Juliana López May: «No uso otro aceite que el de oliva»

Fotos: Sergio Etcheverry

POR PABLO JAVIER MARCÓ

La cocinera internacional Juliana López May ofreció ayer una clase de cocina en vivo. Ante la atenta mirada de la concurrencia, calculada en unas 400 personas, elaboró 4 platos que, obviamente, fueron condimentados con aceite de oliva: torta con almendras, salsa verde, pan a la plancha y brochettes de berenjenas. Los platos, luego, fueron subastados a beneficio de la guardería infantil Mariposas y de S.E.R.E.L.

“Estoy muy feliz por estar acá. Vengo de recorrer una finca y de ver las olivas en las plantas, en un marco natural y climático bárbaro”, dijo la chef.

Considerada como la cocinera saludable, López May aseguró que el único aceite que usa para condimentar sus comidas es el de oliva. “No uso otro aceite ni para freír”, acotó.

Admitió que viaja mucho por el país para participar en distintas fiestas populares y así conocer pequeños pueblos del interior.

“Me encantan estos lugares porque puedo hablar con los productores, ver a las personas a la cara y seguir aprendiendo”, reflexionó.

Luego, admitió que si bien últimamente mucha gente fue tomando conciencia de la importancia de comer saludablemente, existen personas que, por distintas razones, “siguen comiendo muy mal”.

“Por falta de ganas o de tiempo, no medimos demasiado cuan saludable comemos. El tema es serio. Hay que comer más frutas y verduras. Acá (en Dorrego) tienen mucho verde y los vecinos deberían tener una quinta o huerta para trabajar la tierra y hacer su cultivo propio”, dijo.

Destacó que siempre trata de incentivar a la gente a que cocine y la principal sugerencia que les hace a quienes desean incursionar en el mundo gastronómico es que no se pierdan las recetas de antes, aquellas que heredaron de sus abuelos.

Recordó que trabajó muchos años con Francis Mallmann, que “siempre nos inculcó muchísimo respeto por la materia prima”.

“En toda mi carrera la calidad de los productos fue uno de los pilares. Cuando empecé a tener una identidad propia, hice mucho hincapié en el producto y en que, además de ser bueno, tuviese otras virtudes. Me gusta comer lo que cocino y eso se expresa en mis libros y en las recetas que doy en las clases”, subrayó.

También reconoció que una cena puede quedar “como los dioses” en apenas 25 minutos, dijo que trata que su cocina sea “simple, replicable y disfrutable”, y consideró que “la rapidez es un valor agregado esencial”.

Consultada sobre cuáles son sus hábitos antes de cocinar, respondió: “Pongo música cantada por mujeres y no empiezo a cocinar sin antes lavarme bien las manos y ponerme un delantal”.

Antes de la preparación de sus comidas, López May y el cocinero dorreguense Coqui Pedersen actuaron como jurados del concurso de platos, que tuvo una participación de 20 vecinos, el cupo máximo que había establecido la municipalidad local, organizadora del evento.

El primer premio fue para Gustavo Miralles, que cocinó peras rellenas. Segunda quedó María Dollera, con ñoquis soufflé olivados a la rúcula, y tercero Carlos Peciña, con pasteles.

La primera mención le correspondió a Nelly Palacios, con un locro a la leña, y la segunda a Mónica González, con escalopines de cerdo con calahorras ahumadas.

“Para evaluar tuve muy en cuenta la presencia del aceite de oliva en la comida, el sabor y la presentación, pero también me gusta indagar en la historia de cada plato, es decir, porqué decidieron hacerlo”, completó.

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