Trabajan en la prevención de incendios rurales y forestales

Se está trabajando intensamente en la prevención y concientización para evitar la ocurrencia de fuegos en los campos. El 10 de noviembre es la fecha señalada como la del comienzo de la temporada de incendios rurales y forestales en la región de la provincia que este año sufrió cuantiosas pérdidas. Según los especialistas, las condiciones ambientales serán muy propicias para que se produzcan siniestros.

Las imágenes de las llamas devorando todo a su paso todavía están vivas en las retinas de muchos productores de Carmen de Patagones, Villarino y Puan. Los daños en infraestructura, especialmente en alambrados, son la prueba fiel del voraz incendio rural que entre diciembre de 2016 y febrero de este año castigó con furia a esos distritos del sudoeste bonaerense -el fuego también arrasó campos de La Pampa y Río Negro- generando pérdidas millonarias y un desastre ambiental.

Pero esa experiencia también generó un convencimiento general de que había que tomar todos los recaudos posibles para evitar que se repitan los siniestros. Como parte del trabajo que vienen realizando en ese sentido desde el INTA, las provincias de Buenos Aires, Río Negro y La Pampa, y las municipalidades de los distritos y departamentos afectados, a principios de mes se llevó a cabo el II Taller de Incendios del Espinal y Monte, bajo el lema “El fuego no se apaga en invierno”.

El encuentro fue en la Estación Experimental Agropecuaria Hilario Ascasubi del INTA -partido de Villarino- y participaron 120 personas pertenecientes a Defensa Civil, bomberos voluntarios y oficiales, municipalidades e instituciones comprometidas con la problemática.

“Una de las actividades que propuso el taller fue analizar los pro y contras del combate de los incendios rurales de la temporada 2016/2017, y entre las conclusiones generales se observó que las causas que provocaron los siniestros han sido de origen antrópico (humano) -no significa intencional- con el 70% y de origen natural (provocadas por tormentas eléctricas) un 30%.

Pero también se resalta que el origen del fuego muchas veces está relacionado con la época o estación del año y los lugares turísticos o de mucho tránsito”, explicó el ingeniero Alejandro Pezzola, investigador del área de Teledetección y Sistemas de Información Geográfica del INTA Ascasubi, y quien trabaja en la prevención desde el año 2.000.

Del análisis grupal también surgió que complicó el combate del fuego “la falta de accesibilidad a los campos, de cortafuegos, de reservorios de agua, de caminos internos para llegar al foco y de maquinaria en los campos afectados, de equipamiento adecuado, de datos del productor, de comunicación y de coordinación entre jurisdicciones provinciales; la dificultad en las comunicaciones entre los bomberos (diferentes frecuencias radiales); y el cambio de dirección y aumento de velocidad en los vientos”, enumeró la ingeniera Cristina Winschel, también del INTA Ascasubi.

Mientras que entre los factores que facilitaron el combate del fuego, se destacó “la coordinación entre los distintos organismos de los municipios y entre bomberos, defensa civil y policía rural; la coordinación de ayuda civil; la capacitación y formación de brigadistas, y la información meteorológica e imágenes satelitales precisas”. Del taller surgieron interesantes propuestas que se pueden implementar para reducir la acumulación de materia vegetal combustible, para la prevención de los incendios.

“Todos los grupos coincidieron en la realización y limpieza de picadas, alambrados y cortafuegos. También en que debe haber un adecuado manejo del pastoreo y rotación de cultivos en zonas susceptibles a incendiarse. Además, se recomendó realizar quemas preventivas controladas en los momentos adecuados durante el año”, comentó Pezzola.

“También se mencionó la posibilidad de formar un consorcio como el que tiene la provincia de La Pampa. De capacitar al productor en cuanto a un plan de manejo para controlar la acumulación de vegetación combustible. Y de instrumentar cuestiones legales como ordenanzas municipales y nacionales”, agregó el investigador.

Noviembre

A la hora de analizar el escenario de las zonas más propicias para que se produzcan incendios rurales y forestales, Pezzola encendió una luz de alarma. “Tenemos las mismas condiciones del año pasado, muy favorables para la temporada de fuegos, de producción de incendios, que nosotros estamos estimando a través de los índices, que comenzará a partir de la segunda semana de noviembre”, dijo.

En su análisis, el ingeniero explicó que “está todo preparado para que se den las condiciones: hemos tenido un otoño- invierno húmedo, con gran volumen de pasto en la parte del arbustal abierto; también un buen crecimiento”. Y agregó: “Los informes del Instituto de Climay Agua del INTA y del Servicio Meteorológico Nacional están dando que se van a dar temperaturas un poco más elevadas a la media y precipitaciones inferiores al promedio.

A esto hay que sumarle que en los lotes incendiados hubo una fuerte regeneración de plantas anuales, de modo que está todo dado para la ocurrencia de nuevos incendios. “Ya hemos tenido algunos siniestros pequeños en los últimos días, pero a partir del 10 de noviembre habrá que extremar todos los cuidados, porque las condiciones van a estar dadas para su propagación”, indicó Pezzola.

Es por eso que el mensaje del especialista es contundente: “Tenemos que cumplir con el ABC de la prevención, y en ese aspecto son fundamentales los cortafuegos. En lo que son los campos agrícolas, por lo menos se recomienda una limpieza de seis metros a cada lado de los alambrados para eliminar todo material vivo vegetativo”.

Pezzola destacó que los cortafuegos son una herramienta clave para interrumpir el avance del fuego y también para permitir la circulación de los bomberos y de las personas que estén combatiendo las llamas. “En imágenes satelitales hemos visto incendios muy grandes con cortes netos. Quiere decir que funcionaron”, aseguró.

En las distintas recorridas que viene realizando durante el año, el técnico de INTA observó que muchos productores están haciendo los deberes. “Se están tomando precauciones, se ven al costado de las rutas y de los caminos, donde se han limpiado alambrados.

Pero también vimos pilotes de cemento con varillas de hierro, donde la eventualidad de un incendio puede provocar daños menores. Es cierto que la inversión es superior, pero el beneficio se obtiene con el tiempo”, aseguró Pezzola.

Leyes

Luego de los episodios de fines del año pasado y principios de este, es bueno recordar la existencia de la Ley nacional N°26.815 de Manejo de Fuego, que creó un Sistema Federal de Manejo, que establece y coordina las acciones y funciones de aquellos que participan. A nivel provincial fue promulgada la ley Provincial de Manejo del Fuego, Prevención y Lucha contra Incendios, Nº 14892/2017, que aún falta reglamentar.

En este sentido, en algunos de los partidos afectados se trabaja en la elaboración de una ordenanza que principalmente regule la realización y cumplimiento de los cortafuegos y picadas debido a la importancia que tienen en la tarea preventiva.

Un buen ejemplo es lo que está ocurriendo en Patagones, donde la subsecretaría de Desarrollo Territorial, lleva adelante distintas acciones para aunar criterios entre todas las instituciones involucradas en la prevención de manera tal de minimizar las pérdidas de tiempo. La conectividad es un tema primordial, la necesidad de poder estar todos comunicados, ya sea para informarse o conocer las demandas de los que trabajan en el combate de incendios, llevó a buscar alternativas con elementos ya existentes en la región que faciliten las comunicaciones. Así es que los productores y los bomberos están recolectando la mayor cantidad de información posible para facilitar el accionar en caso de ser necesario. Esto incluye mapa de caminos rurales, la capacidad de abastecimiento de agua que tienen las distintas zonas, puntos en los cuales se localizan y la disponibilidad de maquinaria pesada que pueda ser de utilidad. Además, existe el proyecto Aumentando la Resiliencia Climática y Mejorando el Manejo Sostenible de la Tierra en el Sudoeste Bonaerense, que contempla el Sistema de Información y Alerta Temprana (SIAT), para permitir una rápida reacción a riesgos que plantea el clima.

Un antecedente que preocupa

Entre octubre de 2016 y marzo de 2017 se produjeron incendios rurales y forestales que afectaron a seis provincias. En el caso de Buenos Aires, los mayores siniestros se registraron entre el 11 de diciembre de 2016 y la primera semana de febrero de esta año. Las llamas consumieron unas 250.000 hectáreas en los partidos de Carmen de Patagones (140.000), Villarino (70.000) y Puan (40.000), los tres distritos más afectados.

Pero también hubo focos en Bahía Blanca, Coronel Dorrego y Tres Arroyos. A esas cifras hay que sumarle el daño hecho por el fuego en Río Negro, La Pampa, San Luis, Mendoza y Córdoba, con lo que se llega a la estimación oficial de 3.000.000 de hectáreas.

Esto se tradujo en un alto costo económico para los productores como para el ámbito gubernamental. Para tener una dimensión de los perjuicios, según el INTA, en Patagones, Villarino y Puán sólo en alambrados se perdieron más de 160 millones de pesos. A esto hay que agregarle las viviendas, mangas, embarcaderos y demás mejoras, lo que eleva la cifra exponencialmente.

Pista para aviones hidrantes

En el marco del Plan Nacional de Manejo del Fuego, las autoridades están construyendo en Algarrobo (partido de Villarino), en un campo entre la localidad y la ruta nacional 22, una pista de aterrizaje para aviones hidrantes.

Estas naves son efectivas en un radio de 30 kilómetros, ya que la idea es que lleven a cabo un combate constante de los focos ígneos. Para eso, en el lugar se instalará una cisterna con agua -conectada a la red domiciliaria- y se espera que el Estado aporte las bombas de carga.

También habrá una enfermería y una batería de baños. Se trata de un predio de 50 hectáreas que pertenece a la familia de Hinelda Sebalt y de sus hijos Carlos Alberto, Jorge Néstor, Osvaldo Fabián y Juan Ramón Labeyrie, y que fue otorgado en comodato hacia la comuna de Villarino. La pista deberá tener entre 800 y 1.000 metros de extensión, una provisión de 1.500 a 2.000 litros de agua, señalización adecuada y fácil acceso vehicular, entre otros detalles.

“Se van a preparar tanques y una bomba para abastecer el avión. Nos aclararon que esto es importante, ya que el hidrante no puede estar mucho tiempo sin salir. La idea es que enfríe el fuego para que, luego, ingresen los bomberos a trabajar”, se informó desde la comuna de Villarino.

“La ubicación de la pista es un sitio estratégico, ya que se encuentra próximo al sitio por donde ingresaron a Villarino los incendios de diciembre del año pasado. También se encuentra próximo a Médanos y al límite con la provincia de La Pampa”, se agregó. (La Voz del Pueblo).

Los comentarios están cerrados.