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Dos sueños, el mismo amor

Los purretes Diego Banegas y Francisco de Abajo, del fútbol local a Independiente de Avellaneda.

Foto: Gentileza Fernando Tejada
Foto: Gentileza Florencia Brena

POR MANUEL MENDIONDO

El tiempo pasa… nos vamos poniendo technos. Probablemente Luca Prodan, además de ser uno de los próceres del rock nacional, haya sido también un visionario a fines de la década del ochenta al incluir en su repertorio la canción “Años”, aquella que reza: “en cada conversación, cada beso, cada abrazo se impone siempre un pedazo de razón, de vos”. Y vaya, si son aplicables las esquirlas de esta canción para comprobar en pleno siglo XXI, lo que Prodan ya había expresado en los 80′.

Por eso interpretaré el mensaje explícito de Luca, mediante dos ejemplos que forman parte del contrapunto que se provocó en la sociedad tras la irrupción de la tecnología, una vez caído el Muro. Vieron que antes la gente tenía la costumbre de sentarse en un bar esperando a sus amigos para tomar una copa con la intensión de juntarse a charlar de fútbol, política y por supuesto, de mujeres, y mientras esperaba, pedía el diario para leerlo y tomar conocimiento de lo que pasa en el país. También, se leía el diario mientras esperabas al bondi en la parada para dejarte por lo menos, en la esquina de tu casa o a dos o tres cuadras del laburo. Claro, esto en las grandes ciudades porque en un pueblo no se da esto último. Pero te digo más, hoy eso se perdió porque con el celular, vamos caminando por la calle y leemos los mensajes, chequeamos las redes sociales para saber si seguimos existiendo y también, hasta tomamos conocimiento y nos indignamos por noticias falsas, manipuladas por esa especie de bloggeros como se dice ahora. Te digo más, lo más importante, es que se han perdido otras cosas. Mucho más humanas, más profundas, más significativas para uno.

Por eso, en la atestada edad tecnológica, nos acostumbramos a demostrar los sentimientos mediante la frivolidad de una red social. La posibilidad que otorgan estas herramientas virtuales de expresar mediante las teclas lo que en actos cotidianos tanto nos cuesta. Porque créanme que cuesta. Uno me puede refutar al sostener que son utilitarias para entrar en contacto con las personas que se encuentran lejos por “equis” causa y, por supuesto, es un argumento más que válido. Pero me refiero a los que tienen la dicha de tenerlos presentes, ya sea conviviendo con los viejos o amigos,  tenerlos a escasas cuadras afectados a la misma realidad, la cotidiana y que hasta cierto punto, termina siendo igual o inclusive mucho más frívola que los sentimientos que exponemos con frecuencia en las redes sociales.

Afortunadamente hay algo que jamás de los jamases nos van a sacar. Ni una persona, ni el sistema, ni la tecnología, nada eh, le digo más… los sueños, la oportunidad de volar, se cumplen si uno se esfuerza por alcanzarlos, y si no se da, tener la honradez y satisfacción de mirar a los ojos del otro, algo que también parece extinguirse, y sostener que al menos lo ha intentado. Los casos de Diego Banegas y Francisco de Abajo, dos jóvenes futbolistas que persiguen ese sueño desde muy, pero muy temprana edad, hoy se encuentran con la posibilidad de seguir trepando en la escalera que los depositarán a los umbrales de sus sueños, amando al cuero dentro de una cancha de fútbol.

A ellos los separarán quinientos kilómetros de sus madres, padres, hermanos, abuelos y amigos. Por eso, las distancias kilométricas dan lugar a que cuando llegan los reencuentros sean mucho más cálidos, humanos, y en cada conversación, cada beso, cada abrazo, se impone siempre un pedazo de razón, de vos. Prodan entendió el cambio de era, la frialdad de las corrientes tecnológicas, la desvalorización de los actos genuinos, absolutamente todo. Pero hay una cosa que sigue uniendo a estos dos jóvenes: los sueños y un mismo amor.

Banegas: “La experiencia en las Menores de AFA me permitió adaptarme rápido”

Foto: Gentileza Fernando Tejada

Con tan solo tres años, Diego Banegas comenzó a practicar fútbol en el Club San Martín. Tres años después quedó en Tiro Federal de Bahía Blanca pero volvió al santo. Cuando tenía nueve años recaló en Olimpo, club donde estuvo cinco temporadas, compitiendo en Menores de AFA hasta el 2016. Este año, se incorporó a Villa Rosa con el objetivo de afianzarse en la primera división pero en las vacaciones de invierno, el rastreo que hizo Independiente de Avellaneda en nuestra localidad, hizo que “Dieguito” armara las valijas y se radique en Buenos Aires.

“La infraestructura en Independiente es enorme. Más allá de que al club lo avala su propio peso, la rica historia a nivel nacional e internacional, lo transforman en una entidad muy grande” cuenta.

El mayor de los hijos del matrimonio Banegas – González, no pone reparos al comentar cuales fueron los motivos por el que Ariel Wiktor se fijó en él. “Me venían viendo desde aquella vez cuando tuve la suerte de convertirles un gol jugando para Olimpo. Me dijo que le gustaba como le pego a la pelota y como me desempeño en la posición natural, la de enganche. Allá (en Bs. As) el nivel es muy alto aunque pude adaptarme rápidamente por la experiencia de haber pasado en las menores de AFA. El aspecto en que debo hacer más hincapié es en el cambio de ritmo” sostuvo.

Consultado sobre las enseñanzas que le dejó el club bahiense, Banegas manifestó que “la gratitud de haber ganado experiencia en las Menores de AFA representando al aurinegro de Bahía Blanca. Olimpo me armó mucho como jugador pero principalmente, como persona” señaló.

“A la familia, los afectos, se los extraña mucho. Ellos son fundamentales pero uno tiene que aguantar” afirmó entre risas.

Finalmente, Banegas sin tapujos, añadió que le hubiera gustado tener más participación en la primera de Villa Rosa. “A Biec (por Oscar) le pedía que me diera muchos más minutos pero él me decía que no porque me iban a lastimar, y que el momento además, iba a llegar solo” culminó el diez, que había sido citado por Daniel Luis para integrar el seleccionado Sub 15 de la Liga.

FICHA PERSONAL

Apellido y nombre: Banegas, Diego Valentín
Fecha y lug. De nac: 24/06/02, en Coronel Dorrego
Grupo familiar: Es hijo de Ramiro y Carina González. Es el mayor de tres hermanos: Agustina y Uma.
Posición: Enganche
Trayectoria: San Martín, Tiro Federal, Olimpo, Villa Rosa e Independiente.
Ídolo: Juan Román Riquelme
Además del fútbol: escuchar música.

De Abajo: “Haber llegado hasta acá es un gran logro pero voy por más”

Foto: Gentileza Florencia Brena

El potrero del barrio frente a su casa, fue testigo de los primeros pasos de “Panchito” con la redonda. Llegaban las siete de la tarde y comenzaba el “picadito” que se extendía, según cuenta uno de los protagonistas, hasta las dos de la mañana. Los vecinos que esperaban a él y a sus amigos del barrio, con jugo fresco envuelto en charlas amenas. Tenía 5 años cuando empezó a practicar el fútbol en Independiente, entidad en la que estuvo un año hasta que una tarde habitual, como otras tantas, fue cuando vio un entrenamiento de Ferroviario junto a sus amigos, los mellizos Barrionuevo, quienes lo invitaron. Fue ahí, cuando el entrenador por aquel entonces, Alberto “Pala” Aguirre le preguntó a de Abajo si quería jugar. Pese al guiño del técnico al joven, la anécdota tiene la particularidad de que “Panchito”, en su primer día de entrenamiento en Ferroviario, fue con una remera de Independiente. “No me saqué el buzo durante el entrenamiento” cuenta entre risas.

Con el paso del tiempo, de Abajo es confeso hincha aurinegro. Ya en 2014, bajo la tutela de Javier Fernández, el joven debutó en primera en El Perdido, frente a Progreso. “Fue uno de los mejores días de mi vida” narró.

“Ariel Wiktor me preguntó si alguna vez había jugado de cinco ni bien había pasado los primeros minutos del entrenamiento en la cancha de Villa Rosa. Les comenté de que nunca lo había hecho en esa posición ya que no tengo demasiado compromiso con la marca. Me estimuló a poder hacerlo y me sentí cómodo y a la vez, incómodo al no tener un compañero que colabore con la marca ya que siempre me quedaba para tomar dos hombres. Por suerte, en Buenos Aires, me pusieron de enganche” añadió.

Francisco, al igual que su coterráneo Banegas, coincide en que la infraestructura es de alto nivel. “Me encontré con un predio hermoso. Tiene canchas de muy buen piso y una pensión increíble. Nunca imaginé estar en lugares así, por lo que la satisfacción es doble teniendo en cuenta lo positivo de mi experiencia pero lo principal, por lo bien que me trataron” sostuvo.

El joven que hizo su primer paso en el fútbol en Independiente, pero que luego gracias a las amistades, cruzó de vereda y se siente plenamente identificado con los colores aurinegros, manifestó que “gracias a esta experiencia se abren puertas que lo ayudan. Llegar hasta acá es un logro grande pero no voy a aflojar” se mostró entusiasmado.

Al momento de comentar si hubo algún cambio en su forma de juego, Francisco de Abajo manifestó tajantemente que no. “No lo veo así ya que la base sigue siendo la misma. En tres días no se puede cambiar demasiado. Siempre trato de hacer lo que me pide Sergio (por López) dentro de la cancha” afirmó.

“El apoyo de mi familia no lo puedo valorar con un número. Por suerte, siempre me apoyaron en todo lo que hago y eso me da fuerza para irme lejos a buscar lo que siempre quise” culminó el pibe al momento de ser consultado sobre el rol que ocupa su familia.

DATOS PERSONALES

Apellido y nombre: De Abajo, Francisco

Fecha y lug. De nac: 05/12/00, en Coronel Dorrego.

Grupo familiar: Es hijo de Pablo y Fabiana Marcos. Tiene dos hermanos, Manuel (19) y Benjamín (4)

Trayectoria: Independiente, Ferroviario.

Posición: Enganche o volante por izquierda

Ídolo: Lionel Messi

Hobby: Jugar al fútbol

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