familia», contó.

—¿Cómo se vivió este período de cuarentena por el coronavirus?

—Con mucho compromiso. La gente en Dorrego se comporta responsablemente, cumple con todos los protocolos.

—¿Qué función te tocó cumplir?

—Controlar los accesos, el de la ruta 3 y el del acceso Doctor Arturo Illia. Se hacían turnos rotativos de 8 horas con un total de 30 efectivos. Controlábamos los ingresos y egresos de personal de abastecimiento.

«Se tomaba la fiebre y se exigía el permiso para circular, entre otras cosas. En caso de no contar con los requisitos exigidos se labraba un acta por tratarse de un delito federal. Algunos lo tomaron bien, otros reaccionaron; hay de todo. Uno trata de hablar, de hacerles entender que cometieron un delito. Generalmente reconocen que están equivocados», remarcó.

—¿Cuántos casos de infracciones se contabilizaron?

—Alrededor de 40. Pero no todos fueron con quienes circulaban con vehículos, sino también de gente que salía a realizar actividades sin el correspondiente permiso. Acá en Dorrego la sirena municipal suena a las 17 y termina la actividad laboral, por lo que la ciudad queda prácticamente desierta.

Ezequiel retomó el último jueves su cargo de perito verificador, aunque admite haber vivido una experiencia que recordará por mucho tiempo.

«Hubo un caso de coronavirus por una persona que había vuelto del exterior, pero fue una detección rápida y quedó rápidamente en aislamiento sin tener contacto con más gente. Fue un caso que sorprendió por tratarse de uno de los primeros en la región. Por suerte en la ciudad se tomó con mucha tranquilidad y ahora se vive con precaución. La gente respeta y se cuida», puntualizó.

(*) NOTA PUBLICADA EN LA NUEVA.

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