LA DORREGO

La inflación no es Anónima

NOTA ESCRITA POR SEBASTIÁN PREMICI EN EL COHETE A LA LUNA

La Anónima es una marca registrada de la región patagónica. También lo es “Ladrónima” un acrónimo que no solo se refiere a la vocación de la familia Braun por remarcar precios sino que nos remonta al tiempo histórico en que la apropiación originaria del capital se hacía a pura masacre. La expansión de los Braun Menéndez desde Tierra del Fuego hacia Santa Cruz se concretó a pura matanza de los Selknam hacia fines del Siglo XIX. Y luego a puro asesinato de los obreros patagónicos que vivían en la Estancia La Anita, en Santa Cruz, y resistían las condiciones de precariedad a las que eran sometidos en plena estepa patagónica.

El actual mandamás de este conglomerado, Federico Braun, nada tuvo que ver con tamaña historia de masacres. Sin embargo, su respuesta al periodista e historiador Osvaldo Bayer, quien le preguntó por esas matanzas, para un documental de 2007 lo pinta de cuerpo entero. “Habrán tenido responsables de ambos lados, falta de comunicación, falta de entendimiento. Por lo que he leído, no estaba mal el peón rural en aquel momento.”

Durante la última Dictadura Cívico Militar, los Braun negociaron la venta al Estado de la empresa Austral Líneas Aéreas, sociedad fundada durante la Revolución Fusiladora entre los grupos La Anónima y De Ridder.

Los titulares de las acciones de Austral eran por entonces William Juan Reynal, primo de Alejandro Reynal, vicepresidente del Banco Central durante la Dictadura; Makin SA, Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de La Patagonia, Eduardo Braun Cantilo y Roberto Servente.

Para el ’79, el Estado era el principal acreedor de la línea aérea, mientras que el mayor acreedor privado era el arquitecto y empresario Eduardo Saiegh, dueño del Banco Latinoamericano. Según la investigación que realizó un equipo interdisciplinario de la Comisión Nacional de Valores (CNV) sobre las actas de la última Dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz había intercedido para que Austral pasase a otras manos privadas, sentándose a negociar con Franco Macri primero y luego con Carlos Pedro Blaquier, un pariente de los Braun.

Los dueños de La Anónima junto a Reynal le vendieron la empresa al Estado. Pero antes, la dictadura tuvo que recuperar las acciones que estaban en caución en el Banco Latinoamericano. Para ello secuestraron y torturaron durante una semana a Saiegh con la intención de que liquidase su banco – con la venia del Reynal que ocupaba la vicepresidencia del BCRA según la denuncia original del arquitecto- y el Estado pudiera apropiarse de las acciones remanentes de Austral. Y así ocurrió. Una maniobra delictiva similar a la de Papel Prensa.

“¿Sentirme responsable de qué? Es un tema que me es absolutamente ajeno. En vez de mirar tanto cuáles fueron las desinteligencias, hay que generar los consensos futuros”, le respondió Federico Braun a Bayer sobre las matanzas en la Patagonia.

¿Será que la Argentina es un fracaso, tal como pregonó esta semana el dueño de La Anónima, debido a la estirpe empresarial que este mismo país supo sembrar?

Línea de conducta

Federico Braun fue (casi) sincero. No es que remarcan precios como mecanismo de defensa ante la inflación. Remarcan precios porque tienen un comportamiento inflacionario. Lo hicieron durante el macrismo, cuyo gabinete integraron dos miembros de la familia. Cuando se liberaron las exportaciones de carne, la empresa incrementó su participación en el comercio exterior. ¿Y qué pasó en La Patagonia? Se dispararon los precios de todos los cortes, no solo el lomo de exportación. “La gente humilde o de pocos recursos, no come lomo, prefiere comer asado de tira”, decía Braun en un reportaje de 2008 para la Escuela de Negocios de Harvard. “Los pobres no comen lomo”, repetía también Luis Miguel Etchevehere, ex ministro de Agroindustria.

“La Anónima fue uno de los supermercados preferentemente tratados por este Gobierno. Se le aumentó la Cuota Hilton, se desregularon precios al consumidor, se tomaron medidas como abrir las barreras sanitarias en el norte de la Patagonia para beneficiarlo. Traigo a colación esto porque se trata de uno de los supermercados que más creció y se expandió en el país y en la Patagonia durante los años de la pesada herencia del kirchnerismo”, expresaba el diputado rionegrino Martín Doñate durante la exposición del jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun, en el Congreso en mayo de 2018.

Para los Braun, la remarcación de precios no es algo anecdótico. Su respuesta ante Ricardo Kirschbaum en el cumpleaños de AEA, “remarcamos todo lo que podemos”, entre risas propias y del auditorio no fue una humorada. Más bien una línea de conducta que da cuenta cómo este tipo de organizaciones ganan mucho dinero con la inflación que ellas mismas contribuyen a generar.

“En la década del 80, al haber invertido en tecnología era muy eficiente el manejo de la inflación, hacíamos todos los cambios de precios por teléfono de noche, en la computadora. Y gracias al código de barras no hacía falta cambiar los precios en cada unidad, lo cual, implementado todo el sistema, nos dio una ventaja competitiva muy importante. Fuimos muy ágiles en el manejo de la inflación”, respondía Federico Braun ante las consultas de la investigadora Andrea Lluch.

Este reportaje de la Universidad de Harvard contiene otra revelación. La Historia es un movimiento pendular de rupturas y continuidades. Cuando le preguntaron a Braun cuáles eran los principales factores de riesgo que observaba en 2008, a un mes de iniciarse el conflicto por las retenciones móviles, respondía: “Hoy nuestra máxima preocupación es la constante convulsión provocada por reclamos gremiales. Se ha complicado mucho en los dos últimos años. Se está llegando a niveles muy anárquicos. Donde el resto del piqueterismo, que no tiene costo para ellos, vengo y te rompo todo y no pasa nada. Ni la policía actúa, ni nada.”

¿Y los consensos futuros, Braun? ¿Cuánto tiempo faltará para que esta estirpe empresarial desee, nuevamente, apretar el gatillo como lo hicieron durante los hechos de la Patagonia Trágica o durante la última Dictadura Cívico Militar?

Ganancias

La estructura empresarial de los Braun presenta 22 sociedades identificadas, organizadas en dos grandes ramas. Una es la financiera, a través de la participación en el Grupo Galicia junto a las familias Escasany y Ayerza. Y la otra a través de Importadores y Exportadores de la Patagonia SA (La Anónima), grupo que cuenta con la comercialización y logística en alimentos, campos, frigoríficos y vacas propias.

Según la investigación realizada por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) junto a la Fundación Friedrich Ebert titulada “Estructura corporativa y riqueza en la Argentina”, el patrimonio comercial de toda la familia Braun ascendía en febrero de 2022 a 430 millones de dólares.

De acuerdo a los balances societarios de La Anónima, presentados ante la Comisión Nacional de Valores (CNV), Braun no es un mentiroso: incrementa sus márgenes de ganancias a pura suba de precios.

En el período que va de julio 2021 a marzo de 2022, La Anónima registró 45 millones de operaciones en los supermercados de la cadena, frente a 37 millones (tickets vendidos) registradas entre julio 2020 y marzo 2021. Es decir, un incremento del 22%. Sin embargo, durante el mismo período analizado, la ganancia neta se disparó un 142% al pasar de los 1.296 millones de pesos a los 3.131 millones. No fue magia.

Para los balances de los Braun, la Argentina nunca fue tan fallida del todo.

Dueños de un país que detestan

Después de 50 días de anunciado, el Gobierno presentó en sociedad el proyecto de la renta inesperada, que en realidad será una sobrealícuota del Impuesto a las Ganancias para empresas que superen los 1.000 millones de pesos de rentabilidad neta y, además, amplíen sus márgenes de ganancia en relación a sus costos entre un 10 y un 20%.

El año pasado hubo 600 sociedades que superaron la ganancia neta fijada por el Gobierno. De ese universo, aproximadamente 360 podrían quedar incluidas en la nueva alícuota. El objetivo del Poder Ejecutivo será recaudar, recién en mayo de 2023 que es cuando vence Ganancias, aproximadamente mil millones de dólares.

¿Cuáles son esas empresas? En principio, el Poder Ejecutivo definió que ingresarán todas las organizaciones, independientemente de su actividad comercial, que superen el umbral de los 1.000 millones de ganancia. Cuando Guzmán adelantó que se pensaba en una medida de estas características, en línea con otros proyectos en diferentes países, el CEPA cruzó datos de los balances de las grandes empresas que operan en el país con lo que ellas mismas difunden a través de la revista Forbes.

Dentro del potencial universo de sociedades que podrían pagar la llamada renta inesperada se encontrarían Aceitera General Deheza, Dreyfus, Cargill, ADM, Bunge, Viterra (ex Glencore), es decir la crema híper concentrada de las exportaciones de granos. Pero también ingresarían Mercado Libre, Arcor, Molinos Río de la Plata, Newsan, Acindar, el Grupo Clarín, o el HSBC.

Desde las catacumbas del off the record, en el Ministerio de Economía explicaron esta semana que las empresas que aumentan sus márgenes de ganancias en relación a sus costos es porque “tienen comportamientos inflacionarios”. Es decir, una vez definido el universo alcanzado, podría tenerse información muy precisa sobre un conjunto de sociedades que inciden, potencialmente, sobre los niveles de inflación. Todo un cambio de percepción dentro de un Gobierno nacional que rechazaba el rol del sector privado concentrado en la generación de la inflación o en su aceleración. La principal espada teórica en contra del concepto “inflación oligopólica” provenía de Matías Kulfas, el renunciado funcionario tras quedar involucrado en el gasoducto “off” gate.

Más allá del potencial resultado legislativo de este proyecto, su debate puede ser una buena oportunidad para dejar expuesta a la Ceocracia que suele despotricar pestes contra un país del que absorben constantemente sus riquezas con el sudor (y sufrimiento) del conjunto de los trabajadores y trabajadoras. O como expresó Diego Capusotto, “se creen dueños de un país que detestan”. (El Cohete a la Luna). (14-06-22).

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