Monte Hermoso, con la luz de sus primeras casas
En Monte Hermoso, pese al auge turístico y el negocio inmobiliario, sobreviven algunas de las típicas casas de los primeros pobladores.
Varias de ellas han sido dibujadas con maestría por el multifacético Enrique Román Prado.
-Uno lo asocia más a sus libros de investigación y a la historia, pero nadie o muy pocos, se imaginaba que pintaba y que lo hacía tan bien.
-Es cierto, mi nombre está más asociado a la investigación y a mi labor en el museo. Lo de la pintura es algo guardado. Nadie me instruyó en este campo. Soy un completo autodidacta. Toda la vida dibujé. De chico las maestras me decían en la escuela “muy bien ilustrado”.
El trabajo mayor que hice fue en la década del 50 para una Fiesta de la Tradición, en tinta china sobre imágenes del Martín Fierro.
-¿Siempre trabajó en tinta china?
-Siempre. A mí no me atraía particularmente el color, me gustaba el dibujo. Pero siempre alguien me hinchaba que incorporara el color a mis cuadros. Fue para el Salón Nacional de Bahía Blanca que me propuse hacer un trabajo en tempera. Entonces, sorprendentemente, saqué el tercer premio. No lo podía creer.
-Háblenos de su técnica
-Mi técnica es muy sencilla: lápiz, goma de borrar, tinta china y acuarela.
-¿Cómo nació la idea de retratar las típicas fachadas de las primeras casas de Monte Hermoso?
-Fue visitando el Museo Quinquela de Buenos Aires. Allí estaba expuesta la obra de una acuarelista checa: Milada Voldan de Mac Gaul, sobre el tema “Casas de La Boca”. Eran dibujos de 1989,1991 y 1992 y eso me inspiró para realizar un trabajo análogo basado en las antiguas edificaciones familiares de Monte Hermoso.
-¿Pero por qué eligió Monte Hermoso?
-Siempre mantengo en mi mente el recuerdo de las casas y los amigos, allá por los años 50 en Monte Hermoso. Aun sigo visitando el balneario. Si bien no tengo casa allí conservo mucha gente amiga.
-¿Cuánto tarda en hacer uno de sus cuadros?
-Cuando me embalo puedo hacer una imagen en una semana. Es algo que disfruto mucho. Tengo ganas de hacer lo mismo con las casas tradicionales de Coronel Dorrego. A mí me encanta dibujar árboles y la dificultad que encuentro en Dorrego es que muchos frentes no tienen árboles. Veré si puedo encontrarlos.