POR PABLO JAVIER MARCÓ
Javier González Fraga, Raúl Reyes y Juan Carlos Chalde tienen varias cosas en común. Son políticos, por las profesiones que desarrollan conocen de números, y –como integrantes de Cambiemos y por formación política e ideológica- también defienden con tenacidad las políticas económicas y sociales aplicadas por los gobiernos de Vidal y Macri.
En ese marco, han cuestionado severamente a los 3 gobiernos kirchneristas. Como muchos de sus correligionarios y socios Pro de Cambiemos, razonan más o menos así: las “populistas y demagógicas medidas aplicadas por los K hicieron creer a muchos compatriotas que podían acceder a determinados bienes y servicios cuando en realidad vivieron durante 12 años una ilusión consumista que iba a explotar en cualquier momento como una bomba porque Argentina iba camino a ser Venezuela”. Casi siempre con generalizaciones y pocos datos duros, responsabilizan de todos los problemas que aquejan al país a la «pesada herencia» y nunca a las decisiones tomadas por el heredero en sus casi 3 años de gestión.
Seré más literal y apelo para ello a comentarios que estos mismos dirigentes hicieron no hace mucho tiempo. Declaraciones que quien esto escribe -un honesto laburante- no comparte en absoluto. Y no me atribuyo la facultad de hablar en nombre de nadie y sólo lo hago por mí. Aclaro también que más allá de las diferencias que pueda tener en éste y otros temas políticos con ambos, respeto a los 2 dorreguenses: tengo aprecio personal por Raúl y un trato cordial con Juan Carlos.
A mediados de mayo de 2016, González Fraga, actual titular del Banco Nación, dijo: «Venimos de 12 años en donde las cosas se hicieron mal. Se alentó el sobreconsumo, se atrasaron las tarifas y el tipo de cambio… Donde le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos…”.
A fines de ese 2016, al argumentar su proyecto de aumento de un 45% en las tasas urbanas y de un 65% en la rural, el intendente Raúl Reyes dijo a LA DORREGO: “Si un vecino paga actualmente 200 pesos pasará a pagar 280 pesos (de tasas municipales). No va a ser una cifra que le genere un problema. (Además), está pagando servicios esenciales que hacen al buen vivir, como el agua, las cloacas y la conservación de la vía pública… Hay que tener en cuenta que hoy un kilo de helado vale 300 pesos o que el (abono del) cable vale 500 o 600…”.
Por su parte, la semana pasada, de acuerdo al resumen escrito por el periodista de nuestra radio César Mc Coubrey de la entrevista que le hizo a Juan Carlos Chalde, el director provincial de Zonas Francas dijo que durante muchísimo tiempo los valores de las tarifas no se ajustaron a la realidad y mucha gente vivió sin trabajar, con un estado extremadamente sobredimensionado.
Otro hecho emparenta a los 3 funcionarios: ninguno sufre sobresaltos económicos para llegar a fines de mes. Ni para pagar los servicios, el cable o un kilo de helado. También pueden disfrutar de merecidas vacaciones en el rincón del planeta que deseen. Seguramente se ganaron la buena posición en buena ley, con sacrificio y trabajo. Pero hay otros argentinos que también se esfuerzan, laburan de sol a sol y merecen una vida mejor. Y también deberían gozar de vacaciones en el lugar que quieran. Sin embargo, en el mejor de los casos, tienen que conformarse con acceder a la tevé paga o a comer helado los fines de semana. Están aquellos (no son pocos) que apenas pueden hacer frente a las constantes subas de luz y gas. Y también hay usuarios que ya no pueden pagar los servicios básicos por sus constantes y desproporcionadas subas.
Para el final, comparto el comienzo de la novela El Gran Gatsby, de Fitzgerald:
«En mi primera infancia mi padre me dio un consejo que, desde entonces, no ha cesado de darme vueltas por la cabeza.
‘Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien –me dijo– ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas…’
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