Cuando Gustavo Madariaga se recibió de veterinario, la situación ganadera del país no era la mejor. Por esta razón, aceptó la sugerencia de su colega Jorge Cornfoot (con quien comenzó a desarrollarse en la profesión), comenzó a dar clases en la Escuela Agraria.
El pasado 28 de febrero, junto con otros docentes locales, Gustavo se jubiló.
«Fui feliz dando clases», aseguró, en los estudios de LA DORREGO, casi sobre el final de una distendida entrevista en la que admitió que si bien siempre mantuvo la distancia con sus alumnos para respetar los roles de cada cual, tuvo una relación cordial con los estudiantes, a los cuales siempre trató de darles buenos ejemplos, dentro y fuera del aula.
Autor del proyecto de tambo ovino de la Escuela Agraria, no dudó en señalar que este emprendimiento le dio grandes satisfacciones, como cuando un animal producido en el establecimiento llegó a la Exposición de Palermo por primera vez.
También recordó que ideó una interesante propuesta de integración educativa que se realizó con el Taller Protegido Vida Nueva.
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