Megacausa Zona 5: la fiscalía pide que se perite el descampado detrás del Batallón
El fiscal auxiliar Pablo Fermento describió como una medida muy útil la inspección ocular que se concretó la semana pasada en el Batallón de Comunicaciones 101 y en el centro clandestino de detención La Escuelita de Bahía Blanca en el marco del juicio de la denominada Megacausa Zona 5.
“Estamos muy conformes con los resultados obtenidos, fuimos con una finalidad clara que se logró plasmar: mostrarle al tribunal la concordancia y el correlato de los relatos de las víctimas y de los conscriptos con los espacios físicos”, remarcó en diálogo con Radio Altos.
En el caso de los conscriptos que participaron de la recorrida, dijo que indicaron dónde estaban durante la última dictadura los espacios de las autoridades del Ejército y las funciones que se cumplían allí.
“Se pudo mostrar cómo los lugares de cautiverio estaban a la vista y al acceso de todos. Pudimos ingresar al gimnasio que nunca se había inspeccionado donde hay una galería que daba a la Plaza de Armas donde transcurría toda la vida del lugar”, enfatizó.
Y, en ese sentido, afirmó que se logró despejar 100% las dudas respecto a que todos los oficiales sabían que en el edificio del ex Quinto Cuerpo había detenidos.
Fermento insistió en que este tipo de medidas como las inspecciones oculares son esenciales para poder observar los espacios que fueron relatados por las víctimas; algunos de ellos, señaló, se encuentran en idénticas condiciones que durante la dictadura.
Particular mención hizo al descampado que está ubicado detrás del edificio del Batallón y dijo que los conscriptos y las víctimas que participaron de la inspección pudieron dar referencia de lugares que desde la fiscalía se quiere avanzar en demostrar que existieron y que funcionaron como centros también clandestinos de detención.
“Hablan de un horno de ladrillos, que no lo pudimos localizar, donde pudo haber posibles incineraciones de cuerpos. Otros hablaron de espacios subterráneos abovedados”, mencionó.
Sobre ese espacio subterráneo, informó que un conscripto del año 77 relató que se había perdido un fusil y que el jefe de la unidad les había ordenado realizar un rastrillaje. “Contó que en un momento llegaron a un espacio donde había una escalera para descender a la zona subterránea y que allí había un espacio cerrado, una especie de pozo, con paredes de material. En esas paredes había inscripciones, una de ellas decía detenido político”, precisó.
La primera referencia de ese espacio subterráneo se tuvo hace pocos meses en el marco de declaraciones en el juicio. El conscripto, aclaró Fermento, no pudo señalar con precisión dónde estaba ubicado ese pozo.
“Todo este terreno tiene que ser explorado para terminar de agotar todas estas cuestiones; son espacios que pueden ser analizados, explorados y peritados”, recalcó.
Por último, sobre el juicio explicó que con las inspecciones oculares que se realizaron esta semana concluyó la etapa del debate de producción probatoria y que en las próximas audiencias declararán algunos acusados. “Estimamos que a mediados de diciembre empezará el alegato de la fiscalía”, expresó. (Frente a Cano). (13-11-23).