Alerta amarilla para Milei: la oposición amigable toma distancia en temas clave
Avanzan acuerdos transversales en el Congreso por temas sensibles en los que el Gobierno no hace pie: jubilaciones, universidades y Ganancias. Deja de ser mala palabra negociar con Unión por la Patria. ¿A Milei solo le quedan las encuestas?
NOTA DE NOELIA BARRAL GRIGERA EN LETRA P
Las advertencias que venía planteando sottovoce la oposición con la que el Gobierno dialogó y deliberó en los últimos cinco meses empezaron tímidamente a plasmarse en la realidad. La sanción de la Ley Bases en Diputados, decían esos sectores, operaría como un parteaguas en la relación con los libertarios. Una vez otorgada esa herramienta al presidente Javier Milei, aseguraban, comenzaría una relación de mayor distancia. Es lo que comenzó a verse de manera incipiente en la última semana: la UCR, Hacemos Coalición Federal (HCF) e Innovación Federal (IF), los bloques “dialoguistas”, negociaron para encontrar acuerdos con Unión por la Patria (UP) y condicionar al Ejecutivo en dos temas muy sensibles para el oficialismo: jubilaciones y presupuesto educativo.
Hay varias señales coexistentes en esos movimientos. La más fuerte, y que puede generar mayor ruido político a futuro, es que negociar con UP parece ir dejando de ser mala palabra para el resto de los bloques. La bancada que preside Germán Martínez es, por lejos, la más numerosa y la que puede garantizar con su número el éxito de las iniciativas de los sectores que van endureciendo su relación con los libertarios.
La primera negociación que incluyó a UP tuvo lugar la semana pasada. El tema fue jubilaciones y el lugar fue el plenario de las comisiones de Previsión Social y Presupuesto. Y aunque fue un diálogo algo accidentado, en el que los peronistas terminaron recelando una suerte de traición de los radicales, ese acercamiento finalmente se terminará plasmando en el recinto el martes 4 de junio a las 11, cuando los dos bloques, junto a HCF, IF y la Coalición Cívica voten para recomponer las jubilaciones. Aunque aún hay desacuerdo en algunos puntos no centrales, todas esas bancadas coincidieron en respaldar algunos cambios clave: atar la jubilación mínima al valor de una canasta básica más un 20%; compensar a los jubilados por el 12,5% de recomposición que les comió la licuadora en enero; e incluir a la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) en el cálculo de ajuste mensual de los haberes para garantizar que no pierdan si se desacelera la inflación.
Esa aproximación mostró este martes un nuevo episodio en el recinto de la Cámara baja. Se unieron los mismos bloques para empujar con otro tema sensible para el oficialismo: el presupuesto educativo. El Gobierno presionó en la previa para desarticular la sesión, pero no lo logró. Y ese es un dato importante. Los radicales y el resto de los dialoguistas decidieron desoír a los ministros Guillermo Francos y Sandra Pettovello, quienes en la antesala del debate salieron a instalar un acuerdo con las casas de estudio y, en cambio, responder a los rectores de las universidades nacionales agrupados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).
El resultado fue un emplazamiento a que las comisiones de Educación (presidida por el macrista Alejandro Finocchiaro) y de Presupuesto (a cargo del libertario José Luis Espert) dictaminen proyectos de recomposición de los fondos para las universidades y los salarios docentes del resto de los niveles educativos. Se abrirá ahora un período de negociaciones para acordar la letra chica de los proyectos, pero el reagrupamiento de la Cámara de Diputados muestra que los dialoguistas ahora dialogan con UP. A tal punto que el radical Rodrigo De Loredo defendió este martes al peronista Germán Martínez y criticó al libertario Martín Menem y a Finocchiaro en pleno recinto. A este último le dijo: “No le piden tanto, diputado”.
Esa reconfiguración de la Cámara baja se vio también en votaciones de coyuntura. Primero, el intento opositor de condenar los dichos en España del secretario de Culto, Francisco Sánchez, rechazado por los libertarios y el PRO (excepto Silvia Lospennato y María Eugenia Vidal), último bastión de la resistencia del Gobierno. Luego, en el intento de La Libertad Avanza (LLA) de que la Cámara condene los dichos del jefe de Estado español, Pedro Sánchez, también rechazado, en este caso por peronistas y ¿ex? dialoguistas. La división del recinto fue gráfica: dos tercios en contra del oficialismo y solo uno a favor.
El alerta amarilla que deja planteada la Cámara de Diputados para el Gobierno podría volverse alerta roja si en el Senado la oposición logra lo que está buscando: una mayoría agravada de dos tercios (48 votos) para rechazar la reinstalación del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores. También allí los dialoguistas están negociando con UP. Por ahora a ese agrupamiento le faltan cuatro voluntades. Si las logran, le cerrarán al Ejecutivo la posibilidad de volver a debatir el tema durante este año, en un escenario económico cada vez más áspero en el que cae la recaudación y podrían empezar a crecer algunos gastos que la administración Milei mantiene pisados si avanzan los diputados con universidades y jubilaciones. Por las dudas, el Presidente dijo que «vetará cualquier proyecto que rompa el equilibrio fiscal». LLA se enfrenta a un desafío crucial para mantener su agenda legislativa y el control sobre la economía. (22-05-24).