24 de marzo: son 217 los conscriptos desaparecidos o asesinados por la dictadura

En 2015, tras una investigación de varios años, la agrupación La Voz de los Colimbas entregó al Ministerio de Defensa un listado con 217 conscriptos de todo el país que fueron asesinados o desaparecidos durante la última dictadura.

«Con el presente trabajo buscamos contribuir a la Memoria, por esos chicos que fueron arrancados de sus familias y merecen nuestro homenaje, como también merecen nuestro respeto y homenaje las familias de los colimbas porque unos y otros fueron víctimas. Nosotros hicimos el Servicio Militar Obligatorio y no escapa a nuestro pensamiento que cualquiera de nosotros podría haber sido desaparecido y que nuestras familias padeciesen la pérdida», explicó el documento, entregado por Ricardo Righi, conductor del programa radial La Voz de los Colimbas, a la directora del Área de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, Stella Segado.

Hasta ese momento, el Estado reconocía 117 casos y la nueva investigación sube el piso para continuar el registro, que comenzó en el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en la vuelta de la democracia, que dio cuenta de 70 casos, y el posterior libro El escuadrón perdido, de José Luis D’Andrea Mohr, que llevó el número a 129, consignó Tiempo Argentino.

«Contra lo que es creencia popular, no todos los colimbas secuestrados eran militantes, tampoco fueron desaparecidos por negarse a torturar o asesinar, fueron muchos los casos en el que el secuestro y desaparición fue resultado de tener un apellido judío, de cumplir un trabajo social, de recriminar un abuso, de ver algo que estaba vedado a la tropa o hasta ninguna de estas cosas, simplemente no caerle en gracia a algún suboficial u oficial», señala el documento.

Los crímenes contra los colimbas tuvieron algunas particularidades, en muchos casos eran engañados para que salieran del cuartel y apenas estaban en la calle eran secuestrados. Muchos otros fueron secuestrados en sus casas o en los mismos cuarteles. Los mismos encargados de su secuestro, luego denunciaban como «desertores» a los soldados conscriptos, como forma de encubrir del delito y de desinformar a las familias de las víctimas.

Recién en 2010, durante la gestión en Defensa de Nilda Garré, se modificó en los legajos la palabra «desertor» por «detenido-desaparecido». La organización destaca también el rol como testigos de los ex colimbas, quienes fueron forzados a presenciar los crímenes del terrorismo de Estado. «Han pasado a testificar más de 1500 ex conscriptos. Creemos firmemente que hay miles de ex colimbas que han visto muchas situaciones y que por diferentes motivos no se animan a hablar. Bregamos para que esto así suceda, pero necesitamos políticas de Estado para que tomen conciencia de lo sanador que es ir a testimoniar en los juicios», aseguró el texto.

La investigación forma parte de las actividades de la agrupación para visibilizar a los colimbas. Seis fotografías gigantes de colimbas desaparecidos fueron colocadas en el predio de la Ex Esma junto a familiares para homenajear a Darío Oscar Bedne, Rodolfo Mario Eder, Carlos Rolando Genes, Ricardo Héctor Zatylny, Reinaldo José «Chango» Monzón y Miguel Fiorito. (24-03-21).

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