Diputados le aprobó la ley bases a Milei y restituyó Ganancias
La Cámara de Diputados sancionó la ley Bases con los cambios que aplicó el Senado con 147 votos a favor y restituyó el impuesto a las Ganancias con una mayoría de 136 votos.
También se repuso la versión original de Bienes Personales, elevando el piso del tributo y eximiendo a buena parte de la clase media alta.
El tratamiento insumió más de 12 horas de debate pero, mientras que la aprobación del proyecto insignia de Javier Milei nunca estuvo en duda, la insistencia con el gravamen sobre el salario de los trabajadores estuvo en riesgo por la resistencia de casi 20 legisladores aliados a acompañar al oficialismo en ese punto.
Como informó LPO, Martín Menem no podía garantizar siquiera que todos los legisladores libertarios apoyaran Ganancias y tuvieron que desembarcar en la Cámara Baja la vicepresidenta Victoria Villarruel, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. Los tres se dejaron ver en los palcos del recinto y atendieron reproches de diputados reticentes a apoyar la sanción de Ganancias.
El nerviosismo de los LLA llegó a su pico a media tarde, cuando el riojano entendió que no podía torcer las posturas de la santafecina Rocío Bonacci y la bonaerense Carolina Píparo. Para colmo, su bloque debía lidiar con la posible baja de Marcela Pagano, quien dependía de la autorización del médico que la atiende por estar cursando un embarazo complicado para asistir al momento de la votación. La presidenta de la Comisión de Juicio Político llegaría al recinto recién a la 1:00 de la mañana.
Frente a la dificultad de reunir más de 129 voluntades por la positiva, el gobierno buscó insistentemente la colaboración de los gobernadores peronistas. LPO reveló que el catamarqueño Raúl Jalil fue presa de los tironeos de la Casa Rosada y La Cámpora para que los cuatro diputados que le responden se pronunciaran en un sentido u otro.
El mandatario provincial optó por una salida, a su criterio, salomónica, aunque ofendió al kirchnerismo. Sebastián Nóblega, Fernanda Ávila y Dante López Rodríguez votaron a favor, mientras que Silvana Ginocchio se abstuvo.
La negativa de Bonacci dislocaba al oficialismo y profundizaba el efecto dominó sobre los apoyos de los radicales sin tierra, que pedían que se los dispensara de votar a favor si los peronistas de sus territorios no lo hacían. «¿Por qué voy a votar Ganancias yo si se beneficia el gobernador, con quien disputo la provincia, y encima sus legisladores no acompañan y tengo que poner la jeta yo», se quejaba una legisladora de la UCR.
Las disidencias eran transversales a todos los bloques. La caza de brujas, también.
Así, tanto los que estaban firmes a favor como los que rechazaban el artículo sin dudarlo tendían un manto de sospechas sobre sus propios colegas cuando esgrimían que estaban evaluando el sentido de su voto. Una diputada peronista llegó a mostrarle una nota de LPO en su celular a Miguel Pichetto pero el rionegrino descartó que la zozobra del oficialismo escalara: «ya está todo», habría dicho. Eran casi las 21 del jueves.
Cuando le tocó dar su discurso de cierre, el jefe de Hacemos no se privó de retar al riojano, que presidía la sesión en ese momento. «¿Se deja de hablar, Presidente?», reclamó para que hiciera silencio, y arrancó risas de sus pares libertarios, que acaso lo admiran aunque -para su fastidio- no aprendan.
Como sea, Pichetto terminó defendiendo las leyes del gobierno mucho mejor que sus propios representantes, igual que en enero pasado y en la sesión de abril. «La cámara de origen tiene prevalencia y puede insistir», dijo para zanjar la discusión sobre el aval jurídico para reponer Ganancias aunque el Senado lo hubiera rechazado.
A lo largo de la jornada, radicales, pichettistas y federales alertaron al gobierno sobre el fin de las excusas con la sanción obtenida esta madrugada. Y por otra parte, los diputados de extracción sindical que integran Unión por la Patria adelantaron que ya en la mañana del viernes los sindicatos se presentarían en juzgados de primera instancia para impugnar la instauración de Ganancias otra vez.
A su turno, Rodrigo De Loredo pidió «sensibilidad» al gobierno y, después, Cristian Ritondo concedió que a los dos proyectos «les faltaba» pero explicó que su bloque votaba a favor «más por responsabilidad que por identidad».
El titular del bloque peronista, Germán Martínez, retomó los planteos de sus antecesores y preguntó: «¿Para qué carajo estamos votando esta ley?». También ensayó un acting con una caja símil la que contenía la versión original de la ley ómnibus cuando el Ejecutivo se la hizo llegar a Menem y otra, más pequeña, aludiendo al tamaño del expediente actual, desflecado o deshidratado. «Es más chica pero profundamente dañina», acotó. (La Política On Line). (28-06-24).