Pasaron las Fiestas y todo(s) vuelve(n) a ser lo que era(n)

POR CARLOS MADERA MURGUI

Por estos días ya cuando cuando la estrella de Belén nos deja de cobijar en el costumbrismo de las fiestas de navidad y todo vuelve lentamente a ser como era entonces, donde ya no somos tan puros, emocionados y enternecidos y la rutina nos vuelve a atrapar. Aun cuando algunos tengan la predisposición y la oportunidad de vacacionar, aún así la cosa vuelve a los carriles de siempre. A

Alguna vez, en uno de los cientos de escritos que LA DORREGO tuvo la generosidad de publicar o la onda radiofónica de llevar muy lejos, titule “ la palabra es dolor”. Fue despidiendo aun amigo; en este caso, se me ocurre, “ la palabra es indignación”.

La manifiesta intolerancia que hoy por hoy habita más viva que nunca en gran parte de la sociedad, preocupa, pero más que eso exaspera, subleva, enardece. El esfuerzo manifiesto de los gobiernos nacional y provincial por querer recomponer lo más rápido posible lo que se destruyó y precarizó progresivamente en cuatro años parecería , aún en disidencia, no ser advertido por cierta porción conciudadana que lejos está de ser ajena a las lacerantes determinaciones del macrismo, sino por el contrario, desde su lugar de afectados como todo el resto, demuestran una movilidad contestaria y reclamante que jamás se les hubiese ocurrido nunca y no cuando un atisbo de solución asoma tibiamente. Es todo muy ágil, muy cambiante, muy activo a menos de un mes de la asunción de las nuevas autoridades.

En mi óptica, muy acertadamente se deben aprovechar los primeros cien días de donde se lo mire. Por capital político fundamentalmente, (Alberto Fernández y Axel Kiciloff ganaron claramente las elecciones), cuando según conviene se cita “ la voz de las urnas “ , aunque seguramente nadie ignora la representación legislativa, pero, eso sí, debería primar el medido reconocimiento y aceptación de la hoy oposición, de un revés electoral que nadie avizoraba no hace mucho más 8 o 9 meses atrás. Los modelos, para quien no los establezca claramente, creo no tienen mucho secreto a esta altura del partido.

Se comenzó la recomposición de los sectores más vulnerables en la medida del tiempo transcurrido, en el cual se pueden organizar equipos y estructuras de gobierno que permitan una tabulación clara y efectiva de la situación, que sin discusión, es muy preocupante en vastos sectores de la población, en un claro retroceso por donde se lo mire, en la mayoría de los habitantes.

Pero no indignación por la intolerancia en los dichos de dirigentes, ( muy pocos se hacen cargo de lo actuado) que, sin duda, lo plasman medios de comunicación y por esa vía llegan a la gente del común y forman discurso cotidiano. Sino por la casi religiosa creencia en una lucha de clases y discriminación, xenofobia que preocupa y alarma en sectores populares, laburantes , clase media con pretensión, que alentados por un individualismo noventista que imaginábamos superado, vuelve a mostrar sus dientes y no ya en círculos porteños , donde la situación del país parece circunscripta a unas pocas manzanas recoletas, sino, peor aún, en sectores que lejos de comprender el colectivo van denostando a sus pares con necesidades y penurias similares. Creo que esto se vivió varias y repetidas veces en nuestro país, la cosa no se arregla de a uno, y se comienza por abajo, con prioridades básicamente. Es muy difícil convencer de la empatía a quien no sabe de qué le hablas. Mi compañero periodista de la radio sostiene, desde siempre, que no pasa por no comprender, sino radica en ser buena o mala persona. Tantas frases concernientes en estos días de fiesta, donde parece que todos somos más buenos, y que los templos y todos los mensajes entre amistades y familiares apuntan a la paz, al desprendimiento, a la tolerancia y la solidaridad con nuestros semejantes parece habérselas llevado el temporal de fin de año.

(*) Periodista de LA DORREGO.

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