24 de marzo: ni olvido ni perdón, en primera persona

Por Carlos Madera Murgui

Cuando esta ocupación de comunicador te lleva inexorablemente a opinar sobre los temas, que también se abordan no solo por actuales, sino por necesidades o intereses personales, además por sentires que no necesariamente le llegan a todos, ( ni siquiera a la mayoría ) es un tanto solitaria, pero definitivamente de eso se trata, por ser una visión personal de lo comentado.
En un nuevo aniversario del hecho más sangriento, atroz, de violencia institucional que haya sufrido el país en su historia, ocurrido durante la dictadura cívico, militar, eclesiástica en el año 1976, y sus 30000 asesinatos por parte del Estado Nacional y sus cómplices. Abundar en los sucesos archi mencionados cada año para esta época, , aunque algunos distraídos (?) no sepan ni que se conmemora todos los 24 de marzo , sería igualmente redundante. La referencia en mi pueblo, sigue pendiente, aunque algunos no nos olvidemos de quien fueron y serán los hermanos, amigos, coterráneos, nacidos , criados, educados en este pueblo y que no han merecido
la acción que genere una perpetuidad en el recuerdo, y sinceramente se esté de acuerdo.
Es cierto, y es algo es algo, existe en el vivero Hicken una pequeño monolito con una
placa y los nombres de quienes hablamos. Distante, lejito, en un ámbito de naturaleza
puro, donde la tranquilidad de ese intento, haya sido lo único que exista, sigue siendo muy poco, vano, a mi entender.
La referencia histórica de calle Antonio Costa, donde vivieron los Aiub, recuerda donde vivieron, no las muertes de esos jóvenes dorregueros en una lucha interminable por la gente de un país mejor, más justo, equitativo y para todos, hoy y siempre vigente. Existe una ordenanza , con diseño incluido, que seguimos
esperando su concreción , para el monumento de los asesinados por el terrorismo de Estado.
En varios programas producidos al aire por este medio, LA DORREGO, mi
casa, abogué diariamente por esa concreción en la plaza principal, en el inicio de cada
día de programación.
Futuras generaciones, porque a gran parte de la población, no es necesario contarle esto, se tropezarían en el principal céntrico paseo, orgullo pueblerino, con un mojón en la zona de parroquia, escuela, plaza donde se forjó el perfil ideológico de juventudes comprometidas, que sabiendo que arriesgando su propia
vida, ofrecieron ese compromiso, totalmente conscientes que se vive de la forma que se piensa y no a la inversa.
No ha existido decisión política en la concreción de lo que hablamos, sí está escrita. Nos criamos escuchando un mito(?), que relata la historia del emplazamiento del monumento al Coronel Manuel Dorrego y hacia donde mira el prócer que felizmente nos dio su nombre en la plaza principal. Se dice que era a la inversa como quedó definitivamente. Progresismo de la época y por perfiles “ sociales” hicieron que aún se le achaque enojosamente a esos dirigentes la “ responsabilidad” de que Dorrego mirara hacia otro lado.
Con una historia al hombro, no es esperable alguna sorpresa en decisiones políticas, que algo de esto se concrete, si nos remitimos con lo que nos ha ido regalando el derrotero oficial reciente, no obstante la esperanza camina a la par de la herida.
La esponja del tiempo se chupa todo, todo lo dicho , todo lo escuchado, todo lo sucedido, pero jamás podrán con las ideas.
Personalmente no me colma una conmemoración a lo Billiken, necesito que recuerden a coterráneos asesinados por el Estado, que hoy y siempre alguien representa. Sigo pensando , que se adhiera o no , a hechos o personas, no debería significar ocultamiento histórico. En mi pueblo siguen habiendo silencios que aturden. (24-03-21).

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