(Con audio) Lenguaje no binario: «Es profundamente antidemocrático» prohibir su uso
Fabiana Grasselli, especialista en lenguaje inclusivo, investigadora del Conicet por la Universidad de Cuyo habló con Radio Provincia sobre la controversia sobre la prohibición del lenguaje inclusivo en las aulas porteñas.
La medida desautoriza expresarse por fuera de los binarismo de sexo (masculino y femenino) y niega la posibilidad de enseñar con materiales educativos que ulicen la «E», la «X» y el «@» para nombrar las dicidencias y las diversidades LGBTIQ+.
Grasselli dijo: «Es necesario darle batalla ideológica a este tipo de decisiones, porque en primer lugar esto que muchas veces quiere ser mostrado desde los sectores de derecha y reaccionarios, como una especie de moda, contrariamente a lo que el análisis del proceso social del que surge la demanda colectiva, de poder nombrar todo aquello que quedaba invisible del lenguaje, que la única palabra que tenía en cuenta como habilitadora para nombrar el género era el binarismo, masculino/femenino, no es a lo que surge, a partir de que alguien lo impone, sino que es el resultado de una lucha del movimiento de mujeres, del feminismo, de los colectivos LGBTIQ+».
«Hay personas, subjetividades, modos de habitar la sexualidad que existen para los cuales no había palabra en el lenguaje, porque como parte de todo un sistema, tiene una historia patriarcal», añadió.
Entonces «esto de visibilizar lo que no existía porque no tenía nombre, justamente es para transformar, porque el lenguaje nombra y crea realidad» enfatizó.
Según detalló la especialista, «habilita una forma de pensamiento en lo cual eso es un horizonte posible, y eso como práctica política, permite que para las personas, poder nombrarse como algo que no entra en el binarismo mujer/varón, sino travesti, trans, no binarie, queer, lesbiana, gay, etc, es una posibilidad que le da entidad al propio reconocimiento».
«Es muy complicado que esto justamente venga a ser cercenado en el ámbito educativo, porque poder reconocerse, poder autopercibirse desde un género, desde una identidad determinada, desde una corporalidad, más adecuado a su autopercepción, es un derecho de las infancias y las juventudes, y que sea en la escuela donde se viene a cercenar, (…) es profundamente antidemocrático”, aseguró Grasselli. (13-06-22).