Polaroid de plegarias atendidas
Nota escrita por Lorena Alvarez en panamarevista.com
Uno
Cuando un grupo de poderosas mujeres pertenecientes a la alta sociedad americana se enteraron que su “caniche toy” (su mascota), nada menos que el escritor Truman Capote, las había expuesto, decidieron arrojarlo del paraíso. Un adelanto en la revista Esquire de su libro “Plegarias atendidas” fue el final de la historia de fascinación y amor entre el autor de “A sangre fría” y aquellas influyentes y hermosas damas (que durante su etapa idílica apodó “Los Cisnes”). Él las divertía con su ingenio, humor y cotilleos. Ellas le abrían las puertas del cielo de los pudientes. Todos felices.
Pero al sacar a la luz los secretos que estas mujeres guardaban celosamente, relatados sin pruritos y con cierta malicia, las exquisitas señoras sintieron quebradas sus reputaciones en el mundo de las apariencias, viendo aquello como una traición imperdonable que dejó a Capote fuera de juego. No más bondades de la high class para el escritor nacido en Nueva Orleans.
Un pecado que años más tarde, en estas pampas, cometería contra otra élite -la periodística- Jorge Asís, cuando publicó “Diario de la argentina”. Allí, el escritor de las flores robadas no tuvo mejor idea que contar con pelos y señales todo lo que sucedía en la impoluta redacción del principal diario argentino, Clarín. Consiguiendo así el exilio dentro del mundillo, años de lona y una furia hacia el mundo que también dejó plasmada dentro de su libro “Cuaderno del acostado”, donde los radicales del período “patota cultural”, asimismo, merecieron su retrato despiadado. Es que Asís no aprendía.
Capote que imaginó ese libro como el pasaporte definitivo a la cima terminó comprendiendo al tiempo que tal imprudencia fue su tumba. Pues, además, no pertenecía. El peor de los pecados.
El presidente Javier Milei, que por momentos parece desvivirse en mostrarse parte de las castas empresarias de este país, tal vez se olvida que si en algún momento hace algo que no le conviene a ese selecto grupo será un fusible a la hora del descarte. El poder, ese que se mantiene intacto a través de los tiempos y uno reconoce en los suplementos económicos o en las revistas de socialité, al igual que los cisnes de Capote, son letales. Javier, el hijo del colectivero, además, no es Mauricio, el cisne que pertenece.
Dos
Amateurismo, peleas infantiles entre integrantes de la comunicación, renuncias, un vocero que le contesta en serio en X (twitter) a un político casi olvidado sobre un chiste basado en un personaje de una serie, aumentos desmedidos en la nafta, las prepagas y los alimentos aceleran el fin de la mágica luna de miel que suelen tener los presidentes recién asumidos con sus votantes.
Las medidas, que están alejándose del mantra que lo llevó al triunfo “el ajuste lo paga la casta”, hace pensar que este será el verano del todo o nada. Si bien sus electores están debidamente informados de la dureza de los primeros tiempos, son quizás hacia dónde apuntan las medidas del ajuste lo que termine de romper el hechizo que lo llevó a ese lugar.
Quienes depositaron su confianza en el panelista devenido en político pedían derramar sangre planera, política y estatal y ningún hueso de ese calibre ha sido hasta ahora roído, motivo por el cual quizás esa promesa de espera de meses por parte de sus votantes, sin un guiño simbólico- el cierre de secretarías, despidos masivos o corte de cientos de planes- adelante el fin del romance.
Es que en la pandemia la relación entre buena parte de la sociedad con todo aquello que huela a estatal se rompió de tal manera que pareciera que si algo de eso no es destrozado nada de esto -ajuste, sacrificio, tiempos de zozobra- valga la pena. Lo votaron para que estallara todo lo que cobre del Estado el día primero del mes. No para que estalle uno. (La verdadera grieta que hay que cerrar).
Tres
La oposición, al igual que en 1983, cuando el invencible peronismo caía bajo el poder magnético de la palabra de Raúl Alfonsín, se encuentra tan perdida y huérfana que a pesar de todos los flancos que está dejando el oficialismo, en menos de un mes, no encuentra cómo reinventarse para contener en breve a todos aquellos que comiencen el viaje de la desilusión.
Si bien la nueva pasión de las redes y de la tele es ahora Guillermo Moreno, casi un émulo de aquel Javier Milei panelista, con su juego de gritos, peronómetro y un par de advertencias precisas, es casi imposible de imaginar como la cabeza de este nuevo tiempo histórico. Fascinando jóvenes también hartos de los últimos años, pero con un perfil distinto a los jóvenes libertarios, el ex secretario de comercio ya es parte de las ondas de este verano hablando del Papa Francisco, la ferretería y los encantos de la familia. Y Perón.
Pero en un período de tantos enojos aún irresueltos se hace complicado imaginar adónde irá a parar tanto hartazgo post marzo escolar. Los aumentos de las cartucheras y las hojas canson es el riesgo más peligroso que corre en breve LLA. Contra los mapapis no hay quién se arriesgue.
Lo probable es que, si no se baraja y da de nuevo, conquistar con el mero recuerdo de Cristina haga difícil la tarea. Como dato de color: la nueva armada Brancaleone mediática que ataca las políticas de Milei, va desde Cesar Biondini (Jr.) hasta Santiago Cuneo. Porque en este país nada se pierde, todo se transforma.
Cuatro
En menos de un mes, un DNU de dudosa calidad, una ley ómnibus con reformas estructurales que podrían modificar para siempre el país, la foto del presidente sobre un escenario besando apasionadamente a su novia artista enfundada en un cola less, la escena sobre el balcón de la Casa Rosada cual comercial ochentoso de cigarrillos entre la ministra de Capital humano, Sandra Petovello, y el cerebro en las sombras de la comunicación, Santiago Caputo, sumado a la historia del tío pobre presidencial que pedalea para sobrevivir, que relata magníficamente Victoria De Masi, nos demuestra que el menemismo mediático, esta vez devaluado, será otro hit del verano mientras se carcome los bolsillos.
El tema es si toda esa magnífica galería de personajes literarios, el vocero con peluca, la hermana tarotista, una canciller opinóloga, que solo falta que hablé sobre la nueva edición de Gran Hermano, la guerra de communities mánagers fumadores bautizados “Marlboro versus Counter”, alcanzará. O será la gota que rebalse el vaso de una esperanza que no llega, que no alcanza.
Sus creyentes votaron por un país mágico de oportunidades para todos, dólares a granel, sillas gamers, Nike Jordan, ácido hialurónico a precios módicos y castigo para lo que en pandemia disfrutaban de la masamadre, Netflix y la copita de vino sin la incertidumbre por el depósito de sus sueldos. No para que “los argentinos de bien” estén recibiendo aumentos siderales en las facturas de cable.
Truman Capote en el inicio de su libro maldito cita a Santa Teresa con una frase que quizás resuma mejor que nada este tiempo donde mayoritariamente han suplicado para que todo explote: “Se derraman más lágrimas por plegarias atendidas que por las que no”.
Es que quizás Dios entendió el ruego y nos hace estallar a todos. Otra vez. (09-01-24).