Registran 32 femicidios de adultas mayores en 2018
En la mayoría de los casos el principal sospechoso es la pareja, ex pareja, un hijo, un nieto. "No son números, cada caso es una historia de vida que arrebataron", señala la titular de La Casa del Encuentro, Ada Rico
El Observatorio de Femicidios «Adriana Marisel Zambrano», coordinado por la asociación civil «La Casa del Encuentro» reveló que en 2018, en el país, se registraron 32 femicidios y femicidios vinculados de mujeres mayores de 60 años.
En el informe se detalla que en nueve casos el sindicado femicida es el esposo o pareja; en seis casos, un hijo; en cuatro casos, ex esposo o ex pareja; cuatro casos, nieto; tres, vecino-conocido; un caso, hermano; y en cinco casos, sin vínculo aparente.
Respecto a la modalidad del crimen se indica que nueve mujeres mayores fueron apuñaladas, ocho golpeadas, ocho baleadas, una estrangulada, una ahorcada, una degollada, una con un machete, y en tres casos las causas son desconocidas en los medios.
Acerca de la edad de las mujeres: en diecisiete casos tenían entre 60 y 69 años; nueve, entre 70 y 79 años; cinco, entre 80 y 89 años; y en un caso, más de 90 años.
En tanto, se destaca que en dos casos había restricción de acercamiento; en uno de los casos, denuncia; y en cinco casos los presuntos femicidas se suicidaron.
Los datos del informe fueron recopilados de agencias informativas y 120 diarios de distribución nacional y/o provincial, así como el seguimiento de cada caso en los medios de comunicación.
El informe fue realizado con el apoyo del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano de la Ciudad de Buenos Aires, la Defensoría del Pueblo porteña y la Fundación Avon.
Asimismo La Casa del Encuentro desarrolló el término femicidio vinculado «partiendo del análisis de las acciones del femicida, para consumar su fin: matar, castigar o destruir psíquicamente a la mujer sobre quien ejerce la dominación». Se registran dos categorías: personas que fueron asesinadas por el femicida «al intentar impedir el femicidio o que quedaron atrapadas en la línea de fuego»; y personas con «vínculo familiar o afectivo con la mujer que fueron asesinadas por el femicida con el objeto de castigar y destruir psíquicamente a la mujer».
Visibilizar
En declaraciones a este diario, la presidenta de la asociación civil, Ada Rico, destaca la importancia de visibilizar los casos de violencia de género en las adultas mayores y remarca que «no son números, son familias, cada caso es una historia de vida que arrebataron».
Los femicidios de adultas mayores «son casos de los que no se habla y hay que visibilizar», subraya.
Asimismo indica que a la asociación se acercan mujeres mayores que sufren violencia de género, la «tienen totalmente naturalizada y se trabaja y logran avances, cada pasito es importante» para salir de esa situación.
También remarca que luego de que la actriz Thelma Fardin hiciera pública la denuncia contra el actor Juan Darthés hubo consultas de adultas mayores «porque habían sido abusadas en su niñez y adolescencia por personas que ya no viven, y cuando se indaga un poco más en la historia de esas mujeres muchas tenían parejas violentas y se encontraba un foco para trabajar con ellas».
Talleres
La Casa del Encuentro está ubicada en Yatay 125, Ciudad de Buenos Aires; tel. 4982-2550. Los miércoles de 17.30 a 19 se lleva adelante el taller «Compromiso» para familiares de mujeres en situación de violencia, el que está coordinado por una psicóloga y una abogada. Y los viernes de 17.30 a 19 se realiza el taller «Si yo puedo, vos también» para mujeres que sufren situaciones de violencia, el que está coordinado por dos psicólogas.
Respecto al grupo «Compromiso», Rico destaca que van «abuelas, madres, también varones, quienes acuden para ver de qué manera pueden acompañar (a la hija, nieta, sobrina), se les da herramientas y se trata de ver de qué manera se puede ayudar».
Asimismo indica que «muchas veces la abuela o la madre no quieren que les pase a su hija o nieta lo que les pasó o les pasa a ellas y tenemos que desandar» estas situaciones de violencia porque tampoco las tienen que vivir ellas, por lo que las invitamos a participar del otro grupo: «Si yo puedo, vos también».
Acerca del taller para mujeres en situación de violencia indica que es intergeneracional y destaca «las relaciones» y los lazos que se construyen.
«Las adultas mayores les dicen a las jóvenes no hagan lo mismo que yo, que me quedé. Y la coordinadora les aclara no se quedaron, están acá, estamos trabajando» para que tampoco sigan sufriendo violencia.
Las mujeres mayores «tiene la autoestima disminuida, pasaron años de maltrato, humillaciones, descalificaciones. También inciden cuestiones como qué va a pensar la familia, las amistades, sienten vergüenza y lo esconden pero no lo tienen que esconder. Antes no se hablaba nada de violencia, era como algo oculto, pero ahora sí se habla y hay que desnaturalizar».