La comunidad parroquial de Coronel Pringles se reunió días pasados para acompañar al padre dorreguense Pedro Fournau en la oportunidad de asumir su condición como nuevo párroco de la Parroquia Santa Rosa de Lima, cuyas naves se mostraron colmadas de feligreses.
En los primeros asientos, se hallaban presentes los padres, familiares y amistades del Padre Pedro, quien se hallaba emocionado por el singular momento que estaba viviendo.
La Misa fue presidida por, el Arzobispo Fray Carlos Aspiroz Costa y concelebrada por sacerdotes de la zona, y el Padre Ernesto Mendiondo, recientemente puesto en funciones como Párroco en la Iglesia San Francisco de Asís, de Bahía Blanca.
Fue una celebración especial con una liturgia llena de simbolismo para el sacerdote que tomó posesión y para la Asamblea que lo recibió.
Se le dio la bienvenida, a cargo de una integrante del Campo Scout, de una familia y de un joven, que le manifestaron cálidas palabras.
En la primera parte de la celebración, se hizo lectura del nombramiento, la profesión de fe y juramento de fidelidad.
Se leyó el decreto por el cual se nombró al Padre Pedro Fournou, Párroco de la Parroquia Santa Rosa de Lima de Coronel Pringles, «quien reúne las condiciones requeridas por el término de seis años, al término de los cuales conservará el cargo, si no media otro nombramiento, con todos los derechos, facultades y obligaciones de las normas canónicas y las disposiciones diocesanas vigentes.
«Al mismo tiempo le encomiendo como misión fundamental el cuidado del Pueblo de Dios reunido en dicha parroquia, para que en nombre del Arzobispo distribuya la Palabra de Dios, por la catequesis y la Predicación, los reúna en los Sacramentos y lo organice para vivir en testimonio de unidad, brindándose en la caridad pastoral como servidor, y procurando la colaboración de todos en la misión de la Iglesia…».
Monseñor Aspiroz le ofreció al nuevo párroco el agua bendita, quien impregnó con ella a todos los allí presentes, como signo del bautismo. Seguidamente le hizo entrega del Evangelio,
En la Homilía, el Arzobispo, dejó un claro mensaje: «La Providencia ha querido que el día de la fiesta de San Alberto Magno, la parroquia reciba un nuevo párroco».
Destacó entre otros conceptos que la misión que se les ha encomendado a los sacerdotes es la de desempeñar la tarea pastoral para que los fieles busquen al Señor. La iglesia ha encomendado a nuestro párroco el crecimiento de estos fieles, la tarea de crear comunión, el valor de la confianza, el dialogo, el servicio y la prudencia pedagógica.
«Pedro ha sido bendecido. Aquí será partido y será entregado, es la suerte de él. No hay vocación cristiana sin reconocer que hemos sido tomados, bendecidos, partidos y entregados. Y termino con una frase de San Alberto Magno: en la dulzura de la comunidad, busca la verdad. Esta es tu vocación. Felicidades y nadie reemplaza a nadie. Es una cosa hermosa que a quien precedes, al Padre Ernesto, esté hoy a tu derecha «, sintetizó el Arzobispo Fray Carlos Aspiroz.
Tras la Homilía, el Padre Pedro realizó la renovación de las promesas de su ordenación sacerdotal. Después, se le hizo entrega de los lugares de la celebración del templo y la ofrenda del Pan y del Vino. Finalmente recibió las llaves del Sagrario.
Al finalizar la Comunión el Padre Pedro se dirigió a los presentes expresando entre otros conceptos: «Es mucha alegría, mucho desafío y la primera palabra que me sale, es la gratitud como el buen samaritano del Evangelio de hoy, que se postra ante Jesús. Siento alegría porque Jesús me hizo hijo suyo por el Bautismo y para ser su servidor. Sentí que me llamaba para ser maestro suyo, educador»
En otro momento, agradeció a sus padres, a su familia, que le dio todo, y que lo apoyaran en su misión. Agradeció a los sacerdotes que lo acompañaron en día tan especias, al Arzobispo por su confianza en él, y al Padre Ernesto especialmente.
Y expresó con sonrisa: «Y gracias a la gente por enseñarme que en Misa se canta fuerte», señaló ante el aplauso, agradeciendo luego el acompañamiento de gente de Coronel Dorrego y de Tres Arroyos. No sin antes recordar al Padre Vicente, manifestando: «Visité la su tumba y leí una frase que dice: pasó por el mundo haciendo el bien y yo me sentiría bien pagado si me recuerdan como alguien que pasó por este mundo haciendo el bien, que gastó su vida como él, haciendo el bien y le pido que me ayude, que me de fuerzas, que me equivoque lo menos posible».
Luego, leyó una frase escrita por él, donde resume su sueño de Iglesia: «una iglesia madre, de corazón abierto, para servir a los enfermos y a los pobres, una Iglesia que busque a Jesús Eucaristía y se mantenga siempre en oración; una Iglesia fraterna, y una Iglesia Misionera para atraer a la Mesa del Señor a los que aún falta», concluyó el Padre Pedro Fournou, Párroco de la Parroquia Santa Rosa de Lima, muy emocionado, siendo aplaudido de pie por la feligresía.
Al término de la Misa, se llevó a cabo una cena a la canasta en el Campito Scout, donde nuestro nuevo Párroco, fue saludado y felicitado. La emoción del Padre Pedro, fue constante, que matizaba por momentos con frases simpáticas, que las pronunciaba con una gran sonrisa. Demás está decir, la emoción de su familia, principalmente su padre Pocho y su mamá, que siguieron la misa ritual con gran devoción. Una hermosa ceremonia, que el Padre Pedro recordará toda su vida. Lo merece, en el poco tiempo que está en Coronel Pringles, supo granjearse el cariño y el respeto de la comunidad.
¡Felicidades Padre Pedro!, y de ahora en más, en nuestras notas, lo llamaremos ‘nuestro párroco’.
Encomendamos y rezamos a Dios para que le guíe en el camino, y para que se sienta feliz entre nosotros durante todo el tiempo que permanezca a nuestro lado como guía de la comunidad. (El Orden de Pringles).
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