Política

Esta vez no fue Karina: Espert, una peste negra que Milei inoculó

La figura más inquietante y resistida en el ecosistema LLA protagoniza una crisis que golpea al voto PRO, la apuesta electoral oficial. Spoiler: la culpa no fue de la hermanísima.

NOTA DE PABLO IBAÑEZ EN CENITAL

–¡Es muy importante aclarar la situación ya!

Patricia Bullrich, quizá como nadie, quizá más que Mauricio Macri, conoce la pulsión íntima del votante histórico del PRO. En los estos 20 meses de experimento libertario, se esforzó por funcionar como link entre los hermanos Milei y ese ecosistema de centro/centro derecha/derecha, republicano aspiracional y, sobre todo, esencialmente anti peronista al que, con desprecio, en La Libertad Avanza (LLA) generalizan como “raúles y mabeles”.

Bullrich, quizá como nadie, quizá (mucho) más que Macri, sabe que el votante PRO se ufana de las banderas transparencia y le gusta indignarse con los hechos de corrupción, en particular si son de otros partidos. La ministra dice que el votante propio tiene una «vara alta» en el tema corrupción. Sabedora de eso, Bullrich crucificó en público a José Luis Espert, candidato top de LLA en la provincia de Buenos Aires, complicado en un escándalo por presuntos aportes de fondos narco.

“Imagínense que nosotros que combatimos el narco con todo no podemos aceptar conductas de personas que estén aliadas al narco, o que han recibido plata”, exageró Bullrich, con un poco de bronca y una lejanía total –como el 98% del mundo libertario– con Espert pero, más que nada, porque entiende que la expectativa de un rebrote electoral de LLA se sustenta en el voto PRO o eso que fue Juntos por el Cambio (JxC).

Espert al frente
Después, por pedido de Casa Rosada, bajó el tono y eligió un modo casi neutral para citar, como dato objetivo, que cuando Espert fue candidato en el 2019, campaña en la que usó una camioneta blindada y un avión del supuesto narco Federico “Fred” Machado, no había ni imputación ni denuncia sobre los vínculos del empresario patagónico con cárteles narcos de Estados Unidos. Bullrich reflejó dos énfasis diferentes: firme en el pedido de aclaración y ajena en la tibia defensa.

La estela narco que rodea al diputado es una peste negra para el electorado PRO que Milei retuvo en PBA –hay consenso en que mutó el voto de LLA, perdió transversalidad económica social y se concentró en el antiguo voto de JxC– y que, de cara al 26O, aspira a seducir en territorios como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza y, con Bullrich al frente, en CABA. Todo un karma para la ministra que, además, padece como un lastre la candidatura de Alejandro Fargosi, tuitero que descubrió el don de la invisibilidad.

Pero el problema es Espert. “Que salga a caminar y dé la cara”, resolvió, sin demasiado inventiva –ni muchas opciones frente a la incapacidad objetiva de explicar el vínculo con Machado–, la mesa de campaña libertaria el lunes y mandó a Espert a Olavarría con Diego “Colo” Santilli y el jueves a La Plata con Sebastián Pareja, el armador karinista. Se anunció, además, un acto el sábado en San Isidro con Milei pero se reprogramó para después del Movistar Arena. En sus salidas, el diputado mecanizó una respuesta: es una operación vieja, es una operación K, eligió a Juan Grabois como rostro de la denuncia.

Ciertas verdades
Hay, en sus palabras, algunas verdades. La denuncia es vieja. Estalló en 2021 con la detención y enjuiciamiento de Machado, y detonó una interna de liberales entre Espert y referentes como Ricardo López Murphy y Yamil Santoro, que negociaban para armar un frente electoral. El armado liberal se fracturó cuando le pidieron explicaciones a “El Profe” y este los acusó de hacerle una operación.

El diputado no acierta en las explicaciones. Niega conocer a Machado cuando éste buscaba, en su nombre, un compañero de fórmula. Inculpa a otros por los aviones de campaña, lo que le valió que José Bonacci, dueño del partido con el que compitió Espert en 2019, lo acuse de mentir. El diputado dijo que los aviones y la movilidad fue una contribución del partido, pero Bonacci lo negó: “Yo le dije que diga eso en la justicia, pero que me presente comprobantes de gastos. Y no lo hizo”.

En los detalles más formales, Espert se embarra solo. Dijo que los aviones los puso el partido pero en la declaración de gastos de campaña no figuran. Dijo, en otra entrevista, que hubo aportes privados al frente electoral, pero en el informe de campaña que Unite presentó en la Justicia electoral el renglón sobre aportes privados es cero. Es decir, ¿hubo fondos pero no se declararon? ¿O directamente no se usaron en la campaña?

200 mil razones
Este miércoles, en un reportaje en A24, Espert fue más lejos: evadió en varias ocasiones dar una respuesta, por si o por no, sobre si recibió un pago de 200 mil dólares de Machado, tal como figura en la contabilidad secreta incorporada a una causa en la justicia de Texas, territorio donde no hay constancia de que se haya asentado políticamente el kirchnerismo. ¿Por qué, al menos para salir del paso, para ganar tiempo, Espert no negó recibir ese aporte?

Es tan poco sólida la explicación de Espert que no satisfizo ni a Bullrich. El economista, posiblemente el menos simpático para el resto de los legisladores –Fernando Iglesias puede que le dispute el tope– no solo se topó con el reproche a cielo abierto de la ministra de Seguridad. En la Cámara de Diputados, durante una reunión de la comisión de Presupuesto que preside, 29 diputados –de los 49 del cuerpo– le reclamaron que deje ese sillón.

Detrás del coro de opositores apareció otro elemento. Sólo Gabriel Bornoroni, el cordobés que es jefe del bloque libertario, hizo alguna referencia a que la denuncia era producto de la campaña electoral. Pero no hubo otros legisladores de LLA, ni tampoco los aliados del PRO ni los radicales peluca, que funcionan como dadores de gobernabilidad, que hayan salido en defensa de Espert. El diputado más solo del mundo.

La culpa de Milei
Un problema grave para Espert , pero sobre todo para el gobierno es que los principales críticos de “El Profe” forman parte del esquema Milei. Lilia Lemoine y Agustín Romo han sido los más enfáticos, años atrás, en acusar a Espert de valijero y de tener vínculos narco. Recién esta semana, Milei aceptó una entrevista y trató de dar una respuesta sobre el escándalo de las coimas con discapacidad. Todavía lo persigue aquella mancha y debió, ahora, hablar de “El Profe”.

Espert es candidato porque quiso Milei. Ni Karina ni Santiago Caputo veían bien esa entronización. Cuando ya no pudo oponerse, la hermanísima citó al diputado en Casa Rosada. “Vos no hacés nada sin que nosotros te digamos. No hables hasta que que te avisemos. La campaña se arma acá. Vos no decidís nada”, lo sacudió Karina que casi no lo dejó hablar, Al salir, Karina posó con el visitante.

El diputado contó que en 2024 tuvo una reunión a solas con Milei en Casa Rosada donde en la que el presidente le dijo que sería el candidato a diputado en la provincia y que, además, sería el candidato a gobernador cuando él compita por su reelección. La anécdota, relatada por alguien que la escuchó de boca de Espert, termina con ambos saltando abrazados, un mini pogo en un despacho donde no entra el sol.

Por ese movimiento demasiado anticipado, si algunos dirigentes libertarios –Santilli y/o Pareja, por ejemplo– fuesen sometidos a un polígrafo, muchos celebrarían que este episodio –que seguramente pagará caro LLA– clausura toda posibilidad de que Espert sea candidato a gobernador de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires en el 2027.

Hello Donald
Todo en medio de la campaña difícil y con un gobierno frágil por la derrota del 7S, y acosado por la economía fantasmal y un mercado bipolar que ya metabolizó los tuits de Scott Bessent y ahora pide más. “Show me the money”, explicó el momento Emanuel Álvarez Agis en el último informe de la consultora PxQ. Ni la confirmación de una bilateral con Donald Trump, el 14 de octubre, en la Casa Blanca, el salón oval y visita de Estado, le alcanzó al mercado para aplacar su incertidumbre.

El escándalo Espert mantiene al gobierno en el barro: si todo el caso coimas en Discapacidad marcó, en medio de una economía estancada, la campaña hacia la elección bonaerense, el nexo del candidato libertario con el presunto narco Machado, no le permite a la Casa Rosada salir del lugar de la defensa permanente. Desde marzo de 2023 hasta hace 5 meses, Milei controló la conversación pública, gobernó la agenda. Ese superpoder lo perdió y hace rato corre de atrás. Coincide con el deterioro de su propia imagen, de la caída de la aprobación de la gestión y de la baja de la expectativa electoral.

El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) de la Di Tella, que se mide con datos de Poliarquía, mostró una baja de 8,2% en septiembre. El consultor Roque Cantoia pone esos datos en una dimensión histórica y elabora un “predictivo electoral”. El dato parece confirmar las preocupaciones de la Casa Rosada sobre lo que puede ocurrir, a nivel país, el 26 de octubre. Que Milei se ponga al frente de la campaña puede no alcanzar. Peor: puede convertir la elección en un golpe electoral para el presidente. (02-10-25).

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