«La gente se va (de Dorrego) porque no tiene cómo progresar»
«El éxodo rural implícito deriva en desertificación social que, de hecho, acelera la desertificación ecológica».
«La contracara se manifiesta en una alta distancia producción-consumo y el colapso de grandes ciudades y megalópolis no planificadas».
«Una política de descentralización y desconcentración nacional, a partir de la reconversión del complejo agroalimentario, sería el corolario natural de esta síntesis».
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Las tres definiciones corresponden a Tomás Loewy, bonaerense de Colonia Lapin, distrito de Adolfo Alsina, ingeniero agrónomo del INTA Bordenave (1973-2011) e investigador en desarrollo rural y en sociología.
La presentación le da contexto a la siguiente pregunta: ¿Por qué se continúan despoblando las localidades del interior de la Argentina? Naturalmente, no existe una única razón que defina la problemática y de allí que no sean sean pocas las interpretaciones, así como las eventuales formas de mitigarla.
Por su parte, para Fabián Brussa, jefe del área ganadera de la Escuela Agraria de Coronel Dorrego, lo que se necesita en los pueblos pequeños son fuentes de trabajo genuinos.
«No se trata de responsabilizar al gobierno actual, al que estuvo o al que vendrá, pero acá está claro que la gente se va porque no tiene cómo progresar y no aparecen fuentes de trabajo alternativas», explicó.
«En Coronel Dorrego existe espacio para hacer un invernáculo y producir tomates, u otras verduras, y nadie lo hizo. Esa es una posibilidad», citó.
Brussa insistió en que hay que apostar por la producción. «Si no se puede con un parque industrial grande, podría ser un Sector Industrial Planificado (SIP), como el que hay en Dorrego que, de a poco, está creciendo», indicó.
«Dicen que acá tenemos los mejores olivos de la Argentina. Además hay trigo, soja, maíz y girasol; en ganadería contamos con las mejores cabañas de genética bovina o ovina, aunque el frigorífico está cerrado y se podría transformar en un matarife que sea manejado con productores de acá y cumpliendo con todos los protocolos. Opciones existen», aseguró.
Asimismo, el profesor de la Agraria dijo que los jóvenes dorreguenses que se van a estudiar a las grandes ciudades ya no regresan porque la oferta que tienen en esos sitios, u otros también importantes, siempre es mejor.
Brussa es escéptico respecto del futuro. «Creo que este proceso de despoblación continuará. Si no se generan fuentes de trabajo genuinas, y no las que siempre subsidia el Estado, no vamos a poder crecer», sostuvo.
FUENTE: LA NUEVA.